jueves, 25 de febrero de 2010

curtiembre - Héctor Ranea

volverá a mí el olor del muerto
la atmósfera del hueco
en que me curtieron la voz
el hambre
el silencio
dejándome mudo para no llorar

dejé otra guitarra en la curtiembre
en la que no suena más el tango viejo
la calle que en su oscuridad nos dio el brillo de la luna

en esa guitarra apenas audible
hay un tango encerrado para siempre
porque el dueño de la música está muerto

el muerto no vuelve ni vuelve su recuerdo
apenas un olor
un vapor espiritual que llena su pieza
para el que mira la guitarra desde afuera

volverá a mí el olor de ese muerto
de esa guitarra que huele a cementerio de un tango nonato
de un baile enredado en tantas primaveras
que es apenas un retrato del invierno

caras de brujas de salomés de nefertitis
caras de férulas de muertos por el tango
por la risa de los otros
que contemplan al autor
desde una guitarra abandonada
donde apenas audible yace un tango
que no tiene ya forma de nacer

De: Secuencia (2010)

ojalá mis dedos te hayan dicho todo - Analía Pinto

ojalá mis dedos te hayan dicho todo
lo que los verbos no pudieron con su torpe ropaje
todo lo que dentro de este andamiaje ardiente
bullía con la irreparable sucesión de tus notas
con la llamarada que despedía el cuervo sol de tu pelo

ojalá mis manos hayan sido mejores mensajeras
que las parrafadas deshilachadas que te escribí
con el ahínco desesperado de los kamikazes
sabiendo de antemano lo inútil de mi sacrificio
pero deseándolo con la misma fuerza que al abismo

me duelen todas las hembras que no fui - Analía Pinto

me duelen todas las hembras que no fui
las que se me quedaron dormidas debajo de la ingle
las que no parieron a sus otras hembras cuando debían
las que supusieron que el amor amado era así —y no era así

me duelen las hembras que perdí por el camino
esas hembritas chiquitas que se fueron por el borde de las lágrimas
las otras que bajan —sumisas— con cada endometrio
las pobrecitas tontas que se me caen del pelo

y me duele también mi hembra superiora
la que impulsa el timón donde navega el resto
la que dice y hace y cocina y jode y escribe
pero no sabe qué hacer ni qué decir ni qué escribir
para que vuelva el troglodita que le mordió el fondo del corazón

Poiesis - Antonio J. Cruz

Entre la levedad
de la palabra en vuelo
y la rapidez beligerante de la vida
es imperioso
construir nuevos paisajes
con la precisa exactitud del verbo.
La claridad necesaria
del mensaje
resulta inevitable.
¿Dé qué otra manera pueden reconciliarse
el espíritu, el tiempo y la materia?

Es probable que el futuro
tan sólo sea un anhelo irredento
hecho poema.

El gato en Alemania 4 - Rubén della Sera

En medio del jardín
la valquiria lo embruja
quietud cálida de la siesta
sol de diciembre.
En la pretendida ceguera de la habitación
los padres de ella,
por sobre la complicidad de la tapia
vecinos curiosos.
Nada importa… o todo importa
cuando el gato se acuesta de espalda
cuando ella se sube a la cumbre
cuando el terremoto brama
cuando los arrestos estremecen.
La valquiria gime
planea, navega,
envuelta de aguijones rojos,
la cubre el agua salada
y suplica una pausa,
entre convulsiones,
presa,
engrillada,
a una pasión que no termina cuando acaba.

El gato en Alemania 3 - Rubén della Sera

Con la mente en Olivos
el gato se montó al milqui.
Los pies aplastando pedales,
mientras las manos
martillaban el volante.
Y no era él quien conducía
“estoy sola”
le había dicho
y la perspectiva de aquel sillón
enfrentado a la puerta de calle
hacía que el deseo lo aguijoneara:
“más rápido, gato, más rápido”.
La Panamericana devoró el Fiat
y lo escupíó en bajada Ugarte.
El “aquí estoy, amor”,
lo presintió de esa boca preparada
tras el muro, justo,
justo antes de que le abriera la puerta.
La batalla cobró embrujo
al conjuro del toma y daca
y entonces,
tronando en silencio,
por enésima vez,
el sillón los atrapó.

Miedos - Miguel Dorelo

Oscuridad.
Y
Mi habitación.
Por favor,
No apagues la luz, mamá.

Callejón oscuro,
Mirar
Una y otra vez por
Encima del hombro.

Insomnio.
El color negro
Es un inmenso pozo
Que amenaza con devorarme.

Raciocinio.
La oscuridad es tan solo
Ausencia de luz.

No me convenzo,
Allí hay algo.

Sospecho.

Y
No me atrevo a mencionarlo.

Acuario - Leonardo Longhi

la pequeña

taza de café, los restos

de café en el brillo

interior de la pequeña

taza: cerca de las cinco,

verano como acuclillado

en una burbuja de la tarde

azul, diría: oscilaciones

del ocio, alzar la voz, boyar,

caer de nuevo, otra vez

en este cuerpo

mudo sobre la madera: ¿arden

las mujeres apuradas

al cruzar la calle...?

¡Oh!, Marcelo

T. de Alvear y Paraguay.

*

copiar no copio, calco

con vocecitas plásticas los coloreados

miembros, corpúsculos

crepusculares: vocablos enlozados

que se quiebran al chocar

contra la luz, la ley: leídos

en el aire y prendidos en la luz,

de silabear, perdidos

*

tampoco diría que el molde

se rellena a cada rato, sobra

material para una obra interminable

mente mala, paso a paso

como el tintineo de la tarde,

como el dadá de la mayólica, allá,

la filigrana de babel, las heces...pero

no sé: ya es tarde

y empiezan

a caer

de a una,

las láminas del cielo

*

-¿por qué no hablás ahora

si ibas a decirme justo

lo que quería oír?

-¿quién grita?

esto o algo así

conversaban la mujer

y la nenita (tres

o cuatro años), lo que no

se entiende, realmente, es

la propiedad, el turno

de habla de las voces: ella

es tan joven todavía...la nena

articula un susurro...algo monstruoso

y pueril o si se quiere en el colmo

de lo verosímil, pero hay algo

peor: rumiaban ellas

en el bar vacío, invisibles

para el mozo (ahora ríe) y justo

entra un tipo algo canoso, tan

joven todavía y bostezó, sopló

la escena...y fumaba

retozaba sin tapujos

en el puro regodeo de su arte...

*

copiemos: lo que buscaría,

de buscar: una culminación...¿de qué?

pero ya es tarde: el taxi

y la pequeña se parecen (negro,

amarillo), incluso ella

se desliza exhibiendo una marca

en la parte posterior del muslo (no: atrás

de la rodilla, donde se forma una H,

aspiración) esa línea

roja (¿se le incrusta

el borde

de la silla?), la carne blanca

incluso le temblaba ahí, cuando cruzó

la calle, vanidosa, pero era

tarde: roja, azul,

perecedera: le colgaba

esa cicatriz de nada

(hurtada

al amor)

como de un hilo

*

ahora el sol, un brillo póstumo: helado

de narrar, pistacho

en la lengua familiar, mal

retenido, no

señor: la tarde corre

hacia su imán, un presentir... sin fin

la patria paga... (pero es tarde), a ver,

a ver señores, copien bien:

'...para escribir así/

se enlaza un mirlo...'

martes, 23 de febrero de 2010

Y ahora estoy acá - Analía Pinto

Y ahora estoy acá
en la tardenoche del mundo
auscultando el próximo poema
escandiendo un endecasílabo infinito
cuyo estro todavía hiere el tímpano
mientras las hojas retoñan su albura
los gatos arden con maúllos ciegos
y el ocaso es una parodia naranja
un tajo por el que yo sangro
en los días posteriores a tu regreso

Hacia la eternidad - Juan Pomponio

Besar el simple contorno del grito solo
besarte hasta que el silencio desgrane
la agonía lenta, musical.
Besar el murmullo de labios incrustados
sobre el húmedo aliento de luz,
besar la inquietud del deseo renovado
por movimientos tenues.
Saborear el estigma líquido
descifrado en relatos abandonados
donde existen besos antiguos
con el toque leve de pasiones robadas
en alguna historia sin recuerdos.
Besar el agua calma de tu memoria
para inventar canciones furiosas
despertar al invencible beso,
leve, siempre leve, nuevamente suave,
como un pequeño capullo de sol.
Besar, besar y volver a besar siempre,
besar la ilusión del campo sembrado
con raíces tímidas donde circulan besos
aun no germinados.
Besar y volver a besar sin pausa, sin tregua
besar tu invisible cuerpo de fibras naturales
extraídas de un bosque lejano
donde crecen besos vírgenes
cultivados por seres enamorados
utilizando herramientas sencillas
como un simple beso.
Refugio de marchas agotadas
buscando el secreto campo donde dicen:
todavía se recogen melodías
impregnadas por un beso.

