Monta una cara para los demás,
y sombras que no están.
Su amor está harto de soñar
y la suerte se le acaba.
Sabiendo lo que teme
se guarda lo peor.
Con un gesto limpio se trepa a la cruz
directo a la luz.
Le jode ver al diablo lamer
el dulce de su corazón.
Hay ángeles en la ciudad,
aunque no entiendan y no les va a explicar
la milagrosa oscuridad.
Con tanto muerto rondando
más vale no hablar,
sus dedos arden y devoran
presas de su sed.
Princesa de enero me robas la piel
y aún así te quiero.
lunes, 28 de noviembre de 2011
De tan - Jana Muneva
Ajeno
y sin embargo,
aquí.
Aprendo a prescindirte
y desaprendo lo armado.
Me vuelvo imperceptible,
sin sentido
porque no me ves.
De tanto aclarar
algunas cosas se vuelven invisibles,
pierden forma.
Así, difusa a tus ojos,
me desvanesco.
Y te siento aquí,
aunque estés ajeno.
De tan invisibles,
algunas cosas,
desaparecen.
y sin embargo,
aquí.
Aprendo a prescindirte
y desaprendo lo armado.
Me vuelvo imperceptible,
sin sentido
porque no me ves.
De tanto aclarar
algunas cosas se vuelven invisibles,
pierden forma.
Así, difusa a tus ojos,
me desvanesco.
Y te siento aquí,
aunque estés ajeno.
De tan invisibles,
algunas cosas,
desaparecen.
Aquí no es - Fernando Andrés Puga
El lugar donde se cruzan
el amor y tu camino,
donde se esconde la llave
que encenderá tus sentidos,
aquí,
entre mis brazos cansados,
no es.
El sitio donde tendrás
Calor de hogar y una mesa,
donde cada amanecer
ahuyentará la tristeza,
aquí,
junto a mis sueños marchitos,
no es.
Anda y busca en otra parte.
Olvida este cuerpo muerto.
En mis labios no hallarás
más que insondables desiertos.
No es aquí.
No en este páramo inerte.
No en esta soledad
que se relame la herida
y hurga entre los fantasmas
que la habitan desde siempre.
Si quieres hallar la luz
abandóname a mi suerte.
el amor y tu camino,
donde se esconde la llave
que encenderá tus sentidos,
aquí,
entre mis brazos cansados,
no es.
El sitio donde tendrás
Calor de hogar y una mesa,
donde cada amanecer
ahuyentará la tristeza,
aquí,
junto a mis sueños marchitos,
no es.
Anda y busca en otra parte.
Olvida este cuerpo muerto.
En mis labios no hallarás
más que insondables desiertos.
No es aquí.
No en este páramo inerte.
No en esta soledad
que se relame la herida
y hurga entre los fantasmas
que la habitan desde siempre.
Si quieres hallar la luz
abandóname a mi suerte.
Sigfrido – Guillermo Vidal
Hombre de Dios
Espíritu libre
¿adonde vas?
¿adonde estas?
pájaro herido,
falta tu sombra.
Voló tu alma,
cuanto silencio…
Espíritu libre
¿adonde vas?
¿adonde estas?
pájaro herido,
falta tu sombra.
Voló tu alma,
cuanto silencio…
viernes, 25 de noviembre de 2011
Donante - Daniel Quintero
Donar mis cigarrillos, mi partida de nacimiento, mi abismo, mi golpe justo, mi fiesta de egresado, mi diversión y mi suicidio.
Mi ficha de ingreso, mis promesas, mis anteojos, mi próximo voto, donar el poder que no tengo para asimilar el espanto, mis escrúpulos, mi memoria, mi ocio, mis detractores y mis culpas.
Donar mi primera novia, mi antihéroe, mi alivio, mi último momento, mi oposición, mi funeral, mis críticas y mi salvajismo.
Mi ideología, mi dogma y mis prejuicios, mi almuerzo, donar la cuerda de mi corazón, mis medias viejas, mi amor de ayer, mis uñas de rascarme, mi ingenuidad y mi vista al mar.
Mi utopía, mi sonrisa nueva, mi camino y mi esperma, donar mi soledad, mi inocencia, mi caricia futura, mi viaje a Cuba, mis ganas de morir con vos, mi había una vez, mis pactos, mi costilla y mis conjeturas.
Donar mi nacionalidad y mis límites, mi miedo a la noche, mi propia y ajena vergüenza, mi ciudad y mi silencio, mi orgullo, mi cerveza, mi verbo amar y mis contradicciones , donar la jerarquía de los líquidos donde se remoja la más fiel de mis neuronas.
Donar mi esperanza, mi espejo, mi letra sucia.
Donar mi número de documento, mi animal, mi intención, mis recuerdos, mi agradecimiento.
Donar mi condena, mis manos de lluvia ,mi seguro de vida, mi novia brasileña, mi ironía y mis excesos, mi parte eterna, mi obsesión y mi dialéctica.
Mi hoja en blanco, mi comodidad, mi venganza, mis ruidos, mis deudas y mi autismo.
Mi tajada de primer mundo, mis cicatrices, mis síntomas más loables, mi barba de tres días y mis botas salteñas, mis pro y mis contras, donar la contratapa de mi sangre, mi callejón sin salida, mis motivos, mi papel de regalo, mi bohemia y mis mentiras.
Donar la taquicardia de mi insomnio y mi canción de cuna.
Mi médico de cabecera, mi emoción, mi bandera blanca, mis peces de colores, mi autoritarismo y mi paciencia, mis humedades, mi fetichismo, mis amenazas, mi mejor disfraz de fantasma, mi ley y mi epidemia.
Mis rasgos de esquizoide, mi olvido, mi última voluntad y mi paro cardíaco, donar las pilas de mi reloj, mis versos, mi diagnóstico y mis conflictos.
Mi cara de hacerme el boludo, mi catálogo de infecciones, mi guerra sin nombre, mi otro paisaje, mi parte humana, mi crisis y mi mano izquierda, donar mi soberbia, mi crueldad, mi verborragia, mi promiscuidad, mis sueños y mis ganas de vivir en todos.
Donar mi carne y hueso, mi religión, mi prontuario y mi torpeza.
Mi karma, mi sensibilidad, mi armonía.
Donar mi capa de supermán, mi crisis, mi infidelidad y mis deseos.
Mi sorpresa, mis flagelaciones, mi cuerpo etéreo, mi niñez y mis accesos, donar mi delirio de inferioridad, mi vehemencia, mi trabajo de gaviota , mi tumba y la mitad de mi cabeza.
Mi complejo de grandeza, mi tregua y la inmunidad de mi hígado.
