lunes, 18 de enero de 2010

Reflexiones - Nanim Rekacz

Podría volarme de gaviotas la cabeza,
acomodarme ese viejo sombrero robiniano
y disfrazar mis algas con los brazos
llorando olas. Podría también -si quisiera-

masticar las veredas
y acuclillar mis médanos sobre las lisas
pestañas de los muros.
Podría –quizás- arrumbar los gatos negros
y fabricar servilletas de papel
con los claveles más blancos
mientras otro rubio me fuma los pulmones.
Podría –si respiraran las palabras-
hundirme en la acuosa
masa de los días endiariados
y esquinar los gritos madrugales.
Podría –estoy casi segura- convertir
mi mágica varita en largos dedos
y llamarlos ternura y princepeazularte.
Podría hacer de este mundo, mi casa,
ponerle una blanda cama a mi cansancio
y soñarme en la oficina
tecleándome formalmente la lengua.
Podría mirar este lugar –de lejos y de arriba-
y recordarme –sin nostalgia de mi cara sin arrugas-
a través de los barrotes proyectándome en una despedida.
Podría dejar tranquilas las penumbras,
recostar mi lagartopiel al sol y -¿por qué no?-
contarte que te pensaste solo en las palabras.
Podría –si pudiera...- destejer mi pelo,
suavizar este vestido de agujeros
y sacar a lucir mi madurez
de cuerpo entero.
Podría...
Y, sin embargo, me puede todavía
esta concavidad de bardas y me encuentro
con mis partes desparramadas
en las otras tantas bocas que me nombran
(y devoran).

3 comentarios:

MARIA FABIANA CALDERARI dijo...

Me gustó mucho. "Podría–estoy casi segura-"convertir mis emociones en aplausos... Saludos

Florencia Madeo Facente dijo...

Bellas líneas...Saludos!.

©Claudia Isabel dijo...

Un poema que muestra la fragilidad, el miedo...
Un placer leerlo