Artefactos - Ricardo Bernal

Nuestra carne se fragua
en estos moldes

En estos versos desfigurados
por el filo de la noche

Son nuestros cuerpos marionetas
jaladas por los hilos
de diez lunas

Enormes artefactos sin sentido
en el crujir eterno de los hornos

Y cada palabra un coágulo
Un nudo de oscuridad
en el espejo

Y cada verso un espejo
donde se reflejan
demonios taciturnos

Un dios sordo nos mira desde arriba
Su trono de reses muertas
muge feroces óperas de sangre

Nuestra carne se fragua
en estos moldes

Sarcófagos glaciales
donde descansan las palabras
en silencio

poner al fuego un corazón no sirve - Analía Pinto

poner al fuego un corazón no sirve
en sus huecos morados se cocina su caldo
la sabrosa espesura de alubias y dolor

de los calderos el humo se eleva
las especias borbotean
todo se amalgama y finaliza

poner un corazón al fuego no sirve
las fibras de su pena se conservan intactas

sólo cambia su color

viernes, 19 de febrero de 2010

Edades - Aitor Zancajo

Amanece.

Sobre cualquier lugar del mundo el tiempo
se asoma a las cornisas.
También se asoma al ojo azul del niño de un suburbio
que apoya
sus codos blancos como nata en el alfeizar,
la frente sostenida en el cristal.

Detrás de otra ventana
hay otra historia. La ceniza
va iluminando
con luz de polvo los caminos lentos de dos cuerpos.
Si alguna vez rezaron,
un dios,
les dio alas truncadas.

Va atardeciendo.
Retroceder convierte en héroe la circustancia.
Un hombre solo
descansa en el sillón y mira lo aprendido: los caminos
no mueven al agua.
El pulso tiembla, el corazón
es una bala a punto de pararse.

Gente - Hamlet Lima Quintana

Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales:
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca guirnaldas;
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entre casa.

Hay gente que con sólo abrir la boca
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después como si nada
y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria

Delirios en sueños - Mauricio Roverssi

Levantarme del suelo
Caminar despacio
Abrir la puerta
Apagar la noche
Salir al patio
Sembrar estrellas
Dormir entre la hierba
Cantarle a la luna
Tomarte de la mano
Que te alejes
Que me alejes
Te llevas mis pasos
Tus fotografías
Tus recuerdos
Descubro el sol
Nace el fuego
Ilumina mis sueños
Que vuelvas
Que no vuelvas
Enseñarme a volar
Para dejarme ir
Descubro tu rostro
Al lado de la estrella
Me se tu nombre
Pero no te conozco
Tranquilo dormiré
Al lado del umbral
Tratando de soñar
De nuevo contigo

La próxima vez
No quiero despertar

Como la lluvia - Oriana Pickmann

así caigo, lenta, pesada, mojada, fría. me fundo en la nieve que me recibe, volviéndome parte de ella, dejo de ser. la oscuridad que me rodea hace que me sienta extraña, que salga de mí y vuele... y que siga cayendo a raudales. es la muerte como la lluvia, como mis lágrimas, como mis deseos aniquilados antes de nacer. qué importa lo que yo quiera si tengo que hacerte feliz. qué importan mis sonrisas si tienes que sentirte bien. aguanta, sólo un paso más, aguanta; ya llegaste tan lejos, aguanta. aguanta. soporta. y sólo tengo que darte el sí, para conseguir paz de ti. es tan injusto. déjame tranquila, desátame, déjame volar.