Donar mis alucinaciones, mi tango, mi nacer infinito, mi canción de oído, mi barrio, la ausencia, mi prédica y mi sombra antigua.
Mi premeditación y las dudas con que crezco.
Donar para que sacien las necesidades más secretas amigos y enemigos: utilidades de mi prójimo.
Ushuaia, mayo 1994
i love you luisa - Jorge Spíndola
la luisa que yo conozco
no es ni por asomo
la luisa que ella dice
que fue bella que bailaba
la luisa lisa y llanamente
este montón de huesos que apenas anda/
la loca esa que anda enaguas
vendiendo lotería en la puerta del mercado
la luisa que ella dice
que ella nombra con babas en el labio
es la pura memoria que le baila en la cabeza
sólo su memoria detenida
en los tiempos de frondizi
y aquel auge del petróleo
la memo luisa mareada de manos
la más hembra del maracaibo
bailando can can en los piringundines
con dólares en el corpiño
cuando la saipen oil y el plan con.in.tes
la más cara enredada de giles
bañada de whisky en cada orgasmo
- i love you luisa / arañando en un bolero/
la sola memoria del sexo fermentado en cocaína
- i love you luisa and patagonian
- i love baby aun cuando las huelgas
nada queda de aquel auge de esos días
sino la memoria fornicada
que puso a estos huesos de patitas en la calle
donde el tiempo pasa y nada queda de la saipen
de la standard oil que arrojó
las máquinas al mar por no dejarlas/
nada queda sólo la luisa
con las enaguas al viento
los labios rojos silbando frank sinatra
- che vos / comprame lotería
por san cayetano pibe / comprame lotería
cementerios - Eduardo Betas
1
nunca estuve en un cementerio privado
soy tan pobre de muertos que tengo uno solo
mi hermano Tony cuyos huesos deben beber
de la misma tierra pública
que los huesos de luca prodan
leo por ahí que los cementerios privados
se parecen a los campos de golf
mientras que los cementerios públicos
se parecen a colectivos atestados
donde los muertos deben agarrarse bien
para no terminar cayendo
en el osario general
pero, definitivamente
los cementerios privados
no se parecen ni a palos ni a palas
a los cementerios públicos
2
¿cuántas veces puede morirse tu corazón?
me pregunta un pibe desamparado
que deambula solo por mi memoria
y no tengo respuestas ni monedas para darle
sólo sé que su mirada
está tan llena de cruces anónimas
¿cuántas tumbas carga la vida?
amores amortajados resbalándose a la nada
caricias que se van haciendo quebradizas
besos disueltos en los jugos del tiempo
nunca estuve en un cementerio privado
hasta hoy en que descubrí
esta necrópolis de miradas dentro de mí
y me perdí entre esas lápidas
con nombres, voces, estaturas, labios
momentos, olores, sabores, gestos
y como perro ciego, cavé con mis uñas
en los ayeres enterrados
pero no había nada
el olvido es un gusano
que se come a si mismo
luego de habernos corrompido la memoria.
Extraído de: http://palabrar.com.ar/
nunca estuve en un cementerio privado
soy tan pobre de muertos que tengo uno solo
mi hermano Tony cuyos huesos deben beber
de la misma tierra pública
que los huesos de luca prodan
leo por ahí que los cementerios privados
se parecen a los campos de golf
mientras que los cementerios públicos
se parecen a colectivos atestados
donde los muertos deben agarrarse bien
para no terminar cayendo
en el osario general
pero, definitivamente
los cementerios privados
no se parecen ni a palos ni a palas
a los cementerios públicos
2
¿cuántas veces puede morirse tu corazón?
me pregunta un pibe desamparado
que deambula solo por mi memoria
y no tengo respuestas ni monedas para darle
sólo sé que su mirada
está tan llena de cruces anónimas
¿cuántas tumbas carga la vida?
amores amortajados resbalándose a la nada
caricias que se van haciendo quebradizas
besos disueltos en los jugos del tiempo
nunca estuve en un cementerio privado
hasta hoy en que descubrí
esta necrópolis de miradas dentro de mí
y me perdí entre esas lápidas
con nombres, voces, estaturas, labios
momentos, olores, sabores, gestos
y como perro ciego, cavé con mis uñas
en los ayeres enterrados
pero no había nada
el olvido es un gusano
que se come a si mismo
luego de habernos corrompido la memoria.
Extraído de: http://palabrar.com.ar/
miércoles, 23 de noviembre de 2011
No defino - Alejandra Leticia Taylor
No defino
lo que siento,
ni el color
de la paciencia.
No defino
lo guardado,
ni el aroma
de tu ausencia.
No defino
en la brisa
el sonido
de tu aliento,
ni el recuerdo
que me toca,
ni el sonido
del silencio.
No defino
lo que siento
sin tocarte,
ni el calor
de tu mirada,
ni la pausa
del encuentro,
ni el abrazo
de palabras.
No defino. Sólo es.
lo que siento,
ni el color
de la paciencia.
No defino
lo guardado,
ni el aroma
de tu ausencia.
No defino
en la brisa
el sonido
de tu aliento,
ni el recuerdo
que me toca,
ni el sonido
del silencio.
No defino
lo que siento
sin tocarte,
ni el calor
de tu mirada,
ni la pausa
del encuentro,
ni el abrazo
de palabras.
No defino. Sólo es.
la trama que sostiene la marea - Héctor Ranea
¿
y recuerdas cuando caminábamos
sobre la superficie flotante de unas hierbas
sobre el lago allá abajo
sostenidos sólo por esa trama
rara de ramas y hojas
que apenas nos cubrían
la suela de las botas
?
un mar parecía te cuento por si has olvidado
que latía lento y fuerte
en apariencia dócil
atado por esos humildes yuyos tejidos
y la flotación hacía sentirnos nautas
de una quimera en forma de planeta
riendo de mar dominado
ahora llorando
la ilusión que ha viajado a la memoria
donde nunca más la alcanzaremos
y recuerdas cuando caminábamos
sobre la superficie flotante de unas hierbas
sobre el lago allá abajo
sostenidos sólo por esa trama
rara de ramas y hojas
que apenas nos cubrían
la suela de las botas
?
un mar parecía te cuento por si has olvidado
que latía lento y fuerte
en apariencia dócil
atado por esos humildes yuyos tejidos
y la flotación hacía sentirnos nautas
de una quimera en forma de planeta
riendo de mar dominado
ahora llorando
la ilusión que ha viajado a la memoria
donde nunca más la alcanzaremos
la leyenda del remero tuerto - Jorge Spíndola
érase una vez a orillas de un río
la dicha y la desdicha
de un tal remero tuerto
cuyo sustento era cruzar
personas de un lado a otro
con su chalupa verde musgo
sobre las aguas de tal río.
