Esta mañana,
me despertaron los bronces
que se repetían en los cerros.
Convocaban a cumplir con los rituales
de la primera misa.
Más tarde,
por las calles de Cafayate,
estallaron las voces del silencio
y yo expulsé mis ángeles oscuros.
Entonces supe lo que es estar cerca del cielo.
Poemas de “AIRES DEL NOROESTE” (2005)
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