Es el frío lo que hoy lo habita,
no hay hoy para el frío otra cosa
en el mundo salvo él, ni otra acción
que la que ahora sobre él ejerce;
en su mano izquierda, abierta, el frío,
en su mano derecha, cerrada, el frío.
¿Cómo se resguarda? ¿Cómo busca calor
cuando se trata de un frío personal,
por ningún invierno producido,
mientras, para los demás, las hojas,
verdes como nunca, se vuelven frutos
y sus bocas los muerden
y los encuentran apetitosos y dulces?
¿Por qué el sol que conforta esta mañana
a los niños que juegan
y a los hombres y las mujeres que se abrazan,
para él deja de irradiar,
se oscurece, se desinfla?
El Autor: Carlos Barbarito
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