Espero ya quiero
romper cadenas de sistemas
de costumbres que tendrían
un buen lugar
en el archivo de los pueblos venideros.
Un toque de gas aspiro
suspiro cuando en la mente
atraviesa la imagen nítida
de la maga que transforma la rutina
y la amargura se disuelve
y es tanta la miel, la sed,
la sarta, el escenario
ya las viejas camas desechas
en un mítico papel
apareciéndonos
encontrándonos, deshilvanando.
Espero, ya quiero
descubrir tanto tiempo que es eterno
y a la vez tan escaso,
tan nuestro.
Espero ya quiero. . .
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