La primera luz
atraviesa el patio oscuro,
cae al azar.
La sombra de los pasillos
sigue resignada
la diáspora de luces.
Recorre las lozas dibujadas
como una pequeña travesía.
carga en las espaldas
pensamientos errantes,
y una inspiración profunda.
Suma la mirada al cielo
para augurar el día.
El silencio es el tesoro
bajo un vidrio delgado.
Suena la campana.
Entre la celda y la capilla
hay cuarenta pasos.
http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2010/11/guillermo-vidal.html
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