El amor no es príncipe azul montado en unicornio
Que libera de la torre a su princesa dormida,
El amor no es temblor, no es planificación,
No es caricia del recuerdo ni pan del futuro,
El amor no es poeta loco destilando versos,
No es miedo de polos fríos y solitarios
Ni sensual cadencia de los bailarines,
No es clamor del cielo,
No es suplicio de los dolientes,
No es karma de los empobrecidos,
Tampoco rosas fríamente despachadas.
El amor nunca es futuro:
El futuro es sol de borrachos,
Es promesa que se cumple y que muere.
Mañana es la ilusión del romántico con ansias ya muertas.
El amor tampoco es ayer:
Ayer es dolor, es angustia y olvido,
Miradas bajo una frazada que nadie recuerda.
El ayer cambia, se modifica,
Es antojadizo igual que un nene
Y de ceño fruncido como un viejo.
Los que viven del ayer están sentados,
Inmóviles,
Y el ayer trabaja por su cuenta,
El ayer los consume.
El pasado encarcela y hace versos hermosos,
es punto de encuentro entre la cuna y el sepulcro.
El amor, dicen los poetas del amor, vive del futuro,
Es una eterna promesa;
El amor, dicen los tangueros, vive del pasado,
Es siempre fue,
Y fue siempre algo mejor de lo que es y nunca será,
Un almohadón mullido de tierra,
Una tumba de flores campestres.
Pero el amor
El amor debe ser siempre hoy.
Podría ser mañana, o pudo ser ayer.
Y lo es.
Pero el amor que perdura vive en el hoy,
Es acción, rutina, barro, caricia, cansancio, pelea,
Es tan penetrante y real como el olor a lluvia,
Es tan hermoso y absurdo como una pecera en el río.
El amor jamás será ilusión,
Tampoco problema.
El amor es hoy.
El amor es parturienta de la vida.
Y no hay otra cosa más allá de la vida.
No existe el paraíso del mañana,
Ni el infierno del ayer:
Sólo existe el hoy de la vida.
El amor parido como algo que vendrá,
que siempre vendrá,
es lo contrario al amor: es una mentira.
Servirá para el aprendizaje,
para lograr el llanto y componer poemas.
Pero no existe.
El amor plantado en el pasado es puro duelo,
y como todo duelo, debe terminar.
Quedará tal vez por siempre la cicatriz del amor perdido,
y vivirá la esperanza del amor futuro.
Pero jamás servirá sin la verdad del hoy,
que es fugaz como el ayer y el mañana
pero que vive y late,
como nosotros,
tan reales ahora,
latiendo y viviendo,
y tan ilusorios en poco tiempo,
ya muertos,
cayendo en el olvido
inevitable y redentor.
Al final,
el amor es ver tus rayos
Despertar al sol
Justo antes
Del anochecer.
2 comentarios:
Qué buena definición
Jerónimo, es una preciosidad, que bonita definición.
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