desperté
porque siempre hay que despertar
de un sueño
transparente
sólo para ver tu mirada translúcida
reflejada en mis lágrimas nocturnas
nadie puede notar
que las mariposas lloran
mientras se deshacen
en esa sutil niebla de cristal
que las colora
y sin embargo
te adiviné colocando
grano por grano
lo que quedaba de esas alas
desintegradas en polvo
entre tus senos y mi mirada
en las sombras
de una selva
que sólo nosotros recordaremos
El Autor: Héctor Ranea
No hay comentarios:
Publicar un comentario