El invierno se niega a tirar la toalla y se hace fuerte en los barrios del sur, cara de viento, dedos de huracanes soñando violencia blanca y los dedos de hielo que te quieren acariciar esa cara de fuego (dedos omnipresentes, dedos de un dios gastado). Todavía queda tanto invierno que el infierno es un poco más frío y el diablo no toma vino, toma cerveza de hojarasca y los zumos de los árboles que ayer se creyeron dueños del mundo y hoy lloran tanto invierno tanta helada tantas gracias cubiertas de nieve.
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