son los sueños arrancados desde mi alma. no importa, te los regalo, igual los has tomado sin permiso para ejecutarlos. y no me queda más que ser testigo de ese sanguinario genocidio. mis hijos, mi vida, mis manos, mis lágrimas, mi fuerzas. lo mataste todo. el amor, las ganas, la pasión, mi vida entera. ahora vago, tengo rumbo, no tengo dirección. dónde empieza el egoísmo, donde termina la ternura.

como los truenos, son mis quejidos de mujer atrapada, de ser agonizante. estoy herida de muerte, y sangro desde el fondo de mi querer asesinado. afuera está negro, como la misma desesperación de mis ojos por encontrar una salida. ya no tengo más voz, sólo gritos apagados, sólo susurros de furia contenida.

y llueve, en mí, sobre mí, por mí, hacia mí, dentro de mí.

lluvia - Héctor Ranea

la gota cae después de otra que cayó
en otra parte
forman la misma lluvia
diferentes gotas
aguas traídas de todos los mares
mezcladas en un rebote
en otro
en miles de rebotes

habría tal vez diferencias
entre el repiqueteo de avispas
o del agua
en el vidrio que me separa
del mundo

el vidrio el ataúd el hambre la muerte
que me dejaron
entre los lazos de la lluvia
que atan los golpes del agua
entre sí
entre cada gota
cuando moja a una hoja
que va a morir en el otoño
con otra gota
que marcará la fruta
que comeré mañana
que embarcaremos
para cruzar el mar
los mares
la lontananza de una ballena
de las gaviotas
que se mojan absurdas
con un agua que no les estaba destinada

¿
por qué llueve en el mar?

¿
por cuál corriente circulan las avispas
que se parecen a gotas de agua
cuando baten sobre mi vidrio
ajustándome el horario de salida?

secuencia

la vida
la muerte
el tormento de la pregunta


Tomado de: Secuencia (2010)

Lluvia - Miguel Dorelo

Llueve.
Estoy solo y no me importa.
Miento; me importa y mucho.
A veces recuerdo que las gotas de lluvia al caer sonaban distintas cuando estábamos juntos.
Desde que ya no estás, digo que la lluvia no me gusta.
Y vuelvo a mentir.
Ahora la odio.
No soporto el sonido que producen esas malditas gotas
al
caer.
Por fin y por suerte, ya no llueve.

lunes, 15 de febrero de 2010

Ángel y demonio - Daniel Salzano

Soy el principito en el asteroide
de tu corazón.
Soy el Humphrey Bogart, que te roba un beso
al lado del avión.
La locomotora, que te arrastra en sueños
a la perdición.
Estoy en tu bolso, con los documentos
y el encendedor.
Soy el espejito que te observa a diario
en el ascensor.

Para subir al cielo,
si te hace falta un ángel,
si te hace falta un ángel,
para subir al cielo.
Para ir al quinto infierno,
si precisás un diablo,
si precisás un diablo,
para ir al quinto infierno,
Que te convierta en fuego,
si te hace falta un mago,
si te hace falta un mago,
que te convierta en fuego.
De todo el universo,
si precisás un guía,
de todo el universo;
ése soy yo.

Soy el perro pluto, que reclama el hueso
de tu compasión.
Soy la perestroika, que exige transparencia
en tu ropa interior
Soy la mariposa, que está dibujada
en tu bronceador.
Estoy en tu bolso con los documentos
y el encendedor.
Soy el espejito que te observa a diario
en el ascensor

Para subir al cielo,
si te hace falta un ángel,
si te hace falta un ángel,
para subir al cielo.
Para ir al quinto infierno,
si precisás un diablo,
si precisás un diablo,
para ir al quinto infierno,
Que te convierta en fuego,
si te hace falta un mago,
si te hace falta un mago,
que te convierta en fuego.
De todo el universo,
si precisás un guía,
de todo el universo;
ése soy yo.
Ese soy yo.

Atrapasueños - Amalio Villa

En el límite de la vigila
cae, como un párpado
sobre el suelo
la noche llena de miedos.

No temas, la araña de mi brazos
teje para tí
la red inextricable que te envuelve
y te cuida.

Duerme, la recurrente
e incansable pesadilla
no te alcanzará esta noche.

Afuera,
las brujas bailan.

