Yo voy a ser exhibicionista
plasmar mi carne sedienta
de datos impuros y deseos de gritos,
encima de la mesa
desgarraré mi pecho y dejaré el corazón
palpitante, caduco
mientras me masturbo para vuestro goce.
Así es la vida del autor
que irrumpe en este mundo,
llorando como un crío al nacer,
supurando bilis de versos,
poemas y canciones.
Sin creer, ni saber, y menos desear ver,
que no es el único estúpido que grita.
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