a veces por agujero
de su ojo se escapaba
todo ese cansancio de la tarde,
otras veces un silencio
se le caía como piedra
sobre el agua
destruyendo el espejo de su cara.
pero en su otro, el ojo bueno,
había luz y en él la vida
se posaba seriamente/
el ojo atento preveía
las crecientes la lluvia
la gran noche sobre el cielo.
que este remero cierto día
tuvo un solo pasajero
que para males era ciego
- quiero dir del otro lado
señor remero tuerto
- son veinte pesos
si no trae mucho peso,
señor pasajero ciego.
y así tuerto y ciego
emprendieron su viaje sin demora
- que está bueno el día
- que voy a casa de un mío hermano
que siembra porotos y discordias
que estando en la mitad de ese río
se le zafa el remo a tal remero
con tanta mala suerte
que le pega tan justito
en su otro, el ojo bueno,
arrancándolo de cuajo como yuyo
que cortan los machetes
y en pegando un grito de dolor dice
- hasta aquí llegamos compañero
- muy bien- dice el ciego
bajándose del bote
en el medio de ese río
vaciando su ceguera en la corriente.
en tanto que el remero
boya sin sentido
preso de esas aguas
sin nada de ojo bueno para
adivinar la luz o la penumbra
solo
como un ojo de agua
girando a la deriva.
la dicha y la desdicha
de un tal remero tuerto
cuyo sustento era cruzar
personas de un lado a otro
con su chalupa verde musgo
sobre las aguas de tal río.
a veces por agujero
de su ojo se escapaba
todo ese cansancio de la tarde,
otras veces un silencio
se le caía como piedra
sobre el agua
destruyendo el espejo de su cara.
pero en su otro, el ojo bueno,
había luz y en él la vida
se posaba seriamente/
el ojo atento preveía
las crecientes la lluvia
la gran noche sobre el cielo.
que este remero cierto día
tuvo un solo pasajero
que para males era ciego
- quiero dir del otro lado
señor remero tuerto
- son veinte pesos
si no trae mucho peso,
señor pasajero ciego.
y así tuerto y ciego
emprendieron su viaje sin demora
- que está bueno el día
- que voy a casa de un mío hermano
que siembra porotos y discordias
que estando en la mitad de ese río
se le zafa el remo a tal remero
con tanta mala suerte
que le pega tan justito
en su otro, el ojo bueno,
arrancándolo de cuajo como yuyo
que cortan los machetes
y en pegando un grito de dolor dice
- hasta aquí llegamos compañero
- muy bien- dice el ciego
bajándose del bote
en el medio de ese río
vaciando su ceguera en la corriente.
en tanto que el remero
boya sin sentido
preso de esas aguas
sin nada de ojo bueno para
adivinar la luz o la penumbra
solo
como un ojo de agua
girando a la deriva.
Si el camino al cielo se bifurca - Colombia Truque Vélez
se bifurca
no la noche que recorro sin ganas
sonámbula con un paisaje caduco
apretado contra el pecho
guardando su temblor de esta lluvia
blanca de memoria
no esta ciudad que me prospera
como un mal sueño en el tedio abrumador
del limbo en mis orillas
no la soledad —amarga palabra compañera
no la estrella del comienzo
no la ruina que atisba mi andar espectral
hacia las albas
(cuando en la madrugada anhelante
uno cree que no está solo:
el universo lo acompaña
con todos los oros triunfantes
en la vastedad que recompone
lentamente el azul)
no la noche que recorro sin ganas
sonámbula con un paisaje caduco
apretado contra el pecho
guardando su temblor de esta lluvia
blanca de memoria
no esta ciudad que me prospera
como un mal sueño en el tedio abrumador
del limbo en mis orillas
no la soledad —amarga palabra compañera
no la estrella del comienzo
no la ruina que atisba mi andar espectral
hacia las albas
(cuando en la madrugada anhelante
uno cree que no está solo:
el universo lo acompaña
con todos los oros triunfantes
en la vastedad que recompone
lentamente el azul)
lunes, 21 de noviembre de 2011
Haikus olvidados - Javier López
Por soleá
Aves rosadas,
incendio en la laguna,
bailan flamenco.
Rota la calma
sonoridad lasciva
aurora nueva
Aves rosadas,
incendio en la laguna,
bailan flamenco.
No tiene espinas
la rosa de los vientos,
tampoco aromas.
Rota la calma
sonoridad lasciva
aurora nueva
Saldré una noche
y solo volveré
por más estrellas
Haikus azules - Oriana Pickmann
Cantan las olas
Meciendo un velero
Canción de cuna
Yo me pregunto
si he de ser del viento
de tus suspiros
Meciendo un velero
Canción de cuna
Bello narciso
que a mi espejo vienes
confundiéndome
Yo me pregunto
si he de ser del viento
de tus suspiros
Gira la rueca
la anciana cantando
cuenta historias
Haikus de madrugada - Manuel Pérez Báñez
Dentro del fuego
dos dragones trabados
rozan la luna
Marea de algas
por los cuatro costados
hueles el mar
dos dragones trabados
rozan la luna
Encandilado:
un fugaz rayo de sol
en tu sonrisa
Marea de algas
por los cuatro costados
hueles el mar
Miro a tus ojos
y caigo como la hoja
fiel a su otoño.
sábado, 19 de noviembre de 2011
Prosapia – Guillermo Vidal
A tus secretos,
mis pasos sin rumbo.
Cielo es abismo
bajo tus alas.
Bebo de tu sombra
más que de tus luces.
mis pasos sin rumbo.
Cielo es abismo
bajo tus alas.
Bebo de tu sombra
más que de tus luces.
Paroxismo - Fernando Andrés Puga
Arrojado del baldío de tus ojos
tras de mí cayeron otros huesos
Una larga caravana de despojos
resbalando desde el borde de tus besos
Quiso un sacro rozar una costilla
y de pronto el incendio comenzó
Ardieron tus ojos y en la orilla
ese osario de amantes derrapó
Crepitaron los huesos y lloraste
y tus lágrimas ahogaron esas llamas
que en cascada rodaban por tu ser
Entre el humo aguachento te erizaste
y vos que siempre fuiste una gran dama
renaciste convertida en gran mujer
tras de mí cayeron otros huesos
Una larga caravana de despojos
resbalando desde el borde de tus besos
Quiso un sacro rozar una costilla
y de pronto el incendio comenzó
Ardieron tus ojos y en la orilla
ese osario de amantes derrapó
Crepitaron los huesos y lloraste
y tus lágrimas ahogaron esas llamas
que en cascada rodaban por tu ser
Entre el humo aguachento te erizaste
y vos que siempre fuiste una gran dama
renaciste convertida en gran mujer
Relatividades - Miguel Dorelo
Creíste (te hice creer)
En lo importante de tu presencia.
