"Un niño pequeño dedidió salir a jugar.
Cuando abrió la puerta,
vió el mundo.
Cuando pisó el umbral, originó un reflejo.
El mal había nacido"
David Lynch, extracto de "Empire"
"El conocimiento es como rascarse una herida: después pica y duele más"
Samuel Butler
Sobre el borde de la mesa, el mundo.
A través de la mesa,
los otros, el mundo.
En la superficie de la mesa aprendimos: violaceos, rojos;
blanca mañana de humo.
(lo que no termina de quemarse irrita hacia adentro)
Primero, la visión alternaba en rodillas piernas cinturones
(invitable detenerse en esa hebilla con siglas).
La gravedad y el calor se mueven en sentidos opuestos.
Eso lo aprendimos tarde.
Amarrados por la gravedad, caminamos
insistiendole al calor
pensando que siempre es temprano, que la actividad empieza a media mañana.
Después queda creer.
Volver en puntitas de pie al borde de la mesa,
arrodillarse, si fuere necesario
alinear las pupilas para observar, otra vez, los colores, pero no.
Retorno
Con algo de pasión creímos el cuento a propósito de esa maldita cinta.
como si al derecho y al revés pudieramos palpar los detalles perdidos.
Es escabrosa la palabra detalle.
El detalle,
es el ojo,
el mismo ojo que ahora vaga en la esperanza.
-ver, es apenas, una etapa previa de transformar-
en ese momento nos cubrimos la cara,
como un chico,
para afirmar que no existe nada.
Ya, con los cuerpos enteros tendidos en la tierra,
nos abrevamos de antiguos susurros.
3 comentarios:
esta demasiado oscuro, no logro leerlo!
Ya lo corregí, perdón.
un poeta sanguíneo; con intensidad. imposible permanecer imperturbable en su lectura. gracias
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