las ropas colgadas
como lenguas muertas
lamen el aire
de azoteas sucias
las ropas colgadas
como lenguas muertas
lamen el aire
de esas azoteas
donde germinan los suicidios
y los niños rotos
de juguetes ya adultos
las lenguas muertas
al aire sin beso
enfrían a la boca
hasta hacerla patio trasero
mientras en las azoteas
donde germinan los suicidios
alguien tajea un brote de muerte
y decide volarse a sí mismo
por más que no sea domingo
sucio dios de los suicidios
de las ropas colgadas
en azoteas
como bocas desnudas de besos
las lenguas muertas
prendidas de los broches
inventan un idioma
para gritarle al cielo
pero ese grito en el cielo
son los clavos oxidados
que mañana lloviznarán
sobre las hamacas de las plazas
dejándolas como péndulos de silencio
metrónomos del vacío
vacío que se abre como la boca
que atrae hacia un beso falso
a ese que dejó de ser
y que ahora se estrella
contra el pavimento
como una bolsa negra de consorcio
pero las ropas colgadas
como lenguas muertas
por las noches se emborrachan
de estrellas
se maman a la cruz del sur
y luego como si tuvieran
la boca hecha de trapo
le recitan un poema caliente
a la luna
para que se ponga colorada
y eso sí a veces lo logran
pero sólo hasta que amanece
entonces las azoteas
vuelven a ser bocas vacías
llenas de niños rotos
y alguien viene
descuelga las lenguas muertas
y sale a la ciudad
vestido con ellas.
Extraído de http://palabrar.com.ar/
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