sábado, 29 de septiembre de 2012

Stars – Esteban Moscarda



Tocar la cara de las estrellas
No las de Hollywood
Las del cielo
Las de anoche.
Meterme en sus bolsillos
Colmados de duendes
Y navegar en barcas de azúcar
A través de sus neuronas
De hidrógeno.
Ingresar en el túnel de gusano
Que conduce a Vega
Con una manzana
En medio de mi pecho
Robótico.
Tocar la cara de las estrellas
Debe ser
Como acariciar los pechos
De Marilyn
En su sueño de pastillas.

Big bang! – Odeen Rocha

¿Y si el big bang fuera la primera
eyaculación de Dios?
Un dios joven

Un dios púber
Que se escondía de sus padres
Dioses mayores
Aburridos de crear vida
Destruir vidas
Un Dios de ocio
Curioso
Que usa el tiempo que se ahorra en obedecer
Para salir de casa
En encerrarse en la tina
En bajarse esos pantalones universales
Sacarse la verga
Observarla
Tocarla
Hablarle suave y mañosamente
Un Dios listo
Un Dios joven
Púber
Y curioso

Un día
Un día perdido en lo oscuro de la nada
De una destrucción reciente
Donde Universo sólo era una tonta palabra
Destruida en capricho de sus padres
A quienes la vida ya les era aburrida
Y con un chasquido la mandaron al carajo
Y se fueron a sentar a su balcón
A mirar el horizonte infinito
De lo absoluto
De la nada
De la vida
Y de la muerte
De su aburrida vida de dioses

El chico
El púber
El ocioso
El que imagina
Qué tanto podría hacer
Con la vida de unos trillones
De seres de carbono
Se mete al baño
Cierra la puerta
Los padres dioses
En el balcón tanto tiempo
Aburridos de su vida
Aburridos de ese hijo
El que se desnuda
Se agita su santa verga
Enhiesta hacia la nada
Hacia el todo
Se agita
Su ritmo acelera
Como si jamás en su eterna existencia
Plagada del ocio por el cual fuera creado
Su cuerpo vibra
Su verga tiembla
Explota
El tibio semen vuela
Se pierde
Brilla en todas partes
En ningún lado
Somos espermas
Semen de un dios bruto
Curioso
Que dejó a sus dioses padres
Mirando al vacío
Y se fue
Y se vino
Y somos de él
Y somos con él
como las estrellas
Un chorro de esperma universal
salpicado en el medio de la negra nada.

Utopía interrumpida – Guillermo Vidal

Despojó las almas dejándolas limpias,
clausuró la tierra que crece maldita
y selló las puertas que rompió Pandora.

Se quedó el silencio,
se quedó vacío.
No hay mundo perfecto.

sábado, 22 de septiembre de 2012

poema en caída – Héctor Ranea


tenías la luz liviana de los ojos enamorados
la sonrisa abierta de la palabra que se espera con ansia
el pecho sonriente la boca repleta de palabras brillantes

eso me dije en el ocaso
soñando con otros imposibles abrazos

y la música está aún tan lejana

El Autor: Héctor Ranea

Onda verbal - Ana Caliyuri


Tras las palabras
el misterio
de un poema
en el agua.
De la imagen
que se aleja
nace
el canto
que se propaga
como la aventura
de una onda
en el filo
del horizonte
acercándonos.


La Autora: Ana Caliyuri

Volver - Fernando Andrés Puga


Las migas huyeron en los picos.
En la lluvia,
los círculos de tiza.

Las huellas ardieron en el aire.
En el miedo,
las cruces de madera.

Los botes encallaron en la orilla.
En la memoria,
los ecos de vos
y yo
a ciegas
tanteando entre cuchillos.



El Autor: Fernando Andrés Puga

Es el frío lo que hoy me habita... - Carlos Barbarito

Es el frío lo que hoy lo habita,
no hay hoy para el frío otra cosa
en el mundo salvo él, ni otra acción
que la que ahora  sobre él ejerce;
en su mano izquierda, abierta, el frío,
en su mano derecha, cerrada, el frío.
¿Cómo se resguarda? ¿Cómo busca calor
cuando se trata de un frío personal,
por ningún invierno producido,
mientras, para los demás, las hojas,
verdes como nunca, se vuelven frutos
y sus bocas los muerden
y los encuentran apetitosos y dulces?
¿Por qué el sol que conforta esta mañana
a los niños que juegan
y a los hombres y las mujeres que se abrazan,
para él deja de irradiar,
se oscurece, se desinfla?



