lunes, 31 de mayo de 2010

Que no llegue... - Claudia Isabel Lonfat

Que no llegue la sombra
Que no enhebre en mi pelo
sus hilos negros
oscureciéndome
para siempre


Que no llegue la sombra
ni siquiera bajo los árboles
donde se recuestan
figuras danzantes
entre sus hojas
y las estrellas
refulgen igual
junto a los cenicientos restos
del verano


Que no llegue la noche
en medio de esta mudez sin espejos/
sin ensueño…

tomado del blog http://www.laperladejanis.blogspot.com/

Sígueme - Armando Rosselot

Sígueme

Solo
una gota que se va en la arena
hay tanto mar
hay tanta voz
suelo gritar hasta quedar sordo
hasta morir y nacer
¿deseas que tu propia luz sea vista por otros?
o solo
¿quieres demostrar tu existencia?
sigo
el sangrar de mis pensamientos
en el valle detrás de la ciudad
y solo
encuentro ropa esparcida
de los que llegaron antes que yo
y volaron al sol
para quemarse
e iluminaron el sendero a los que no veían
no sabían
no pensaron nunca
y solo estoy
siguiendo ese camino
a oscuras
en silencio


Publicado en: Blog de Armando (La bruma)

El gato en España 3 - Rubén della Sera

Esa mórbida y tersa superficie,
esos valles
aquellos cerros,
esa blanquecina y sutil aurora
de oros escondidos
de rojizas sombras,
es suya.
“Si, mía”,
el gato dice,
“a mí me pertenece por derecho propio,
la he conquistado,
soy su dueño, su saqueador”.
Esa nocturna seda le promete gozo.
El gato ríe, muestra los dientes,
se come la vida
“total, ya es mía”
se confía,
caza a destiempo
seduce al destino
marcha a otros techos.
Ella, entonces, un día parte.
El gato vuelve,
pero ella…
ella conjuga exacto:
“No voy a amar a nadie como te amé a vos”

si en el delirio del amor - Héctor Ranea

si en el delirio del amor
la verdad cabe en un dedal
y el apetito en un lago

cuando te miro desnuda
mis músculos quieren cantar
mi mente hundirse

de: de amantes perdidos (2003)

martes, 25 de mayo de 2010

Entre el cielo y el infierno - Estela Lucia Dray

Espero el cielo prometido
Por quererte
Temo al infierno tan temido
Por perderte
Porque el cielo de tenerte
Me parece fantasía
Y el infierno de perderte
No lo quiero todavía
Y mientras espero el cielo
Y temo al infierno
Te sigo queriendo
Te temo perdiendo
Y aunque no alcance el cielo
ni el infierno tan temido
Yo igual te habré esperado
Y también te habré querido.

mi cuerpo aún baila - Analía Pinto

mi cuerpo aún baila
—mudo—
empuña en sus manos lo que quedó
lo revolea
espolea aún más su curvatura con el roce del pelo
expulsa
expone grita alza llama

y huye después

sorprendido
atónito por los recuerdos que lo sitiaron de nuevo
sin su consentimiento

La otra historia - Aitor Zancajo

La soledad impertinente de
los dos
...................extraños que se ignoran
mirándose,

pidiendo la piedad de pluma plúmbea,
el ala de obsidiana encarnizada,
de manos que se enlazan al estimable acero
de anochecer unidos

en una voz lejana a la conciencia.
O la cintura icandescente y suave
de compartir la libertad,

fingir de nuevo una bonita historia
falsificando besos
y traficar
.......................con el cariño
y con el tiempo
en la butaca al lado gris de la cancela,

seguir mirando donde acaba la función.

viernes, 21 de mayo de 2010

Ernestina - Angélica Santa Olaya

Pero qué necia eres Ernestina… ¿no te digo?
¿A quién se le ocurre acabarse las uñas
escarbando el sueño para atrapar lombrices?
¿A quién se le ocurre treparse a los árboles
nomás para comer los mangos verdes?
¿A quién se le ocurre vivir tantos años
dueña y señora de tus propios pasos?
¿A quién se le ocurre desafiar a las piedras
con esa reciura que el sol del trópico sembró en tus arrugas,
con esa mirada de lince que no necesita disfraces
ni municiones para cazar?
¿Qué no ves que tus manos terrosas
amargan el bocado del que empuña el arma
para justificar el pan de cada día?
Vete nomás ahora…
Ahí, con las entrañas de fuera
alimentando a los zopilotes,
dejando tu necia necedad tatuada
en la memoria de la tierra que te oyó gemir,
regalando los ríos de tu sangre
a la precoz eyaculación de los buitres,
tocando la puerta cerrada de un dios menor
que afila los colmillos
en las desplumadas alas de un águila
que perdió el pico bajo una lluvia de monedas;
un dios menor que engulle a sus hijos
para no perder la silla de oro.

