Es oscuro,
hace al monje
y al hombre,
desde ese espacio impenetrable.
Sujeto a leyes
que se ocultan en los límites.
Insiste en ser
con el asombro.
La historia
que puede contarnos
no está a la venta.
Gana con la furia,
atraviesa como un límite,
abriendo heridas
como murallas inaccesibles.
Despierta con una mueca desoladora
y antes de articular la primera consonante
la sola mirada no quita el aliento.
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