El Autor: Carlos Barbarito

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Yo vi morir la rosa de la fe - Fernando Andrés Puga

No sé
cuál sea
el color de la muerte


Tal vez el de la vida no sea otro
detrás del espejo

Aquí estoy

Pensando en la tormenta que no llega a pesar de los presagios
Conteniendo el aliento por si acaso haya incendios en el atardecer

No sé
cuál sea
el color de la muerte

Lo intuyo cuando cierro los ojos
Aunque muerto quizás mis ojos no se cierren

No te fuiste
No me dejaste solo
No abandonaste este lastimoso manojo de esperanzas marchitas
No arrojaste por la borda el lastre que demora tu vuelo

Me vence el indolente aburrimiento de durar
Se lleva por delante la ilusión
Arena negra
y no radiante horizonte por venir

Bajo la oscura luz que apenas delata los contornos
sólo fantasmas y silencioso miedo

Yo vi morir la rosa de la fe.

Así en la Tierra como en el Cielo - Mauricio Absalón

Tomé el antibiótico y no pude escuchar
el clamor agónico de cien mil bacterias.
¿Supiste del millón de soles en Japón?

¿Más medicina? ¿Estás sano ya?

Era un niño cuando premié a las hormigas;
terrón de azúcar, maná.
Del tamaño de mi padre al castigarlas;
lupa, sol, Sodoma.
Subió a mi mano, una,
insignificancia arrojada al viento.
Desdén de la mano que bosqueja
el éxodo humano en brazos de galaxia
o huracanes que arrastran insectos.

De tu hijo predilecto en expiación
el libro recogió mal la última duda
sé, porque esas cosas se saben,
que en verdad preguntó:
Padre, ¿por qué me hiciste tan pequeño?

Contadme hoy - María Ángeles Maeso

Tened presente el hambre
Miguel Hernández



Yo, Precario Sanz, sucesivamente despedido y contratado con menos derechos cada vez, también he parado, contadme. El rotundo silencio de este amanecer se ha hecho también con el mío, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subcontratada Sánchez, peonza de todos los caminos de cuya nómina sorben todos los pistoleros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Itinerante Ruiz, nómada por doce horas subterráneas, electricista o profesor por cuatro, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Temporera Pérez, que concentro en contratos de dos horas la tarea que debe hacerse en ocho, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Autónomo Gutiérrez, dueño único de mi hambre, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Mínima Bermúdez, mínima seiscientas treinta y tres veces, con treinta céntimos, trabajadora agrícola por todo el día, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Subsidiario González, perceptor de una Beneficencia decimonónica de 420 euros, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Becaria Rodríguez, experta en todas las incertidumbres, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Embargado Rupérez, aplastado por una hipoteca, imposibilitado para el descuento de una jornada de huelga, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Simpapeles García, asistenta que no consta en lugar alguno de trabajo, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Yo, Parcial Fernández, expulsado de toda protección social, supérstite humano gracias a contribuciones en especie, también he hecho este silencio, pero nadie lo habrá contado.

Contadme, el sol, que sale para todos, hoy ha hablado más claro, gracias al rotundo silencio de este amanecer, que también se ha hecho con el mío. Contadme hoy, 29 de septiembre de 2010.

Inmersión - Javier López

Anhelo las corrientes sumergidas que me lleven
al otro lado de la otra parte
a ese lugar donde no exista más
el recuerdo de tu ausencia
donde no surja esa necesidad
de revivir lo que murió
e ingenuamente pretendo despertar
como si acaso fuera fácil
decir ya la palabra mágica
Quizá pueda renacer (al otro lado)
es posible
pero tendré que hacerlo
con la memoria
vacía

de ti

lunes, 17 de septiembre de 2012

Aridandantemente - Oliverio Girondo


Sigo
solo me sigo
y en otro absorto otro beodo lodo baldío
por neuroyertos rumbos horas opio desfondes
me persigo
junto a tan tantas otras bellas concas corolas erolocas
entre fugaces muertes sin memoria
y a tantos otros otros grasos ceros costrudos que me opan
mientras sigo y me sigo
y me recontrasigo
de un extremo a otro estero
aridandantemente
sin estar ya conmigo ni ser un otro otro.

No puedo quejarme - Francisco "Paco" Urondo


Estoy con pocos amigos y los que hay
suelen estar lejos y me ha quedado
un regusto que tengo al alcance de la mano
como un arma de fuego. La usaré para nobles
empresas: derrotar al enemigo– salud
y suerte–, hablar humildemente
de estas posibilidades amenazantes.