Tomado del blog:
http://amaliovilla.com/blog/

Tus ojos, mis ojos - Patricia Kieffer

Te miro a los ojos y me duele el alma;
tu mirada es fría, severa y cortante.
Detrás de ese gesto vacío y distante,
se esconde el rencor disfrazado de calma.

A veces los miro buscando un destello
de aquella ternura que una vez tuvieron,
buscando el refugio que una vez me dieron...
Pero contra un muro de roca me estrello.

Recuerdo otro tiempo en que tus ojos claros
eran dos ventanas por las que asomaban
chispas de alegría, que a mi vida daban,
la guía segura que brindan los faros.

Pero ahora el tiempo los ha convertido
en témpanos secos, carentes de amor.
¡Y yo no comprendo qué te ha sucedido!
Sólo sé que siento un profundo dolor.

Entonces mis ojos callan la condena
de sentirse solos y desamparados,
mientras que dos tibios cristales salados
ruedan por mi rostro, lavando la pena.

Las cuatro y diez - Luis Eduardo Aute

Fue en ese cine, te acuerdas,
en una mañana al este del Edén;
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca. Entonces te besé

Aquella fue la primera vez,
tus labios parecian de papel.
Y a la salida, en la puerta,
nos pidió un triste inspector nuestros carnéts.

Luego volvi a la Academia
para no faltar a clase de francés;
tu me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.

Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?
Cuéntame cómo te encuentras,
aunque se que me responderás muy bien.

Ten, esta foto es muy fea;
el mas pequeño acababa de nacer.
Oiga, me trae la cuenta;
calla que fui yo quién te invitó a comer

No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén.
Llámame el día que puedas.
Date prisa, que ya son las cuatro y diez.

domingo, 14 de febrero de 2010

Infinitiva - Lilian Elphick

No necesito luces para mirar en el abismo de mi sangre.
Olga Orozco


decir:
el cuerpo del silencio sonríe
cuando cruza los dedos
del placer oculto

decir:
dos palabras
y un recuerdo de piel narcisa
que desconoce al que la lee

decir:
el deseo entusiasmado
en los tejados calientes
de la muerte

decir:
hasta aquí llego
y reinicio mi travesura
que juega al castigo de los dioses

decir:
el orgasmo furioso
dura veinticinco segundos
en escalar la montaña de Astarté

decir:
un temblor de verde
en este paraíso de mentira

decir:
no me arrepiento
de la sangre que fluye
por mis venas.

Tomado de: http://lilielphick.blogspot.com/2009/12/infinitiva.html

INSISTE - Analía Pinto

y tanta tinta insiste
no puede sino insistir
vive insistiendo
golpeando las puertas del corazón terco

insiste
no sabe hacer otra cosa
no le enseñaron
ya no le enseñarán
—es un hecho

insiste hasta desfallecer
desfallece insistiendo
se envanece de insistir
se encocora
se enorgullece de su necia insistencia
—insiste que algo quedará
insiste y reinarás—


insiste y se doblega a sí misma
se vuelve su eneamiga más íntima
la tinta insiste hasta borrarse
y desaparecer

hasta desvanecerse como el otoño
o como el dejo edénico de ese beso
que no parecía ser el último
sino el primero


2ª Mención en el Concurso Provincial de Poesía y 18ª Muestra de Libros (Olavarría, 2009).

gineceos - Héctor Ranea

abiertos cerrados sellados
no es una solución es un camino
para adentro
para afuera
siempre es un ir y un venir
un cuesta arriba
cuesta abajo si no
que aparenta ser un camino de ida
pero es de ida y de retorno
retorno eterno
dulce perdurable
serenamente perpetuo

un camino es siempre un poco de luz
una ida es siempre una promesa
a sí mismo del viajero
un retorno es siempre una admisión
de culpa de retroceso
de alegría del que quedó atrás
para volver a ver al viajero

un camino máximo
un huevo pertinente
la sonrisa del pecado
acometido con la mayor alegría

abierto el gineceo
cerrado el gineceo
sellado el gineceo
sólo la muerte evita el retorno
sólo la muerte

si fuera un lucero incandescente
abre
la luz infame del cuartel lleno de muerte
o del suave burdel donde nacen los amantes
el gineceo sería una secuencia
indestructible de ires y venires
de andares y tornares
provocando tornados de luces rojas
atardeceres de luz opalescente

en la fosforescencia de una mariposa enamorada
veo los gineceos que proclaman tus piernas
devoro la ausencia como una fruta azul
pierdo la secuencia el subsuelo de mi mente
se colma en esa luz débil frágil

De: Secuencia (2010)

martes, 9 de febrero de 2010

Siempre - Pablo Neruda

Antes de mí no tengo celos.

