domingo, 13 de mayo de 2012

Intraducible, incluso para un demonio... – Carlos Barbarito



Intraducible, incluso para un demonio
y más allá del lento agotamiento
de las lámparas, único, permanece.
¿A qué flujo o reflujo,
entonces, encomendarlo
y hacia qué polo sonoro
o con sordina dirigir el magnetismo?
No saber, jamás, si razona
o desvaría, si expresa
una vía de lava, un encuentro de amor,
si anda bajo soles errantes,
bajo la tierra, sonámbulo,
si alcanza la orilla,
si se configura como nube o vértebra,
si habla de yescas,
rayos, traiciones, esquinas,
amparos, intemperies, escudos.

No hay comentarios: