La confesión de la increíble banda
despeja arriba lo que tiene el cielo,
y con su escudo el Gran Dragón Rampante
tetralogiza el pan, refleja el brillo.
La explicación del cero al infinito
casi tropieza al fin con el oscuro:
la deuda ley llevada al karma ajeno
no va a temblar al ofrecer su manto.
Y visto en el espejo holgado pecho
así en Moebius se retracta el filo,
y reducido a nada, a sombra, a estrella,
al fuego volverá, del cielo vino.
Y encima del arriba con harina
se cubrirá su aliento de fantasma,
y a instancias de un Sigmundo dolorido
juntará fe, la vida que le falta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario