Y quizá yo solo
sé todavía que vivió.
(Giuseppe Ungaretti)
Lo conocí
en una pensión de Italia.
Ocupaba la pieza contigua.
Me pidió fósforos una noche
Me pidió fósforos una noche
y yo temí por su piel de petróleo
Un café y dijo que se llamaba Samad
Un café y dijo que se llamaba Samad
venía de los rascacielos que brotaron hace poco
en la antigua Persia
Otro día me presentó a la mujer
Otro día me presentó a la mujer
que habitaba en silencio tras un velo
y bajaba los suaves párpados
hacia la tierra
Compartí en su cuarto
Compartí en su cuarto
una comida con aroma a limón y a muerte
Y sólo conservo de los turbios susurros
Y sólo conservo de los turbios susurros
de su lengua
una palabra: Golja, que significa flores
Golja golja repetía y señalaba
Golja golja repetía y señalaba
el verano derramado sobre los campos de Urbino
y yo decía golja golja golja
y reíamos los dos como idiotas
creyendo que por fin hablábamos de lo mismo
Ese otoño su ayatolah lo llamó para la guerra
Ese otoño su ayatolah lo llamó para la guerra
y regresó al Irán
Le escribí
Le escribí
de derecha a izquierda
de abajo hacia arriba
a la dirección que me había dejado
pero no respondió
Todos los años
Todos los años
cuando llega el verano
y los campos resplandecen
presiento que nunca existió un lugar
donde pudiéramos encontrarnos.
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