Ay Ernestina…
deja de remover las piedras buscando lombrices,
los gusanos más grandes están aquí nomás tras lomita
royendo huesos y lamiendo billetes bajo el pinar.

Tomado de: http://alicialanecia.blogspot.com

así como hay un Aleph - Héctor Ranea

así como hay un Aleph
tiene que haberlo
está una calle sin nombre
que no lleva a ninguna parte
o que llevándolo a uno
pareciera que se navega al garete

en ella pululan los heridos en batallas
de todas las guerras que son la misma guerra
las bicicletas que usaron los niños
circulan buscándolos sin ojos ni faroles
las polleras que usaban las vírgenes
el día en que las desfloraron
los antifaces de las obras de Goldoni
que ya nadie representa

la calle pierde rumbo apenas es abordada
la picaresca señala que no se sabe
dónde navega y menos hacia dónde

es circunstancial toda evidencia
que señale un punto en los mapas
los planos satelitales

en realidad
si se supiera donde está
tampoco se podría deducir dónde estará

la predicción imposible
hace que nadie encuentre
a su madre virgen
o a su bicicleta olvidada
o al herido en un montón de barro
escondido desde hace miles de años
o un día atrás

la calle no tiene
ningún nombre
los mapas la delatarían
escurre por vías indecibles
porque sabe disimular su acera
con otros caminos menos fraudulentos
permaneciendo oculta
salvo para algún poeta
que acierte a pasar
donde casi nunca entró persona viva

De: adonde me lleve alguna calle sin rumbo (2007)

Un general demasiado parecido a los nuestros - Daniel Frini

El general tenía un gran ejército
con soldados muy rubios y valientes,
y tenía un negro de sirviente,
y pistolas de cachas con diamantes.
Un perro policía y desafiante
que dormía con él en la campaña.

El general amaba a una princesa
que siempre estuvo lejos y sonriente
rodeada de los lujos de la corte
mientras él, muy triste, en la batalla
trabajaba de experto combatiente.

El general jamás hizo preguntas
ni distinguió culpables de inocentes
y siempre defendió con sus infantes
los bienes y las tierras de sus reyes.

El general endiosó su ideología
y se opuso a las demás hasta su muerte;
jamás ganó una guerra miserable
y llegó a viejo militar, condecorado,
con el peso de sus años en la espalda
y el de todas las muertes en su mente.
Jamás hizo un disparo en el combate
ni nunca mató a nadie con su sable.
Pero sembró el terror en sus campañas
en contra de unos pocos insurgentes
que peleaban con azadas y con palas
y que en nombre de la Patria y de los Hombres
se murieron bajo bombas y cohetes.

El general tuvo fama de asesino
pero esto nunca fue justificado
porque sólo ordenó se diera muerte
a dos pobres, un negro, un ignorante
cien curas, veinte indios, diez cantantes,
doscientos actores militantes,
cien amas de casa, un escribiente,
tres judíos, un coreano, un boliviano
dos grandes hacendados, un banquero,
dos traidores (un cabo y un teniente)
más o menos quinientos lustrabotas,
un poeta, un florista y un gerente.

El general se murió decentemente
a una edad un tanto razonable.
Llovieron las loas a su nombre
y fue enterrado muy cristianamente.
Algunos despreciables difamantes
dijeron: «El general era un demente»;
pero nadie discute que la gente
lo guarda entre los dignos de respeto.
Hasta hicieron una estatua que lo muestra
apuntando con su espada hacia el poniente.