Creí (me hiciste creer)
Que sin vos ya nada seria igual.
Y sin embargo…
Creer o no creer
Es tan solo una sensación de realidad;
La verdad no existe,
Relatividad engañosa,
Momentos pasajeros
De creencias
Sin sentido,
De futuras negaciones
Amparadas en nuevas sensaciones
De presencias nuevas
Que creeremos,
Nuevamente,
Para siempre.
Nuevamente,
Para siempre.
Extraído de http://lalentaagoniadeerato.blogspot.com/
martes, 15 de noviembre de 2011
cuervo equivocado - Héctor Ranea
¿
quién en su sano juicio
no daría de comer al cuervo
que le sacará los ojos?
¿
acaso no nos enseñan
la sabiduría de quien ve
con los ojos del alma?
los cuervos actúan
con sabiduría derviche
:
son los únicos
junto acaso con mi gato
que se equivocan
y lo reconocen
de: Cuervo en el corazón (2006)
quién en su sano juicio
no daría de comer al cuervo
que le sacará los ojos?
¿
acaso no nos enseñan
la sabiduría de quien ve
con los ojos del alma?
los cuervos actúan
con sabiduría derviche
:
son los únicos
junto acaso con mi gato
que se equivocan
y lo reconocen
de: Cuervo en el corazón (2006)
Y ya entrada la noche - Luciana Mellado
Y ya entrada la noche cuida el lenguaje
como se cuida a los hijos enfermos o a la madre débil.
Aprende a ver en la oscuridad verdosa de sus noches
silencio que aplaca la costumbre reverberante del espejo
que le devuelve su imagen y el sonido de la ropa
que hoy nadie quita ni espera.
Ningún perro puede morder su propia cola - piensa
y entonces se equivoca y sale al mundo
porque cree que está sola
porque cree que conoce la naturaleza de su deseo,
mundano afecto inenarrable hacia los otros.
Si soñar la liberara un poco soñaría
que muere en un cadalso
que se eleva con los brazos abiertos
como quien va a volar y vuela.
Pero soñar ocurre con voceos entrecortados,
presentimientos de una aurora que se resiste, batalladora.
Nadie muere en la víspera le dicen en su sueño.
pero ella advierte al despertarse el repique de unas llaves,
su golpeteo incesante en los rosados dedos
de un verdugo impiadoso.
Con autorización de la autora, del bloghttp://enlapiznegro.blogspot.com
De libro Las niñas del espejo (2006)
como se cuida a los hijos enfermos o a la madre débil.
Aprende a ver en la oscuridad verdosa de sus noches
silencio que aplaca la costumbre reverberante del espejo
que le devuelve su imagen y el sonido de la ropa
que hoy nadie quita ni espera.
Ningún perro puede morder su propia cola - piensa
y entonces se equivoca y sale al mundo
porque cree que está sola
porque cree que conoce la naturaleza de su deseo,
mundano afecto inenarrable hacia los otros.
Si soñar la liberara un poco soñaría
que muere en un cadalso
que se eleva con los brazos abiertos
como quien va a volar y vuela.
Pero soñar ocurre con voceos entrecortados,
presentimientos de una aurora que se resiste, batalladora.
Nadie muere en la víspera le dicen en su sueño.
pero ella advierte al despertarse el repique de unas llaves,
su golpeteo incesante en los rosados dedos
de un verdugo impiadoso.
Con autorización de la autora, del bloghttp://enlapiznegro.blogspot.com
De libro Las niñas del espejo (2006)
Aullido [Homenaje a Ginsberg] - Odeen Rocha
He visto las mejores cabezas de mi generación consumidas por la locura [and i feel fine].
Los he visto derretirse ante el glamour que sofoca al conversar.
Los he visto renacer con sonrisas de arena después de rituales espirituales de alta sociedad.
Rodar por las calles desiertas buscando la hierba para reír como idiotas y no escapar más/sumergirse más.
Aprender a ver y a escuchar y a abrir la mente pero sin mirar dentro y nadar en su mierda color rosa.
Desaparecer su propio deseo por el deseo del otro ó convertirse en el deseo del otro sin desearlo.
He perdido la realidad entre acordes estridentes, imaginando otros mundos, reído de bromas que aún no existen.
A aquellos que caminan y miran pero que ya no voltean atrás porque eso ya no es.
He visto a los que se consumen en perseguir el dinero y su color como lo único que hace valer su existencia.
A todos lo que dejaron de imaginar, dejaron de creer en su alma para voltear y absorber lo que les dicen que suena o se escribe lindo.
Aquellos que desprecian lo creado porque no tiene nombres de marquesinas.
Aquellos que se justifican la estupidez diciendo que 'qué se le va a hacer, así somos todos'.
A los que he visto mofarse de otros por no poder soportar que las cabezas no hiervan a su misma temperatura.
He visto a las mejores de todos volar al olvido, vender su espíritu al mejor postor y llenar su boca de propaganda política y falsa crítica social.
He visto a los que levantan el puño en las calles y la voz en el rostro del diablo, pero le ponen PLAY al desprecio del que les es diferente.
He visto rostros de muertos en pechos sin vida, sin aire.
He oído nombrarse muchos nombres y frasear en pos de la libertad que se pierde a cada minuto que hablan.
He visto como se mueren pedazo a pedazo las grandes ideas, los grandes visionarios de mi generación se convierten en monstruos vestidos con trajes sin piel.
No mires hacia allá, la madurez no puede significar perder la capacidad de imaginar y de soñar o peor aún, limitar tus sueños a lo que otros desean que sueñes.
He visto al nihilismo absoluto reflexivo convertirse penosamente en enunciados cortos recortados de revistas.
Las mejores cabezas de mi generación viven pensando en el tiempo como su peor enemigo. En los sueños no hay tiempo: Hoy no es Hoy, es un recuerdo de Ayer y una fantasía de Mañana.
Los mejores que se convencen tristemente de que no se vive de sueños, que la realidad es cruda; pero que olvidan que no existe realidad que antes no es soñada.
He visto a aquellos que ya no escuchan el silencio y que ya no escriben de lo que no han visto nunca. Cuya realidad es gris, como grises sus recuerdos.
Quisiera ver a Ginsberg o a Agustín o a Parménides decirles/decirnos qué tan pendejos estamos con alguna frase inventada por ellos al calor del sol. Y aún así discutiría.
Quisiera ver las lágrimas correr poco a poco por mi pómulo cuando una melodía me conmueve/quisiera que pudieras verlas tú también.
