martes, 13 de marzo de 2012

Aferrados – Ricardo Giorno

Sólo tienen veinte dedos para componer
Atrapados en una bomba de neuronas
miran a sus víctimas con los pies
en la cabeza.
Eso es lo que están haciendo
yendo del lado que pierde
y redefinen las señales:
nadie puede cambiar por oír una canción.
La insignificancia está bien,
el desenfreno besa al esplendor
la tarde oscurece en abstracto, opaca,
griten si el silencio los aturde.
Así que quizá no obtengan turno, y
nadie es más sincero que sí mismo
aunque una lengua contaminada a veces
tiene suerte.

Dormimos.
Duermen.

El cielo muta a rojo toro
no es lo que entra por los ojos
lo que los condena:
deseos.
Desean despertarse y se dan vuelta
vuelta a seguir durmiendo
semilla corruptible
los campos se vuelven tenebrosos azules.
No es por la noche que la oscuridad se tumba
y la tumba se les vuelve luz
a la sombra del relámpago
la cosecha asoma el puñal.
Quizá no tengan tiempo, y
nadie es más sincero que sí mismo:
triunfa una lengua contaminada
y la semilla muere en su sueño.


Sobre el autor: http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2011/09/ricardo-german-giorno.html