sábado, 15 de mayo de 2010

y si de amor se trata - Héctor Ranea

poema al llanto del dolor
cuando estalla dentro apenas afuera
en lo más hondo del cuerpo
matando en la intromisión casi fatal
de la enfermedad quizá una bala incrustada

poema al llanto por la muerte
en la que se canta ese instante
que la verdadera cara aparece
de quien nunca se volverá a ver
mientras lo llevan a la oscuridad

poema al llanto del amor perdido
cuando darnos cuenta causa dolor
que arrasa como un cuchillo
entrando en la carne posible
del lugar del cuerpo por donde amábamos


de: y si de amor se trata (2008)

cumpleaños - Mónica Sánchez Escuer

una arruga me crece
como río
entre el vientre y la mirada
abre la boca
escupe los años
heridas debajo del ojo
mira al espejo
la arruga del espejo se agranda se ablanda
abarca toda la superficie lisa
y mojada del vidrio
se multiplica y ríe
me llama desde el labio
promete mariposas
alas
mordidas de pastel
la marca eterna de una risa despejada


Tomado de Historias Baldías

LA CASA DEL BOSQUE - Juan Pomponio

Tiene esos recuerdos

las noches de largas caminatas

sobre tu piel.


Las articulaciones vencidas

por el cansancio de labios inflamados.


El recuerdo más firme

el de tus caderas

tus senos pequeños

tu cuerpo de lluvia

tu vientre de lágrima

El gato en España 4 - Rubén della Sera

Hundido en el viento calmo
el gato flamea las piernas quebradas en llanto,
siente cómo el único latido, azul apagado,
se le vuelve en contra, le ríe en la cara.
Ayer fue la tarde, su último día.
Ahora serán noches,
y noches,
rememorando a su niña.
No sólo la besan: ella desea ser besada.
¡Su amor vibra por otro!
La imagen lo desmorona
purgatorio espurio,
dolor le arranca el alma a sabiendas de que él,
el mismísimo gato,
es el culpable.
Sí, sí, es el criminal, el delincuente.
Culpable porque él se creía señor,
¡el dueño!,
dueño de una flor que debía ser cultivada
atendida
y no dejada en la intemperie.
Tarde comprende.
El gato se enrosca en la cama
y no desea luchar:
la imagen de otras manos
y ella… ella estremeciéndose,
lo aniquila
lo entierra aún más.
Acaricia las sábanas
recorre la cama
ahí, los dos aprendieron a amarse
aunque el gato nunca le había dicho “te amo, nena”.
Coloca a Paul en el Winco.
Le oye la voz ronca, desafinada, solitaria:
sin su nena no es el mismo Paul.
Estrella el disco contra la pared,
jamás volverá a ponerlo.

como las cuerdas cuelgo - Analía Pinto

como las cuerdas cuelgo
cuelgo de cables longilíneos
perfectamente frágiles
cables montados sobre el más fino hilo
un movimiento brusco
y se romperán

como las cuerdas cuelgo
cíclica y catenaria
invisible me trepo a los estantes
tiro uno o dos libros
desordeno el orden milenario de las hojas
sólo para que alguien
note que estoy allí

que como la ropa cuelgo al sol
boca abajo
ya sin sangre

como en el matadero

jueves, 13 de mayo de 2010

El pentagrama de la bruma - Juan Pomponio

Mirar la música con ojos abiertos,
como los de un pez melancólico
añorando el cauce del río olvidado.

Mirar la música desde adentro
calcinar el resto del alma que aún perdura
sobre el pentagrama enigmático,
donde todas las notas se abrazan
para iniciar el periplo poético
de contemplar el cielo furioso
pronto para la descarga fulminante,
deslizándose a través de tus paredes
rosadas por la erupción,
vaciándose despacio
sobre el estanque milenario
que destila una miel desolada.

Una abeja teje un destino de líneas paralelas.

El destino propone el camino
desdibujado por la bruma entrometida
entre tu vuelo y el silencio.

Silencio de paredes movedizas
que caen buscando tu razón.

Anónimo - Claudia Isabel Lonfat

Sólo vos
me habitás
te enredas en mi pelo
y corrés uno a uno
todos los cerrojos
de la carne
Sólo vos
Vos sin nombre/
sin rostro
perdido en el aquelarre
de mis noches
abrazando serpientes
o rosas
Furiosa sustancia
yaciente sobre mi piel

