Estuve siempre allí
en el silencio,
invisible
sobre sus ojos y sus labios.
La tejí con luces
y espigue su sombra,
susurre en su oído
el amor del viento,
por su corazón entero.
Lo que nadie puede,
abrió los ojos para verme,
Y me hundí en su seno.
Y quise cruz y quise sangre
y quise corazón,
para que ella lo bebiera.
Y quise vivir,
cuando la vi. llorar
sobre mi cuerpo muerto,
Ahora la miro toda mía,
pero mejor
ahora yo...todo de ella.
1 comentario:
y...es un final perfecto, de todos los finales, éste atraviesa como una broca de diamante cuando corta la piedra más dura, sin duda. Gracias por compartirlo!
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