Ya me ahogué en tus tormentas.
Ya me asfixié con tu asfixia.
Ya me duele el rostro
de tenerlo
entre el piso
y tu zapato.
Y las alas no me crecen
de cortas que las dejaste.
Y mis palabras
dejaron la metáfora,
para convertirse
en excusas,
en defensas,
en "no" y en "basta".
Quiero otra vez
mi mismidad,
mi yo, mi aire.
Hoy me retomo:
aquí te dejo
mi último “no”
y mi último “basta”.
Poema elegido para integrar el TOMO 3 del Café del Abrazo Literario
1 comentario:
A veces, no queda más remedio que coger el toro por los cuernos.
Un bonito poema.
Besos.
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