la pregunta no es por qué escribo, sino por qué muero
en cada palabra que mi cuerpo trenza
en la luz de esos interrogatorios
a mí misma
en la patada a corazón abierto
la pregunta es cuándo
dolerá menos
la pequeña traición de las manos
que, sigilosas, inventan mundos
sueñan cercanías
elaboran mapas y soledades
cuándo dolerá menos
la escritura extraviada en blancos
basurales
digo no
a las respuestas fáciles
a las disculpas rápidas
y borro la herida del cuestionamiento
con mi propia lengua
alguna vez mi silencio
dejará de ser la cartografía
de mis orígenes
de todo cuanto amé
del sol radiante que cicatriza
los mejores olvidos
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