Tomado del blog: http://www.laperladejanis.blogspot.com/

Poema 5 - Pablo Neruda

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

martes, 11 de mayo de 2010

Gris - Daniel Frini

Cuando éramos chicos
con un tibio olorcito a nuestras cosas,
formábamos una hermética pareja
en la diaria pelea del amor:
contra los viejos y el mundo.
Era ellos o nosotros. Vos y yo.
Y un millón de tequieros nunca dichos,
pero que estaban ahí.
Hoy miro aquel paisaje, y lo extraño.
Creo que me falto coraje/tiempo/ganas/huevos
(vos tachá lo que no corresponda)
para conservar esos espacios, esos amores.
No he sabido cuidarte, ni jugar con vos después de mis diez años.
Tus vivencias y las mías, tan distintas,
nos dieron iguales resultados: nos queremos.
Pero hay detalles que marcan diferencias:
A vos te han puesto piedras,
terribles cascotes, ladrillos que duelen.
Hay que ser buena hembra y tener los ovarios bien puestos
para mantenerte entera y con ganas
después de pasar por tanto infierno.
Hay que ser bien hembra. Más y mejor que las mejores,
para seguir peleando, hermanita,
para seguir, seguir, seguir
queriendo.

Decisiones- Miguel Dorelo

Me es confuso el tiempo
Y
Su discurrir
Ya no es problema el pasado,
Anhelo olvidar el futuro, ese
Que
Probablemente,
No será.

Noches y días
Carecen de significado.

Tu ausencia
Más
Presente que nunca.

Dolor dulce
Que algún día
Cesará.

El tiempo
A veces
Hiere
Y
Otras, restaura.

Paciencia y espera.
O
Refugio,
Bálsamo
De antiguas
Pieles
Que amagan con
Volver.

Solo sentir…
Y decidir.

zoológico ambulatorio 2 - Héctor Ranea

cucarachas de aeropuertos

vagan indecisas en mi mente
comprando acetileno para fundir sus cubiles
y chocolates con sorpresa
para su envidiosa parentela

cucarachas de avión
que interceptan la filmación de un actor
cayendo desprevenidas en el líquido sueño del piloto

cucarachas aeronautas
primas de las del hospital
hermanas de las basureras
unas recolectan migajas de pobres
otras reciben migajas de ricos
todas viven en un infierno de Discépolo
pero creen ser felices

de zoológico ambulatorio (2004)

en el Aeropuerto de Isla de Margarita
10/10/2004

domingo, 9 de mayo de 2010

Elegía para José, que fue mi abuelo - Daniel Frini

Al fin me decidí y logré poner en orden las palabras para hablarte.
Pude descifrar lo ineludible de tu muerte.
Encontré el justo equilibrio entre ayer y tristeza. Y entonces entendí
dónde has ido.
Supe que en todos los caminos, en cada grano de arena
tenés un pedazo de mirada.
Supe que sos gigante
Supe que creciste.
(No sé si vos subiste o Dios bajó, pero creciste).
Sé que somos vos, que sos anhelo.
Que cuando el sol se ponga rojo hacia la tarde, tus prodigios,
tan humanos, hablarán de vos bajo los cien paraísos de tu patio.
Que cuando el viento encuentre, por fin, su música
será por que vos lo has ayudado.
Es dificil de entender, pero he sabido
que algún día, al final
las estrellas escribirán tu nombre en un pedazo de cielo.

(Cómo vas muriendo) - Gabriel Celaya

Cuéntame cómo vives;
dime sencillamente cómo pasan tus días,
tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres
y las confusas olas que te llevan perdido
en la cambiante espuma de un blancor imprevisto.

Cuéntame cómo vives.
Ven a mí, cara a cara;
dime tus mentiras (las mías son peores),
tus resentimientos (yo también los padezco),
y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte).

Cuéntame cómo mueres.
Nada tuyo es secreto:
la náusea del vacío (o el placer, es lo mismo);
la locura imprevista de algún instante vivo;
la esperanza que ahonda tercamente el vacío.

Cuéntame cómo mueres,
cómo renuncias —sabio—,
cómo —frívolo— brillas de puro fugitivo,
cómo acabas en nada
y me enseñas, es claro, a quedarme tranquilo.

Vientos de cambio - Miguel Dorelo

Todo parece calmo,
Lo que no fue y
Hasta lo que pudo haber sido.
Y sin embargo
Soplan vientos tenues,
Casi imperceptibles.
Vientos del poniente,
Aire enrarecido que confunde.
Pequeña brisa del ocaso,
Indefinida, pero aún molesta:
Todavía,
Y a pesar, presente.

