Antes fue oscuridad, aspereza. Suficiente
oscuridad, apenas soportable aspereza.
Abandono y soledad fue;
y angustia y temor. Lo suficiente.
Después vinieron veredas a paso rápido,
siempre en hora;
amaneceres húmedos de invierno;
calles vacías; neblina y ese olor,
que era perfume
que es recuerdo.
Y vino también en un día frío
una casa llena de ventanas;
y una mesa inventada y camas fabricadas para siempre;
y sillas azules y prestadas,
para devolver a tiempo, antes
de que la costumbre empezara a echar raíces. Igual,
hubo sillas azules y prestadas
devueltas
¿a tiempo?
Con autorización de la autora, http://www.lugarnecesario.blogspot.com/
2 comentarios:
Iris-eres excelente.
Quien pudiera escribir así-
Quedé fascinada-
Gracias
gracias, Chely, por tu comentario. me doy por satisfecha al haberte llegado con mi poesía. un abrazo. Iris
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