A José María Arguedas
A María José Abeijón
A Liliana Ancalao
A Jorge Spíndola
¿Adónde vas, palomo ciego?
¿Adónde vas si ya se fue la noche?
Si el disparo nunca logra matarte
del todo
para siempre.
¿Adónde baja tu voz tan desprendida
como un río entre rocas
de sierra y de montaña?
¿Adónde comienza a serpentear la sombra
de tu lengua partida
sobre el nudo impar
de nuestra lengua?
¿Cómo golpea tu nombre profundo
en la sangre mellada
desde el barro?
Nuestros pies laten sobre el frío
descongelan los pechos de la noche
amarilla.
Bebe mi sangre, palomo
mi sangre también es ciega.
Bebe esta tarde
en que los amigos y las amigas
celebran la vida y la poesía
y el hielo de los pasos se incendia
dulce
en otro vuelo.
Somos peces del agua
con ojos de sal gruesa.
Somos peces de aire
con una espina azul
entre las branquias.
Nos tragamos todos los colores
para que la luz sea un pliegue del día
en este día.
Estos cuerpos a tientas son puente
entre los mundos,
vientres de pan
para los días de hambre.
Nosotros sabemos sí
que hay un nosotros.
Nosotros somos nosotros.
Nosotros somos nosotros.
Sangre de amor.
Boca de amor.
Todavía estamos
Resistimos.
Este cuerpo que somos en degüello amoroso
se desangra para ser bebido.
Pero no hay dolor
en la sed compartida.
Palomo ciego,
en estos años un día
nos naciste cantando,
entre el fuego y el amor
como un hermano
en el follaje.
Es tu voz la que inunda la tarde
en que crecemos
sobre una tierra
llena de frutos
y de plagas.
Otras flores del viento
nos crecen en el pecho
dicen naciste, naciste al fin, hoy,
hace cien años
dicen naciste, naciste al fin, hoy,
hace cincuenta.
Dice naciste, al fin,
cuando es necesario.
El tiempo de las flores es la edad del vuelo.
Palomo ciego,
vemos todavía entre los cuencos
de tus ojos profundos
cientos de ríos de agua
y de memoria
Trompo que baila,
¿adónde vas si ya se fue la noche,
y en esta tarde los amigos cantarán,
se besarán, macerarán su cuerpo en lengua roja?
Cantemos palomo, peces,
seres pequeños
resistamos en esta oscuridad brillante.
El cuerpo resiste. El cuerpo sabe.
Cantemos.
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