martes, 23 de octubre de 2012

teoría de catástrofes – Héctor Ranea

el extraño tren siguió hacia el mar
la locomotora se fundió en un par de olas azules
salpicaron vidrios y valijas
quedaron flotando los ojos de los viajeros sorprendidos

Lluvia de ausencias - Oscar Barrionuevo

otra vez la lluvia y
detrás de ella
tu nombre en cada gota.
tus veinte años,
una ilusión intacta,
una esperanza
y un tejado que vio crecernos en la piel de las siestas
y ya viejo, se ha llenado otra vez de pájaros.
Llueve, amor,
llueve en esta tarde y
el agua golpea en la galería
mojando en el recuerdo de los rostros de entonces.
Hoy ya no veremos los árboles.
Llueve, amor,
y la patria ha vuelto a estar en paz.
Tu corazón lleno de sangre no ha sido en vano.
Llueve en las montañas,
en las calles solitarias
en las huelgas callejeras
y en la soledad de mis ojos
que se han quedado,
para siempre, sin los tuyos.

Del libro: Versos extranjeros
http://poesiasyrelatosdebarrionuevo.blogspot.com

Tiempo muerto - Nanim Rekacz

Dedicado a mi hermano Nani Maida


Me dice
que está matando el tiempo
y me pregunto:

¿será el suyo, desangrado de sueños
en ese suburbio sin salidas?

¿O el de su hembra maltratada,
cansada paridora de tiempitos futuros?

¿O será mi tiempo adolescente que he perdido
en esta madurez sin presupuesto?

Tal vez ese tiempo asesinado
sea anciano,
enfermo...
y le robe a cambio unas monedas...

Matando el tiempo, dice...
y dispara
y dispara
y dispara.

Sirenas policiales,
las manos en la espalda,
las esposas...

El suyo será ahora
un tiempo detenido...


Basural - Fernando Andrés Puga

Llueve
¡Qué novedad!
Brotaré por enésima vez.
Yuyo entre bolsas y ratas
que tu hastío con hambre arrancará de raíz.

Clarea
¿Qué le vamos a hacer?
Me despliego hacia el día.
Flor silvestre entre latas y moscas
que tu escuálido paso decapita sin ver.

No te mueras.
Volveré a crecer.

domingo, 21 de octubre de 2012

Amé su cuerpo entonces - Otto Raúl González


Amé su cuerpo entonces y su alma.
Su piel fue para mí la tierra firme;
la soñé como un sexto continente
no registrado en mapas todavía.
Soñé con la bahía de su boca.
Su pelo era una selva virgen
que abría su misterio mineral y oscuro.
Soñé con las ciudades de sus pechos.
Los ríos de las venas que afloran en su piel
eran rutas abiertas
a la navegación y al gozo.
Se podía viajar en su mirada.
En las blancas llanuras de sus manos
yo cultivé el maíz y buenas relaciones.
Después no pude estar sino en su cercanía.



El juicio original - André Breton & Paul Éluard


No leas.
Mira las figuras blancas que dibujan
los intervalos que separan
a las palabras de muchas líneas de libros,
e inspírate en ellas.
Dale a los demás a guardar tu mano.
No te acuestes sobre las murallas.
Retoma la armadura que te has quitado
a la edad de la razón.
Pon al orden en su lugar,
desarregla las piedras del camino.
Forma tus ojos cerrándolos.
Dale a los sueños que has olvidado,
el valor de lo que no conoces.
No prepares las palabras que gritas.
Róbale el sentido al sonido,
hay tambores velados hasta en las vestiduras claras.
Habla según la locura que te ha seducido.
Lo que encuentras
sólo te pertenece mientras tu mano está tendida.
Hazles la sorpresa de no confundir
el futuro del verbo tener,
con el pasado del verbo ser.
Al que pida ver el interior de tu mano,
muéstrale los planetas no descubiertos en el cielo.
Abstente de lo que tiene la cabeza sobre los hombros.
Regula tu marcha con la de las tormentas.
Mira la flor de la enredadera; no deja oír.

Invctus - William Ernest Henley


Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.


Las cosas que uno no hace - Anónimo


¿Te acordás el día en que te pedí prestado tu auto nuevo y te lo
abollé?
Pensé que me matarías, pero no lo hiciste. .
¿Te acordás cuando te arrastré a la playa, y me advertiste que
llovería y así fue? Creí que me retarías: "Te lo dije".
Pero no lo hiciste.
¿Te acordás cuando me puse a coquetear con todos los pibes
para ponerte celoso y lo logré?
Creí que te irías, pero no lo hiciste.
¿Te acordás cuando volqué la torta de frutilla sobre la alfombra de
tu casa?
Creí que me golpearías, pero no lo hiciste.
¿Te acordás cuando me olvidé de decirte que la fiesta era de
etiqueta y apareciste en jeans?
Pensé que me abandonarías, pero no lo hiciste.
Sí. Hubo muchas cosas que no hiciste.
Sin embargo me soportaste, me amaste, me protegiste. Yo quería
resarcirte por muchas cosas cuando volvieras de Vietnam.'
Pero no lo hiciste.

Citado por Leo Buscaglia en "Living, Loving and Learning", 1982

viernes, 19 de octubre de 2012

Tres poemas - Alejandra Leticia Taylor


1
Vas quemando el aire
como fuego de vela
que quema mi aliento...



2
Dejé mi casa
mis libros,
mis plantas...
Y me extravié en la tarde,
en tu calle...

Crucé a tu vida.




3
Ocres...
En hojas sin recuerdos.
Tu voz pinta lo cercano
por el atajo de la intuición.
Mi viaje lleva tu ausencia

Sobre la autora: Alejandra Leticia Taylor


Alma - Esteban Moscarda


Alma vino corriendo
con pies de éter y alcohol.
Cuerpo derrotado en fango
de realidad rugosa.

Sobre el autor: Esteban Moscarda


Daniel Quintero

Estoy solo esta noche no es de mis dominios y tu fantasma /
como siempre leal/
me apuñala de frente



Uyumi - Fernando Andrés Puga


Sobre este seco mar de sal
un espejismo flota sin esfuerzo

En la apacheta
una última ofrenda
antes de caer en el sol


Sobre el autor: Fernando Puga

sábado, 13 de octubre de 2012

El hombre y el universo– C. J. Severiano

El cosmos es una fiesta sempiterna del big bang
y el hombre yace limitadamente
como un punto en el tiempo.
El Hubble besa mi légamo
como claro de luna y
cuando el sol despierta
acaricia mi piel de Adán y
el universo sigue siendo una fiesta infinita del big bang

Ecce homo - Fernando Andrés Puga

Dime tú
que estás ahí escribiéndome:
¿De qué color pintas mis ojos?
¿Con qué buril se talla mi carácter?
¿Dónde aprender los trucos para andar estas selvas?

Dime tú
que harás de mí un héroe o un villano
si habrá alguien el día de mi muerte
en silencio
mirándome morir sin haber sido
más que dudas de ti
de tu deseo
arrogante de dar vida

Dime tú
que pretendes deshacer tu lado oscuro
inventándote un otro que soy yo
¿A qué viene tanta altanería
si al beber apenas una copa
caes
irremediable
en abismales fríos?

No me creas
Tú que a todos has creado
Y en todos has creído
No me creas
ni me crees

No seré
Prefiero no haber sido

La distancia mínima – Guillermo Vidal

Te veo,
sé que estas ahí,
y la distancia me parte el corazón,
pero menos tal vez fuera morir.
El aire no alcanza para los dos