Pero,
puesto el punto final,
o
los puntos suspensivos,
la
espalda por fin contra el respaldo,
lo
hecho adquiere figura de animal
con
una pata más corta,
un
ojo un tanto o muy torcido,
que
encuentra con dificultad de donde beber
y,
con todavía más dificultad, alimento;
en
el fondo, escondido, un error
que
no salva la ortografía,
un
hueco donde debiera ser llano,
un
llano donde debiera haber un hueco.
Si
es jardín, acechante, la maleza.
Si
es maleza, refugiado en ella, el desasosiego.
Al
mar, clama el poema.
Pero
el mar queda lejos.
A
muchas jornadas, a pie descalzo,
por
una ruta de ripio.
Y
este oficio no da para zapatos.
El Autor: Carlos Barbarito
1 comentario:
Hola me gusta tu poesia
Me gustaria que viaras mi blog de poesia que se llama igual que el tuyo y me direras que te parece
Gracia
http://anna-historias.blogspot.com.es
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