Es hora de buscar cobijo,
O quizás
Otras ráfagas,
Nuevas direcciones.
Vientos de cambio,
De olvido,
De ya no más,
De empezar de nuevo.

serenidades - Oriana Pickmann

mariposas de papel
cabellos al viento
entre la melancolía que viene a ocuparme
y las letras que he de parir
entre sombras vagas
con gritos de pasión y dolor
el ansia de volver
a lo que no he vivido
de beber de los mares
de tu agua salada
y mi pequeña voluntad
espía el horizonte de mis ganas
donde anida el amor
y alzará vuelo la esperanza

¡Cómo de entre mis manos te resbalas! - Francisco de Quevedo

¡Cómo de entre mis manos te resbalas!
¡Oh, cómo te deslizas, edad mía!
¡Qué mudos pasos traes, oh, muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!

Feroz, de tierra el débil muro escalas,
en quien lozana juventud se fía;
mas ya mi corazón del postrer día
atiende el vuelo, sin mirar las alas.

¡Oh, condición mortal! ¡Oh, dura suerte!
¡Que no puedo querer vivir mañana
sin la pensión de procurar mi muerte!

Cualquier instante de la vida humana
es nueva ejecución, con que me advierte
cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.

sábado, 8 de mayo de 2010

La flor - Walter Böhmer

Saborear el aroma de tu flor, sentir en la piel la mañana soleada, con tintas de una noche frenética.

El viaje sin fin, subiendo las lomadas, bebiendo de las sonrisas que se instalan en la ventana, con piares de centenares de poetas de pluma húmeda.

Descubrir los rincones, el efecto placebo que se eleva en un espasmo infinito

Sacude

Sucumbe

Succiona.

Destino de placeres, descubiertos, todos; uno a uno.

El bandoneón al tacto de una diestra, arma letal que seduce, sus notas silbadas surcando los suspiros, las gotas de sudor.

Sucumbiendo el sabio, al aroma de la flor.

Tomado de "http://blogs.clarin.com/apologiadelosmiedos/

¿Y ahora qué? - Miguel Dorelo

Otra de esas noches
En que la nada me acorrala.
No hay razones que justifiquen
Esta melancolía insoportable,
Este vacío gris,
Este dolor del alma.
¿Y ahora qué?
Si todo ya fue
Si nada ha cambiado.
Si,
Lo juro,
Ya no la extraño.

Ese fantasma - Patricia Ortiz

Cuán lejanas están las lunas
y el ahogo tan cerca
atenazando la garganta.
La cobardía siempre encuentra excusa
para no enfrentar al sufrimiento
cara a cara con el sol.
Se multiplican las heridas
cuando el dolor madura
en las grietas de la piel
y el olvido –ese fantasma-
larva feroz que no crece,
nos quiebra,
nos demuele
Tomado del blog: http://lascosasporsunombre.blogspot.com/

Tiempo perdido - Miguel Dorelo

Debería decidirme.
Quizás, quién sabe, si a lo mejor...
Un par de palabras,
Tan solo eso.
No es tan difícil después de todo.
Pero no me animo.
Mientras tanto,
El tiempo corre;
Y quizás ya no es el tiempo.

Sospecho que
El coraje no está entre mis virtudes.
Y que ya no queda margen
Para decírtelo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Golja - Jorge Accame

Y quizá yo solo
sé todavía que vivió.
(Giuseppe Ungaretti)

Lo conocí
en una pensión de Italia.
Ocupaba la pieza contigua.
Me pidió fósforos una noche
y yo temí por su piel de petróleo
Un café y dijo que se llamaba Samad
venía de los rascacielos que brotaron hace poco
en la antigua Persia
Otro día me presentó a la mujer
que habitaba en silencio tras un velo
y bajaba los suaves párpados
hacia la tierra
Compartí en su cuarto
una comida con aroma a limón y a muerte
Y sólo conservo de los turbios susurros
de su lengua
una palabra: Golja, que significa flores
Golja golja repetía y señalaba
el verano derramado sobre los campos de Urbino
y yo decía golja golja golja
y reíamos los dos como idiotas
creyendo que por fin hablábamos de lo mismo
Ese otoño su ayatolah lo llamó para la guerra
y regresó al Irán
Le escribí
de derecha a izquierda
de abajo hacia arriba
a la dirección que me había dejado
pero no respondió
Todos los años
cuando llega el verano
y los campos resplandecen
presiento que nunca existió un lugar
donde pudiéramos encontrarnos.