Quisiera ver a las generaciones jóvenes y sus cabezas soñar y soñar y ser diferentes mientras son los mismos y construyen su mundo entre todos.
Quisiera ver la sonrisa de un loco cuando te mira y te dice que Irás y no Volverás. Cuando los rebeldes greñudos tararean sus canciones, disfrutan su vida y sus actos y están siempre contigo como hermanos.
He visto a los mejores entre los mejores desaparecer sus ojos y convertirse en letras, consumirse en su espíritu y ser más cabrones que aquel que se dice sabio.
Quisiera que el nudo en la garganta estalle en llanto mientras la mano redacta estas líneas, las perfora desde adentro y salen con todo y sangre y semen.
He visto cómo te excitas y me excitas con esos ojos de fuego, de deseo, de ser más de lo que eres y más de lo que yo soy contigo.
He visto cómo los han destrozado por el ano al sentirse aceptados sólo por el hecho de dejar salir su diferencia de sexo, por no haber otra opción para conversar.
He visto sangrar sus ojos al ser penetrados desde el corazón a la cabeza sin orgasmo que puedan recordar con más cariño que a su masturbación hueca.
Hemos visto como los mejores entre los mejores se sientan a ver pasar su vida y sonríen por su futuro predicho en trabajar, comprar, comer, dormir y coger.
A los que se preparan por años para tener un bonito título que pregonan para ensanchar sus carteras pero ya no se interesan en ser humanos.
Hemos visto aquellos cuya vocación es movida por la ganancia o por el premio y se niegan la capacidad de ser.
He visto a las mejores cabezas de mi generación consumidas por la locura y he visto a la locura ser atrapada en la norma de lo políticamente correcto.
He visto a los soñadores ser llamados locos y a los de mirada suave y a los de imaginación insaciable salir mirando al suelo por pensarse distintos cuando no lo son.
Un día en la vida que corre bajo las teclas de las máquinas que aprenden por nosotros y expresan de boca del alma del menos talentoso la sublimación de variedades incontables de envidias disfrazadas y odios mal hablados en torno a un mundo que no es suyo y que ni siquiera ha estado lo más cercano como para escupirle en la cara y gritarle con fuerza que el problema no debe estar en la jaula sino en los animales que la habitan.
Las mejores cabezas de muchas generaciones viven engañados por los incomprensibles textos de dementes y exiliados que ya desde hace años exhalan su aliento pregonando que no es para ellos la tierra pero tampoco para nosotros ni para nadie.
No es un aullido en el aire, ni un grito en la cima más elevada. Es el murmullo de un giño que destapa la vista para limpiar con lágrimas la más baja forma de prosa que no pretende sino escupir en la boca de aquel que sigue viviendo bajo la piedra de su propia vida.
Seguiré esperando de pié el final de esta poesía, algún día llegará y mis brazos ya están abiertos, aunque para ello pasen mil años. Aquí estaré listo para leerte escribir ese final, que no podría venir ya de las mismas manos que le dieron vida.
Los he visto derretirse ante el glamour que sofoca al conversar.
Los he visto renacer con sonrisas de arena después de rituales espirituales de alta sociedad.
Rodar por las calles desiertas buscando la hierba para reír como idiotas y no escapar más/sumergirse más.
Aprender a ver y a escuchar y a abrir la mente pero sin mirar dentro y nadar en su mierda color rosa.
Desaparecer su propio deseo por el deseo del otro ó convertirse en el deseo del otro sin desearlo.
He perdido la realidad entre acordes estridentes, imaginando otros mundos, reído de bromas que aún no existen.
A aquellos que caminan y miran pero que ya no voltean atrás porque eso ya no es.
He visto a los que se consumen en perseguir el dinero y su color como lo único que hace valer su existencia.
A todos lo que dejaron de imaginar, dejaron de creer en su alma para voltear y absorber lo que les dicen que suena o se escribe lindo.
Aquellos que desprecian lo creado porque no tiene nombres de marquesinas.
Aquellos que se justifican la estupidez diciendo que 'qué se le va a hacer, así somos todos'.
A los que he visto mofarse de otros por no poder soportar que las cabezas no hiervan a su misma temperatura.
He visto a las mejores de todos volar al olvido, vender su espíritu al mejor postor y llenar su boca de propaganda política y falsa crítica social.
He visto a los que levantan el puño en las calles y la voz en el rostro del diablo, pero le ponen PLAY al desprecio del que les es diferente.
He visto rostros de muertos en pechos sin vida, sin aire.
He oído nombrarse muchos nombres y frasear en pos de la libertad que se pierde a cada minuto que hablan.
He visto como se mueren pedazo a pedazo las grandes ideas, los grandes visionarios de mi generación se convierten en monstruos vestidos con trajes sin piel.
No mires hacia allá, la madurez no puede significar perder la capacidad de imaginar y de soñar o peor aún, limitar tus sueños a lo que otros desean que sueñes.
He visto al nihilismo absoluto reflexivo convertirse penosamente en enunciados cortos recortados de revistas.
Las mejores cabezas de mi generación viven pensando en el tiempo como su peor enemigo. En los sueños no hay tiempo: Hoy no es Hoy, es un recuerdo de Ayer y una fantasía de Mañana.
Los mejores que se convencen tristemente de que no se vive de sueños, que la realidad es cruda; pero que olvidan que no existe realidad que antes no es soñada.
He visto a aquellos que ya no escuchan el silencio y que ya no escriben de lo que no han visto nunca. Cuya realidad es gris, como grises sus recuerdos.
Quisiera ver a Ginsberg o a Agustín o a Parménides decirles/decirnos qué tan pendejos estamos con alguna frase inventada por ellos al calor del sol. Y aún así discutiría.
Quisiera ver las lágrimas correr poco a poco por mi pómulo cuando una melodía me conmueve/quisiera que pudieras verlas tú también.
Quisiera ver a las generaciones jóvenes y sus cabezas soñar y soñar y ser diferentes mientras son los mismos y construyen su mundo entre todos.
Quisiera ver la sonrisa de un loco cuando te mira y te dice que Irás y no Volverás. Cuando los rebeldes greñudos tararean sus canciones, disfrutan su vida y sus actos y están siempre contigo como hermanos.
He visto a los mejores entre los mejores desaparecer sus ojos y convertirse en letras, consumirse en su espíritu y ser más cabrones que aquel que se dice sabio.
Quisiera que el nudo en la garganta estalle en llanto mientras la mano redacta estas líneas, las perfora desde adentro y salen con todo y sangre y semen.
He visto cómo te excitas y me excitas con esos ojos de fuego, de deseo, de ser más de lo que eres y más de lo que yo soy contigo.