Espero que el rencor no intercepte
el perdón, el aire
lejano de los afectos que preciso: que el rigor
no se convierta en el vidrio de los muertos; tengo
curiosidad por saber qué cosas dirán de mí; después
de mi muerte; cuáles serán tus versiones del amor, de estas
afinidades tan desencontradas,
porque mis amigos suelen ser como las señales
de mi vida, una suerte trágica, dándome
todo lo que no está. Prematuramente, con un pie
en cada labio de esta grieta que se abre
a los pies de mi gloria: saludo a todos, me tapo
la nariz y me dejo tragar por el abismo.

Tomado de "Poemas póstumos"

Chicas solas - Omar Hefling


Las chicas solas
Desenfrenadas
ríen de nada
las chicas solas
no bailan solas
a veces bailan con un gordito
a veces bailan con un enano
las chicas solas
son amigas del barman
se parecen a la Demis
a la Cindy y todas esperan a Bruce
que nunca llega
las chicas solas
jamás te engañan
no es tu brazo el que sueñan
rodee sus espaldas
las chicas solas
altas divertidas
relámpagos quietos
en las madrugadas
animalitos hambrientos
de sueños imposibles
las chicas solas
acaban en la
cama
acariciando la billetera
de algún tipo parecido a Dany Devito
las chicas solas
cuando la
noche comienza
frente al espejo alzan sus alas.


La desatada - Horacio Ferrer


A Dedé Wolf

Vio a las rosas sin corpiño en primavera.
Vio a la luz y vio a la leche derramadas.
Vio gozar a su ventana destrancada
y a la mar desabrocharse sus riberas.

Y de pronto, a cuatro manos se desata
toda entera, piel, presagios, blusa y pelo,
se descose el vientre, el alma y los recuerdos,
meta y meta desatar, desaforada.

Se desata, se desata.

Se desata la razón y los bluyines,
desanuda, corta y muerde sus amarras,
ay, loquita, que un domingo de mañana,
revoleando por el aire sus raíces,

va a vivir con todo suelto y cuando acaba
de gritar: “Me desaté, soy libre ¡libre!”,
con la última atadura desatada,
la degüella una maraña de piolines.

Se desata, se desata,
y su pobre libertad la mata.

martes, 11 de septiembre de 2012

La música es mi biografía - Sarko Medina Hinojosa

La música es mi biografía
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
Provengo de un lugar
Entre el sonido de una trompeta
La voz de una sirena
El resoplido del viento
De los pies que zapatean
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
La música define mi alma
Porque de donde vengo
El cielo es inmenso para acariciarte
Las planicies no existen
Solo montañas y valles
Los ecos hablan de tus amores
Las plantas se adormecen cuando susurras
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
La música me hace feliz
Con la sencillez de quién descubre el atardecer
La mística de tus ojos al mirarme
Sin palabras que destruyan esta confesión
Canciones que alegran el pecho
Poemas que adornan tus besos
Sentimientos conjugados en un vaso extrañado de vino
La magia de descubrirnos juntos en un solo de guitarra
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
Y que te diría si no es ¡canta!, ¡baila!, estremécete conmigo
Sueña, llora, adormécete en el sentimiento
Construye, aleja, supera los tormentos sin sentido
Vive y vive y vive sin fronteras
Podrías conocerme si escucharas mi corazón
Y podría conocerte si me dejarás cantarte una canción.

Mis poemas – Esteban Moscarda


Mis poemas son una cagada.
Pobrecitos:
Intentan justificar mi cuerpo vagabundo,
Mi alma de bote con agujeros,

Mi voluntad de playa terminal
Llena de basura.
No los culpo:
Son inocentes,
Pero han construido una cárcel
Gris
Para detenerlos.
Y ellos son
Pero su ser
Es una cagada
Al filo de un vacío
Cierto.

Un Haiku - Juan Disante


Aquella vez
había dejado la bicicleta apoyada sobre el muro
para ofrendarle un recuerdo a mi abuela.
Al regreso sólo estaba su sombra
y sobre la pared descascarada
escrito un haiku
que hablaba sobre mi futuro.
.
Esta vez
cincuenta y tres años después
la sombra de mi bicicleta sigue allí
y sobre la pared descascarada
un nuevo haiku
habla sobre mi pasado
y habla sobre mi nieta.
El autor: Juan Disante
Con autorización del autor. Del blog:

www.juandisante.blogspot.com  

Si me muero – Odeen Rocha

Si me muero
¡despiértenme!
Si me muero
¡traigan palas y caven en mi tumba!
Si me muero
¡destruyan todo rastro de la muerte!
Si me muero
¡No recen ni bajen la cabeza!
Si me muero
¡levanten las manos y griten sin cesar!
Cuando muera
¡llévenme con ustedes a surfear el fin del mundo!

domingo, 9 de septiembre de 2012

Te extraño – Cristian Cano


No serás vos, el gorrioncito que me viene a ver.