Ven con un hombre
a la espalda,
ven con cien hombres en tu cabellera,
ven con mil hombres entre tu pecho y tus pies,
ven como un río lleno de ahogados
que encuentra el mar furioso,
la espuma eterna, el tiempo

¡Tráelos todos
adonde yo te espero: siempre estaremos solos,
siempre estaremos tú y yo solos sobre la tierra
para comenzar la vida!

muchacha que atraviesa una puerta - Antonio J. Cruz

Merodeaba
por el paisaje desolado y triste
de mi propio desierto.
Esa vana comarca
donde la sed del alma no se aplaca,
porque el quid de mi sustancia
se deshace en recuerdos
sin mañana.

Desde mi soledad escarnecida
el desvarío generando el espejismo.

Ojos, piel, cabello...
que es lo mismo que gritar arrebatado
transparencia de miel,
sedosa levedad,
hebras castañas.
Sueños paridos
por sueños más antiguos.
Fantasía que invade el territorio
de tenebrosas noches desveladas.

Me animaré.
Habré de inaugurar la travesía
hacia un cosmos un poco más sereno,
porque ayer,
cuando tu paso sensual y sugestivo
atravesaba la puerta con donaire,
el pasado se volvió cenizas
y pude recordar que estaba vivo.

Del libro “Poesía Cotidiana” - 2006

Quiero - Marcelo Morales

Más,
la pregunta justa
dos hielos
un desconcierto que no sea nuestro
un bastión que si.
Las bolas llenas
la retaguardia en nuestras manos
los lápices filosos.
De vez en cuando
más de una razón
y la tarea imposible
de estrellar los aviones
en este pasto
siempre de verdad
a ver si sonreís.
Pasa
que no quiero
la mañana diáfana
sino
a mis amigos
volviendo de la noche
siendo más grandes.
Un desvestite
chica invencible
desordena mis libros
mientras busco
la canción que nos guste
y en una de ésas
me lleve a tu ventana
violando el plan.

viernes, 5 de febrero de 2010

Canción nacida en el infierno - Carmen Carrillo

Tendidos bajo el sol de los lamentos
reposan al abrigo de las moscas
los hijos del hambre
y el veneno

del mar amargo del escombro
se levantan voces duras
como piedras
que rompen los dientes
del silencio

y canta la sangre
y cantan los huesos
y canta el dolor
con el vientre vacío

cantan los vivos
y los muertos
cantan los pies
las llagas y las manos
una canción nacida
en el infierno.

Otros - Claudia Isabel Lonfat

Te han extendido bajo el sol, te han dado un nombre.
Tienes toda la tierra para ti. (Rubén Vela)


........ A esos otros; los hombres de barro.
Hay otros ojos/
otros soles
hay otra historia
dentro de la historia
Hay gritos
que nadie escucha
y manos que acarician
donde no hay rostros
ni almas…
Hay sueños simples
y dedos adheridos a la tierra
donde los hombres cantan
sin saber de urbes

Conocen otras mañanas
inundadas de otros paisajes
ríen con mariposas
y saben el nombre
de las piedras
Su aliento es dulce
dulce caña
Su memoria
es la memoria
de sus ancestros.

Esos otros que ignoramos
tejen su abandono
en telares
y bordan sus sueños
en tapices
son del color de la tierra/
.................. son los hombres de barro.


Tomado del blog: http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com/

Bajo llave - Amalio Villa

Sos el candado y sos la llave
puerta de todo placer
y de todo llanto.

La ardua busca que conduce
al ojo ciego de la cerradura
termina en la punta de un dedo,
en la boca de un vientre.

Infinitas combinaciones
protejen el terciopelo de tu sangre.
Yo estuve ahí,
y he perdido las señales
o no he querido ver,
Ariadna, tu rastro luminoso.

http://amaliovilla.com/blog/