He visto cómo los han destrozado por el ano al sentirse aceptados sólo por el hecho de dejar salir su diferencia de sexo, por no haber otra opción para conversar.
He visto sangrar sus ojos al ser penetrados desde el corazón a la cabeza sin orgasmo que puedan recordar con más cariño que a su masturbación hueca.
Hemos visto como los mejores entre los mejores se sientan a ver pasar su vida y sonríen por su futuro predicho en trabajar, comprar, comer, dormir y coger.
A los que se preparan por años para tener un bonito título que pregonan para ensanchar sus carteras pero ya no se interesan en ser humanos.
Hemos visto aquellos cuya vocación es movida por la ganancia o por el premio y se niegan la capacidad de ser.
He visto a las mejores cabezas de mi generación consumidas por la locura y he visto a la locura ser atrapada en la norma de lo políticamente correcto.
He visto a los soñadores ser llamados locos y a los de mirada suave y a los de imaginación insaciable salir mirando al suelo por pensarse distintos cuando no lo son.
Un día en la vida que corre bajo las teclas de las máquinas que aprenden por nosotros y expresan de boca del alma del menos talentoso la sublimación de variedades incontables de envidias disfrazadas y odios mal hablados en torno a un mundo que no es suyo y que ni siquiera ha estado lo más cercano como para escupirle en la cara y gritarle con fuerza que el problema no debe estar en la jaula sino en los animales que la habitan.
Las mejores cabezas de muchas generaciones viven engañados por los incomprensibles textos de dementes y exiliados que ya desde hace años exhalan su aliento pregonando que no es para ellos la tierra pero tampoco para nosotros ni para nadie.
No es un aullido en el aire, ni un grito en la cima más elevada. Es el murmullo de un giño que destapa la vista para limpiar con lágrimas la más baja forma de prosa que no pretende sino escupir en la boca de aquel que sigue viviendo bajo la piedra de su propia vida.
Seguiré esperando de pié el final de esta poesía, algún día llegará y mis brazos ya están abiertos, aunque para ello pasen mil años. Aquí estaré listo para leerte escribir ese final, que no podría venir ya de las mismas manos que le dieron vida.
domingo, 13 de noviembre de 2011
Invocación breve – Guillermo Vidal
He depuesto mis armas
congregando el silencio
hasta que te pronuncies.
congregando el silencio
hasta que te pronuncies.
Reich - Esteban Moscarda
Reich repite
Las mentiras de la marimba,
El piano con somníferos,
El clavicordio atemperado.
Fraseos como de agua,
De viento embalsamado,
De niño soñando con praderas.
Percusión de lluvia,
De universo en gris,
De dedos de arena.
Estoy amando a Reich,
Su péndulo musical,
Me hundo en el intervalo.
Las mentiras de la marimba,
El piano con somníferos,
El clavicordio atemperado.
Fraseos como de agua,
De viento embalsamado,
De niño soñando con praderas.
Percusión de lluvia,
De universo en gris,
De dedos de arena.
Estoy amando a Reich,
Su péndulo musical,
Me hundo en el intervalo.
Amatoria - Alejandra Díaz
ese hombre
era el escultor de sueños el que caló la piedra encontrando una mujer/un diablo alado
era el pintor... embriagador
aroma de acrílicos /óleos/pigmentos/madera
el escultor del amor... a contraluz a contrapelo
le he amado el alma
hasta los huesos.
era el escultor de sueños el que caló la piedra encontrando una mujer/un diablo alado
era el pintor... embriagador
aroma de acrílicos /óleos/pigmentos/madera
el escultor del amor... a contraluz a contrapelo
le he amado el alma
hasta los huesos.
Adolfo Hitler medita en el problema judío - Óscar Hahn
a los niños de Auschwitz
Toma este matamoscas y extermina a los ángeles,
después con grandes uñas arráncales las alas.
Ya veo sus muñones, ya los veo arrastrarse:
desesperadamente tratan de alzar el vuelo.
Toma este insecticida. Oigo sus toses blancas
prenderse y apagarse. Una puesta de sol
o una puesta de ángeles es lo mismo sin duda
porque la noche ahora levanta su joroba
y ellos se van hundiendo lentamente en el suelo.
Levanta el pie despacio. Así mismo. Tritúralos.
Que les saquen las plumas con agua hirviendo y pongan
esos cuerpos desnudos en las fiambrerías.
Ahora me van pasando sudarios de juguete
y ataúdes con cuerda. Ahora me van pasando
las cruces más pequeñas, para que se entretengan
los infantes difuntos. Pásame el insectario,
los alfileres negros. Toma este matamoscas
y extermina a los ángeles.
de Arte de morir, 1977.
Toma este matamoscas y extermina a los ángeles,
después con grandes uñas arráncales las alas.
Ya veo sus muñones, ya los veo arrastrarse:
desesperadamente tratan de alzar el vuelo.
Toma este insecticida. Oigo sus toses blancas
prenderse y apagarse. Una puesta de sol
o una puesta de ángeles es lo mismo sin duda
porque la noche ahora levanta su joroba
y ellos se van hundiendo lentamente en el suelo.
Levanta el pie despacio. Así mismo. Tritúralos.
Que les saquen las plumas con agua hirviendo y pongan
esos cuerpos desnudos en las fiambrerías.
Ahora me van pasando sudarios de juguete
y ataúdes con cuerda. Ahora me van pasando
las cruces más pequeñas, para que se entretengan
los infantes difuntos. Pásame el insectario,
los alfileres negros. Toma este matamoscas
y extermina a los ángeles.
de Arte de morir, 1977.
Poema - Belén Vecchi
El sombrero de mi madre cubre el mundo
"Fotos", de Rodolfo Walsh.
El miedo en la cama.
Cómo decirte
que el amor es grande,
que el miedo es grande
y la cama chica,
y mi voz no alcanza
para soñar fuerte
con tormentas, con colores.
Blanco y negro, el mundo,
el miedo y el amor, el mundo
fuerte como los sueños,
como las tormentas de colores...
2011, Belén Vecchi(Argentina).
De su poemario inédito "Furia de luciérnagas".
"Fotos", de Rodolfo Walsh.
El miedo en la cama.
Cómo decirte
que el amor es grande,
que el miedo es grande
y la cama chica,
y mi voz no alcanza
para soñar fuerte
con tormentas, con colores.
Blanco y negro, el mundo,
el miedo y el amor, el mundo
fuerte como los sueños,
como las tormentas de colores...
2011, Belén Vecchi(Argentina).
De su poemario inédito "Furia de luciérnagas".
viernes, 11 de noviembre de 2011
Cielo – Esteban Moscarda
Tengo un cielo gris
Debajo de este subsuelo de
Oro.
