domingo, 24 de julio de 2011

Tres versiones sobre la muerte de una hoja - Mario César Lamique

Siempre es triste ver algo caer

(Extracto de un libro de lectura obligatoria para las hojas adolescentes)
1

Tiempo: frío

personas: pocas

El árbol ya viejo pensó que no necesitaba de las
hojas

para mantener su belleza y

en la noche

en medio de una cuadra muy transitada

la desprendió
( junto a las otras compañeras de caída )
cajo dando vueltas

y giros

en el aire...

Cayó con la fuerza de sus ganas de no caer

cayó
y entre dos baldosas

se desangró

- aunque el nombre técnico
de su sangre sea otro.-
2

Los primeros meses
la hoja fue tomando
tamaño y seguridad;

después supo de la
existencia del viento

que surge al decir algunas
palabras
de inconveniente
pronunciación.

Y llegado el día en que todo debe retornar
emigró
con el recuerdo
de lluvias miradas a media altura;

el impulso parío el
saltó
se dejo caer y fue
maltratada por el viento,

( que surge...)

la encontraron dos días después

muy golpeada
en el parabrisas de un auto.

3

Estaba emocionada
- era su primer otoño -
había crecido y
ya respondía de sus actos,

quería dejar de vivir en la rama

pero no vieja y amarilla; esa
noche
en un descuido de

la noche,
se lanzó al espacio cotidiano;
fué prisionera y nunca supo
cual era su rumbo, luego

vieja
y
amarilla,
pisoteada por peatones
que tampoco sabían su rumbo,
la abandonó el viento

en una esquina céntrica.

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