El Juego en que Andamos - Juan Gelman

Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.

Todesfuge (Muerte en Fuga) - Paul Celan

Leche negra del alba la bebemos de tarde / la bebemos al mediodía y de mañana la bebemos de noche / bebemos y bebemos / cavamos una tumba en los aires allí no hay estrechez. / Un hombre vive en la casa juega con las serpientes escribe / escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarita / lo escribe y sale de la casa y relampaguean las estrellas silba a sus perros aquí / silba a sus judíos allá manda cavar una tumba en la tierra / nos ordena ahora toquen música de baile.

Leche negra del alba te bebemos de noche / te bebemos de mañana y al mediodía te bebemos de tarde / bebemos y bebemos / Un hombre vive en la casa juega con las serpientes escribe / escribe al oscurecer a Alemania tu cabello de oro Margarita / Tu cabello de ceniza Sulamita cavamos una tumba en los aires allí no hay estrechez

Grita hinquen más profundamente en el reino de la tierra los otros canten y toquen / echa mano del fierro en el cinto lo agita sus ojos son azules / hinquen más profundamente las palas los otros sigan tocando música de baile /

Leche negra del alba te bebemos de noche / te bebemos al mediodía y de mañana te bebemos de tarde / bebemos y bebemos / Un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarita / tu cabello de ceniza Sulamita jueega con las serpientes

Grita toquen más dulcemente a la muerte la muerte es un maestro de Alemania / grita tañan más sombríamente los violines luego ascenderán como humo en el aire / luego tendrán una tumba en las nubes allí no hay estrechez.

Leche negra del alba te bebemos de noche / te bebemos al mediodía la muerte es un maestro de Alemania / te bebemos de tarde y de mañana bebemos y bebemos /la muerte es un maestro de Alemania su ojo es azul / te dispara con bala de plomo te dispara certero.Un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarita / azuza sus perros contra nosotros nos regala una tumba en el aire / juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro de Alemania / tu cabello de oro Margarita / tu cabello de ceniza Sulamita

Paul Celan (Paul Anschtel) publicó este poema en 1947 . En él hace alusión a su experiencia como prisionero de los nazis en un campo de concentración en Janowska, cerca de Czernowitz, Ucrania, en donde los guardias SS del campo obligaban a los violinistas judíos a tocar música, en especial una pieza conocida como "El tango de la muerte" (basado en el tango "Plegaria" del músico argentino Eduardo Bianco) durante trabajos, marchas, castigos y ejecuciones.

sábado, 1 de mayo de 2010

Quedarme en casa... - Ana Merino

Quedarme en casa,
sumergida en los pliegues de las horas,
y no esperar a nadie.

Que los ojos escuchen
y se olviden del mundo.

Que me arrope el silencio
y respire en mi nuca
su suave indiferencia.

Que vivir sea esto,
sin palabras de aguja
ni rodillas de llanto,

con el tiempo desnudo al borde de la cama
y mi boca dormida en su tímido beso.

De "Los días gemelos" 1997

Extraído de www.amediavoz.com

Solos II - Claudia Isabel Lonfat

Estoy solo
La distancia que va de cuerpo a cuerpo
es tan grande como la que hay de alma a alma…
(de “Altazor”)


Dejamos de sernos
Dejamos
que el tiempo nos traspase
nos externe
Somos
como fantasmas
en una cárcel de ausencias
Desalmados
Diluyéndonos
entre sombras


Dejamos de sernos
Para siempre
Jaqueados
Como insectos
pegados en las caras opuestas
del cristal
-sin poder rozarse-
Más allá nada
Ni la póstuma mirada del adiós
Sólo un acertijo
que crece
entre soledades.

Tomado del blog:
http://www.laperladejanis.blogspot.com/

Poema sin título II- Ricardo Bernal

Y veo a las mujeres
amando como locas
a sus locos

No nos amen más
estamos descompuestos
Enfurecidos con el sol
y sus reptiles

Escondan los platos
las cucharas y los besos
Escondan la sortija de fuego
que les regaló Saturno

No nos amen más, mujeres
pues éste es el juicio final
y hay demasiados arcángeles
en el escenario

Regresen a la madre tierra
al lodo primordial
Nosotros quedaremos aquí arriba
aturdidos
sembrando en sus ojos
el árbol de nuestra ceguera