En el Sol hay hombres de fuego,
Edificios de fuego, calles de infierno,
Agua roja como las lágrimas de la
Aurora.
Y en la luna,
Que hoy se derrama sobre mi cielo escondido,
Hay hombres de hielo, edificios de hielo,
Calles de glaciares, agua blanca como el ojo
De Odín.
En mi cielo,
La cartografía tiene dedos de
Laberintos.
Debajo de este subsuelo de
Oro.
En el Sol hay hombres de fuego,
Edificios de fuego, calles de infierno,
Agua roja como las lágrimas de la
Aurora.
Y en la luna,
Que hoy se derrama sobre mi cielo escondido,
Hay hombres de hielo, edificios de hielo,
Calles de glaciares, agua blanca como el ojo
De Odín.
En mi cielo,
La cartografía tiene dedos de
Laberintos.
Mi encuentro - María Luz Pilar Medina Ocampo
Observé en el espejo
caminos de penumbra
con rayos de luna,
finos hilos de plata
sobre el azabache
de mi cabellera,
caminos de noches
sin dormir,
esperanzas apagadas
por entregar lo pedido
y olvidar lo mío,
horas de lucha
sin tregua
batallas ganadas
a la vida.
Observé mis ojos
que mostraron
el verdor de la naturaleza
las hojas caídas
de otoños pasados
el celeste del cielo
que guía el camino
de mis retoños y mis amores.
Ví el color del ocaso
de un atardecer
después de una entrega
sin descanso.
Labios gruesos
de besos que heridas
curaban y cerraban,
labios de palabras
que pronunciaban,
de sonrisas mostradas,
amores que nacían
y morían, de lamentos,
risas y gemidos impartidos.
Hoy pude ver en el espejo
la paz que ansiaba,
la tranquilidad de la vida
la seguridad de camino trazado
y el ímpetu de la vida.
caminos de penumbra
con rayos de luna,
finos hilos de plata
sobre el azabache
de mi cabellera,
caminos de noches
sin dormir,
esperanzas apagadas
por entregar lo pedido
y olvidar lo mío,
horas de lucha
sin tregua
batallas ganadas
a la vida.
Observé mis ojos
que mostraron
el verdor de la naturaleza
las hojas caídas
de otoños pasados
el celeste del cielo
que guía el camino
de mis retoños y mis amores.
Ví el color del ocaso
de un atardecer
después de una entrega
sin descanso.
Labios gruesos
de besos que heridas
curaban y cerraban,
labios de palabras
que pronunciaban,
de sonrisas mostradas,
amores que nacían
y morían, de lamentos,
risas y gemidos impartidos.
Hoy pude ver en el espejo
la paz que ansiaba,
la tranquilidad de la vida
la seguridad de camino trazado
y el ímpetu de la vida.
La primera llamada – Guillermo Vidal
La primera luz
atraviesa el patio oscuro,
cae al azar.
La sombra de los pasillos
sigue resignada
la diáspora de luces.
Recorre las lozas dibujadas
como una pequeña travesía.
carga en las espaldas
pensamientos errantes,
y una inspiración profunda.
Suma la mirada al cielo
para augurar el día.
El silencio es el tesoro
bajo un vidrio delgado.
Suena la campana.
Entre la celda y la capilla
hay cuarenta pasos.
http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2010/11/guillermo-vidal.html
atraviesa el patio oscuro,
cae al azar.
La sombra de los pasillos
sigue resignada
la diáspora de luces.
Recorre las lozas dibujadas
como una pequeña travesía.
carga en las espaldas
pensamientos errantes,
y una inspiración profunda.
Suma la mirada al cielo
para augurar el día.
El silencio es el tesoro
bajo un vidrio delgado.
Suena la campana.
Entre la celda y la capilla
hay cuarenta pasos.
http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2010/11/guillermo-vidal.html
sábado, 5 de noviembre de 2011
La ventana - Iván Silvero
la ventana es un cuadro
de dos lados
la cuadra oscura el cuarto iluminado
al cruzar
todo volverá a su unidad
de dos lados
la cuadra oscura el cuarto iluminado
al cruzar
todo volverá a su unidad
Extraído de Vania Plate
Optikos - Hugo Senone
Hundido en las alas dulces de la noche
abriendo el cuaderno de los "no sé"
hay luces y edificios pasando
por la ruta
en silencio
la magia del motor
es un paisaje que me llama
lunas quietas en el viento que se lleva todo
un animal hermoso
-amor indomable-
y fantasía orillera
de un mar que nunca existió
bajo un cielo interminable
que se esconde tras los cables de la ciudad
y cubre los pueblos del interior como una manta
hay amigos como estrellas
titilando sus mejores destellos
inspirados en abrazos
creando nuevas formas de mirar
-viejos poetas del tiempo-
y eternos peces de la sonrisa
o bravo cardumen viviente
o veloz centella submarina
escrutando el alma.
abriendo el cuaderno de los "no sé"
hay luces y edificios pasando
por la ruta
en silencio
la magia del motor
es un paisaje que me llama
lunas quietas en el viento que se lleva todo
un animal hermoso
-amor indomable-
y fantasía orillera
de un mar que nunca existió
bajo un cielo interminable
que se esconde tras los cables de la ciudad
y cubre los pueblos del interior como una manta
hay amigos como estrellas
titilando sus mejores destellos
inspirados en abrazos
creando nuevas formas de mirar
-viejos poetas del tiempo-
y eternos peces de la sonrisa
o bravo cardumen viviente
o veloz centella submarina
escrutando el alma.
