Nunca más repitas: con renovado brío ardiente,
ni describas a la luna reflejada en lago alguno,
o a la tarde bajo la sombra de los cedros dormidos.
El amor no es eterno, nada separa a los amantes
que no sea el hartazgo y el olvido.
Yacen bajo las tumbas los que han escrito:
Nunca debieron ser más que abalorios
o bajo los lirios queda solo mi desvelo.
(las viejas palabras suenan fatuas o siempre lo fueron)
A partir de hoy se pueblan los espacios de silencios.
1 comentario:
Excelente Guillermo!
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