domingo, 21 de marzo de 2010

ELEYA - Ricardo Giorno

Sembrando inestable crepúsculo,
ella asoma el viril aplomo.
Quizá sienta sobre las caderas sueltas,
argucias de perfecciones olvidadas.

Sitiada sobre el fértil campo
preñado de luciérnagas ciegas,
deposita ella la otra parte de Luna,
y me hace perder palabras.

Se somete sobre el poniente,
hasta hacer trastabillar a Sol,
dejando crudos, y a la vista,
pétalos caídos de vida callejera.

Supura, enmienda, cauteriza,
raya, corroe, profana, ¡sonríe plena!
en medio de naranjas consumidas,
y me hace perder señales.

Prepara la soga, en el campo de Tierra.
Me veo allí. Allí mismo, tejiendo luces,
matando ángulos, creando mares,
complaciendo...
Sí, a ella.

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