Te quiero en esta casa plenamente
libre, redonda, latiente y futura.
Te quiero sabia, por hembra y por luna
por enredadera posible y siempre.
Te pido florecer en las hendijas
de tanta dictadura de cemento,
y sueño que desarmes los cimientos
de la torre del no y de la rutina.
Te llamo como llamo a mis adentros,
a media voz, cruzando las paredes,
pidiéndote que enciendas las mujeres
que explotan en tu todo y en tu beso.
Que el cielorraso no recorte el vuelo
de las camas y los días que nos crecen.
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