Mi amor, necesitado de epidermis y endodermis.
Reclamando su cuerpo ser corpóreo.
Tan espectral y amorfo y etéreo.
Exige ¡carne! ¡esperma! ¡orgasmos!
Grita, aúlla, como lobo.
Se planta en cuatro patas, mostrando los dientes.
Chorrea saliva y huele...
Busca hembra.
Me vislumbra...
Clava sus ojos acerados y rasga la tierra estéril
con sus pezuñas.
Curva la espalda...
Salta...
Se acerca velozmente.
Mi amor ¿por qué tardaste?
¿No presentiste mi espera en esta cueva?
Hastiada estoy
de soledades y hambrienta.
Me rodea,
me circunda,
su pelambre reluce y su lengua
se relame.
Como bestias
confluimos en el aire
en un entrechocar de huesos y de músculos,
la respiración se mezcla
con latidos,
los sexos se funden.
Mi lobo está aquí
dentro de mí
me posee.
Y en la culminación rotunda del orgasmo
somos humanos
desnudos,
temblorosos
sedientos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario