miércoles, 6 de enero de 2010

El gato en Alemania 2 - Rubén della Sera

Idunn no tiene inocencia
ni la necesita
ni la pretende
si ella es magia
sí, magia en el deleite
valquiria que se enciende
al roce mismo, mínimo,
de una mirada.
El gato lo sabe
y entonces la mira
como él sabe mirar,
estira la mano
se zambulle de cabeza,
¡humedad ardiente!
¿Inocencia…?
Ella no la necesita
no la pretende
hunde las uñas
detona en un grito
en decenas de gritos.
El gato asciende,
invade,
los gritos mutan en ruegos,
en insultos
en muecas,
en gemidos para que nunca,
pero nunca,
el gato se retire

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