De mi sombra tengo ya dos siglos
y algunos años de dolor inacabado
Entreabierto el ojo la nostalgia
los relojes derivaban mudos
hasta el minuto fatal de la ceniza.
¡Qué longitud la de mi aliento!
¡Cuánto morir llovió
desde tus pies movidos
hacia el silencio que llevaba
en mi bolsito azul, mi diario!
Me vi en algunos años
hacia atrás de mi cimiento vida
escarnecido y roto
verde y duradero
y aquel dolor me pareció de pronto
como una madrugada
golpeándome la lengua.
De Del pájaro y la lágrima. Ediciones No muerden (1990)
Extraído del blog Poesía del interior
1 comentario:
Muy bueno. Sin duda alguna. Un placer!!!cariños
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