No me culpes.
Tan solo no supe decirlo.
Quizás me entretuve demasiado
recorriéndote y no encontré el momento adecuado.
O tan solo fue que
no conocía las palabras justas.
¿Quién sabe?
Podría estar a tiempo.
Ahora por fin sé
lo que debería haberte dicho.
Pero es probable que
ya no quieras escucharlo.
O que de nada sirva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario