Asimilé tu fe idolatré a tu dios
para poderte amar en un instante eterno
te vi marchar y blasfemé
contra la noche inmensa
hasta que ya no tuve fuerzas y caí
rodeado por ángeles y perros
amaneció y sentí tu voz en mi recuerdo
aún sigo perseguido
por las sombras de tu mortal olvido
Tomado de http://resueno.blogspot.com/
2 comentarios:
Me gustó, Javi.
Cuando nos pasa(alguna vez nos ha pasado ¿A quién no?, solemos sentirnos de esa manera.
Gracias Miguel.
Es la expresión de un sentimiento genérico, que basta que te ocurra una vez en la vida para que nunca se olvide...
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