Agudos sonidos provienen del averno,
Donde refulgen las estrellas que flotan invisibles
En las decenas de luz y tiempo que separan este cuarto del todo
Inaccesible para los hombres, ese vacío mortal de nada adentro, solo
Un corazón que late y late al recordar tu nombre viendo el firmamento,
Los sueños en años dorados que nos envuelven la confianza
De apostar al amor de nuestros ojos al cruzarse,
El magnetismo que recubre la cama en nuestras albas,
La desnudes de tus ideas al expresarte bella, resplandeces, eres,
La gravitación que siento al acercarme de lleno a tu piel,
Soltura de pez en el mar, ave en el aire, suavidad aferrada a Natura,
La Diosa reina, que rige a los soplidos el curso del viento,
Quien adueñado de la fuerza esculpe las piedras
Y los colores pétreos, óleos en bruto,
Maravillados ante la sensación de morir un poco
En cada enlace de mis jugos a tus esencias,
Duermo en el cielo de tu pecho, donde se aloja
El amor del bueno, donde reviven las fantasías y los sueños
Y el calor rebela la luz más increíble, la ensoñación.
12-08-08
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