El silencio arde,
aún baila la tristeza,
las llamas cantan.
Lluvia sincera,
vuelve lúgubre noche.
Muere la risa.
Corre la roca.
La nube mira triste,
grita silencio.
El loco baila
cuando el cerezo duerme.
Nadie lo espera.
Hoja densa oye
gritos mudos de agua.
El viento calla.
Hielo de fuego,
dulce azucena de humo
no vuelvas más.
Recuerdos de aire,
el dolor no desprende
lágrimas blancas.
Luna roja era
bajo el río pálido,
las aguas ríen.
Llegó la hora.
Pongan mucha atención.
Todo va a acabar.
Huye la calma,
violenta armonía.
Solo recuerda.
Sueño de ajenjo
vela el fuego nocturno
de ojos vacíos.
Vil soledad
oculta visión negra
de un alma muerta.
La única vía:
caer en el abismo
y no volver.
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