Encendida - Mario César Lamique



Te observo encendida



limpia y borra
la aureola dejada por vaso en mesa
la huella que hace implosión en la arena
la hueca
sonora y acústica
sonrisa que como emblema y bastión se muestra.

Encendida arrojada
infringiendo luz
dentro de las oscuridades remotas que la tristeza
aporta ,simplemente para llamar la atención
para hacerse presente
para que nunca te olvides que ella está,
tan agazapada
tan atenta tan
encendida como vos.

“He emprendido una viaje,
he partido, en dos ,
escalando la muralla de
humo ...” - con voz anónima diste
a entender ,después
cortaste el teléfono .

No sabìas llorar pero,
Aprendiste rápido y
Lágrimas esporádicas huían de tu interior;
de
tus manos caían, autistas, pétalos que
deshojados querían mucho
querían poco
ya no me podian querer...

y
en
tu
boca
dormía , inquieta/encendida ,
la palabra que habría necesitado para terminar este poema …

Paz – Ana Caliyuri


¿Está muerta?
O tal vez…
¡ Está dormida!
Oh dulce niño


despierta
la sombría visión
de un cadáver
que juega
con las esperanzas.
Las cenizas
de la guerra
no se extinguen
ni aún en la desnudez
de las apariencias.
¡Despierta
la Paz
niño!
Mas, mientras juegas
dime ciertamente:
Ella
¿está dormida
o está muerta?

No disparen a los muertos – Guillermo Vidal

No escuchan,
se quedaran allí ignorando el frío,
y no aprecian la condición del naufrago.
¿Solo yo sé que las cosas muertas

duermen donde nadie puede despertarlas?
Sé, digo, no creo.
Es inútil intentar levantar el Titanic de su tumba
y que vuelva a navegar con su gloria perdida.
Nadie va a devolvernos más que los huesos,
incluso del día que terminó ayer.
Es imperativo buscar la costa,
alguna señal de un puerto,
mientras quede tiempo.
Pero nadie escucha en el bote de los náufragos.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

la luz - Héctor Ranea


estoy en la luz
que reflejan las alas azules
de los cuervos

soy vidente en la esfera
de tus párpados

poder mirar
en la luz es
un impedimento para ver


mis ojos me engañan
empañan el azul del plumaje
todo se hace más difícil
con el ruido
que tapa el grito acumulado
en tus ojos

la voz que deja
el sonido de la luz
al pasar por mi cuerpo

estoy en la luz
en lo demás
todavía no existo
como para ser
la luz del día

Tango - Fernando Rosales


El rugido insoportable del encelo encerrado
trona en el cielo de su templanza libertaria
es y está siendo remanso enfurecido enrejado,
no ver la flor, que despierta silenciosa la luz del sol
calma en las mañanas de las afueras, las plazas.

Lo traicionó un buche por tres papeles,
Adentro cuenta las penas su inocencia apaleada
El miedo que se adueña en los sueños sin saber despertar.

Dios que tira “palomas” a los pinta de abajo,
las frescas brisas no alivian el miedo de ser bien amado
la mente que engaña, cuelga del pasado el mate cocido
cadenas de culpas por llevar soles negros y una penacapital.

Insomnes sentidos se oscurecen,
llegan distintos destinos que se unen

déjenlos soñar espadas y serpientes,
incubar tiempos fríos guardados,
emborrachar al cerebro con “pajaritos”
bailar con los muertos la danza del entierro.

El gusto es diferente - Aazam Abidov


El gusto es diferente,
Pero yo adoro el hecho
De que alguna gente tenga sed
De una vida post mortem


Traducción del uzbeko: Andrea Cote

Teoría de los números - Antonio J. Cruz


Para Mario Cerón

Si tienes un alma
permeable a los colores,
que son el espíritu de un cuadro,
sentirás que la vida es un boceto
de innúmeros matices.

Un albur inquietante
que estremece
como la entrada al subterráneo
de Mark Rothko
o su ritual de lilas;
es viajar al oeste
o mirar lo profundo
a través de las pinturas de aquel
que se llamaba Jackson Pollock.

Aunque a veces la vida
es un montón de nudos
que encubren
un peregrinar de cero al infinito,
después de todo la vida
no es otra cosa que colores
que conforman la sencilla
teoría de los números.


De "Poemas Inéditos"

Sobre el autor: Antonio J. Cruz