jueves, 8 de julio de 2010

Generación `60 - Nanim Rekacz

No hubo marcha combativa en la que no te sumaran,
ni paredón que no sintiera tu brocha –harina y agua-
Tu pincel nos gritaba las consignas más duras
con sus trazos seguros, cada nueva campaña.
Yo te veo, gigante, sacudiendo montañas.
Y también pequeñito, cual conciencia y memoria,
debatiendo futuros, analizando historias.
Sacabas a flamear tu corazón por las calles,
todo vena abierta, todo empuje y sueño.
De lucha en lucha, huelga y bronca. Siempre el pecho.
(De vez en cuando vino y pan, colchón y un beso,
amor de compartires, asambleas y proyectos).
¿Te acordás?
Nos contaron la fuerza de los que resistieron
el golpe y la tortura, muertes de compañeros,
exilio y noche oscura. Y sin embargo, siguieron.
Y vos, después de todo, apenas grito y paro.
Algún descuento a veces. Un poco de cansancio.
Cayeron los jerarcas. Se fueron los burócratas.
Los honestos que vinieron... siguen. Y son gerentes.
Y tanto ciclo cíclico, tanto cántaro a la fuente.
Y el colador colando. Y siempre menos. Nada.
Hoy perseguís ofertas en cuotas accesibles.
Te asegurás el techo, un laburo, auto nuevo.
Planificás verano con chalet en la playa.
Y alguna cana al aire cuando ahoga el encierro.
La flaca rutina, pacífica, agradable,
acaricia tu lomo, te aguarda con pantuflas.
Los electrodomésticos ronronean y brillan.
Lucís perro con papeles, libreta de familia.
Compraste una pistola por si entran ladrones,
reja, seguro, alarma. Y un frasco de pastillas.
¡Cómo cambiaste, hermano! El rojo es el mismo.
La consigna, distinta. ¿Revolución? Ya no... ¡Remate!
Y yo, que estoy mirando, te acepto este buen vino.
Brindemos por ayeres que fueron y que fuimos.
Vistamos este ahora con disfraz de triunfo.
Total, estás de vuelta. Total, yo... ni me he ido...
Seamos un poco francos, hablemos y asumamos
que nada hay más difícil que luchar con molinos,
que puede más el lento desgaste cotidiano
que el muro, la piedra, la reja y el palo.
Y ya que estamos solos, abrazame... abrazame...
Que me sangran las manos, que me duele este frío.
Que este espejo confunde tu rostro y el mío...

1 comentario:

Salemo dijo...

Me gustó mucho este texto, Nanim.Muy bien reflejado el cambio que más de uno ha (o hemos), tenido con el correr de los años.