La lujuria es un arca,
vientre ávido de yuntas que sueñan emerger
en la piel a aspirar aire de alianza
o a regresar palomas.
Ni la vida mundana ni la ambición
pueden disciplinarlas.
Son duplas que vocean y apenas se contienen
cuando evocan nostálgicas
la fácil felicidad de jóvenes primicias
en diluvios remotos.
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