Rehén - Ada Inés Lerner
Esta piel tan ligera que me encierra
(abrigo escaso de impudor y despojo)
este fracaso de suertes tan diversas
en silencio fatiga palabras incoherentes
suelo toparme con ríos vencidos
pobres espíritus anclados en su cauce
dolientes recortes de los años lejanos
sólo palabras que se diluyen
larvas de sangre en la tormenta inútil
como fósiles perdidos en el tiempo,
mis palabras nocturnas se desvelan
como rehenes altivos y sensuales
sólo sobreviven dentro de mi piel
(abrigo escaso de impudor y despojo)
este fracaso de suertes tan diversas
en silencio fatiga palabras incoherentes
suelo toparme con ríos vencidos
pobres espíritus anclados en su cauce
dolientes recortes de los años lejanos
sólo palabras que se diluyen
larvas de sangre en la tormenta inútil
como fósiles perdidos en el tiempo,
mis palabras nocturnas se desvelan
como rehenes altivos y sensuales
sólo sobreviven dentro de mi piel
(mapa y país) - Héctor Ranea
Es mapa de un continente
y es el continente. Es el que lo habita
y la forma de habitarlo en su caja
es una ventana al mundo. Una palabra
pero a la vez la letra que arma los libros
que contienen los mapas que es en sí
un país, sus cordilleras y sus bosques
o la geometría con la que una meseta
puede ser la mesa donde escribo mis poemas
mientras un viento me sostiene
y a la vez me aplasta contra el polvo
del que formo parte y me hace ser
en la mañana es la luz que la convierte en día
de noche es el color azul que trae oscuridad
que ilumina los rostros que se aman
sólo por estar ahí, arrebatados con un fuego
que al quemarlos los engendra
progenie y a la vez madres
libertad en la lucha por la libertad
palabras en el mundo de las palabras
mapa y país
y es el continente. Es el que lo habita
y la forma de habitarlo en su caja
es una ventana al mundo. Una palabra
pero a la vez la letra que arma los libros
que contienen los mapas que es en sí
un país, sus cordilleras y sus bosques
o la geometría con la que una meseta
puede ser la mesa donde escribo mis poemas
mientras un viento me sostiene
y a la vez me aplasta contra el polvo
del que formo parte y me hace ser
en la mañana es la luz que la convierte en día
de noche es el color azul que trae oscuridad
que ilumina los rostros que se aman
sólo por estar ahí, arrebatados con un fuego
que al quemarlos los engendra
progenie y a la vez madres
libertad en la lucha por la libertad
palabras en el mundo de las palabras
mapa y país
Poemiurgo – Guillermo Vidal
Son órdenes de arriba,
hay guerra en la poesía,
no hay poesía en las guerras.
hay guerra en la poesía,
no hay poesía en las guerras.
martes, 1 de noviembre de 2011
El poema mudo – Guillermo Vidal
Nunca más repitas: con renovado brío ardiente,
ni describas a la luna reflejada en lago alguno,
o a la tarde bajo la sombra de los cedros dormidos.
El amor no es eterno, nada separa a los amantes
que no sea el hartazgo y el olvido.
Yacen bajo las tumbas los que han escrito:
Nunca debieron ser más que abalorios
o bajo los lirios queda solo mi desvelo.
(las viejas palabras suenan fatuas o siempre lo fueron)
A partir de hoy se pueblan los espacios de silencios.
ni describas a la luna reflejada en lago alguno,
o a la tarde bajo la sombra de los cedros dormidos.
El amor no es eterno, nada separa a los amantes
que no sea el hartazgo y el olvido.
Yacen bajo las tumbas los que han escrito:
Nunca debieron ser más que abalorios
o bajo los lirios queda solo mi desvelo.
(las viejas palabras suenan fatuas o siempre lo fueron)
A partir de hoy se pueblan los espacios de silencios.
lisboa - Jorge Spíndola
nunca estuve en lisboa
siempre acá,
metido en este cuerpo,
atado al páramo o abrazado
al mar y sus acantilados
siempre los mismos ojos
con cuchillos naranjas en la tarde,
siempre acá
nunca caminé por las calles de lisboa
siempre pampa seca
y autos abandonados al borde de la ruta
ahora mismo me invade la imagen de un colectivo
detenido para siempre
oxidándose con yuyos en su cuerpo,
un bedford verde agua
con teros lejanos en su lomo
nunca puedo abrir esa cortina
que envuelve la existencia
esa cortina agitada por el viento
que anda como gasa
cayéndose sobre mi cuerpo
siempre acá,
entregado como un perro a este paisaje
oliendo matas, salpicado de escarcha
para siempre
lisboa crece por mi boca en esta noche
mientras orino abrazado al álamo de casa
mientras pasan autos en la ruta
mientras llueve y crece el perfume de la tierra
mientras nada se parece a lisboa
y sólo un gato
camina en los paredones de la calle
lisboa qué lugar extraño
navegando en mis entrañas
lisboa tantas cosas
tantas noches navegando
al sur de toda mi existencia
siempre acá,
metido en este cuerpo,
atado al páramo o abrazado
al mar y sus acantilados
siempre los mismos ojos
con cuchillos naranjas en la tarde,
siempre acá
nunca caminé por las calles de lisboa
siempre pampa seca
y autos abandonados al borde de la ruta
ahora mismo me invade la imagen de un colectivo
detenido para siempre
oxidándose con yuyos en su cuerpo,
un bedford verde agua
con teros lejanos en su lomo
nunca puedo abrir esa cortina
que envuelve la existencia
esa cortina agitada por el viento
que anda como gasa
cayéndose sobre mi cuerpo
siempre acá,
entregado como un perro a este paisaje
oliendo matas, salpicado de escarcha
para siempre
lisboa crece por mi boca en esta noche
mientras orino abrazado al álamo de casa
mientras pasan autos en la ruta
mientras llueve y crece el perfume de la tierra
mientras nada se parece a lisboa
y sólo un gato
camina en los paredones de la calle
lisboa qué lugar extraño
navegando en mis entrañas
lisboa tantas cosas
tantas noches navegando
al sur de toda mi existencia
Sintonía Otoñal - Alejandra Leticia Taylor
Tenerte en silencio..
sin besos
sin caricias,
entre hojas
que caen
sin sueños,
sin prisa.
Tenerte en la palabra...
que conforma
lo impaciente,
lo audaz,
lo imposible
con besos
y sueños,
con prisa.
Tenerte
y no tenerte...
en remolino
de hojas secas
que se abrazan,
sintonía de otoño,
dando vueltas
por ahí.
sin besos
sin caricias,
entre hojas
que caen
sin sueños,
sin prisa.
Tenerte en la palabra...
que conforma
lo impaciente,
lo audaz,
lo imposible
con besos
y sueños,
con prisa.
Tenerte
y no tenerte...
en remolino
de hojas secas
que se abrazan,
sintonía de otoño,
dando vueltas
por ahí.
El Universo - Ignacio Hernán González Zapata
En tus parpados empañados
una ligera lágrima se condensaba
pequeña azul… no podía distinguir
aun su forma, me di cuenta que…
ahí existía un mundo, un universo
con sus seres vivos y sus dolores cotidianos
sus historias, sus civilizaciones;
mundos que nacían y morían…
la vida y la muerte
latiendo en esa lagrima
entonces pensé…
eso es el amor.
©I.H.G.Z - Derechos Reservados - Propiedad Intelectual de la autor
una ligera lágrima se condensaba
pequeña azul… no podía distinguir
aun su forma, me di cuenta que…
ahí existía un mundo, un universo
con sus seres vivos y sus dolores cotidianos
sus historias, sus civilizaciones;
mundos que nacían y morían…
la vida y la muerte
latiendo en esa lagrima
entonces pensé…
eso es el amor.
©I.H.G.Z - Derechos Reservados - Propiedad Intelectual de la autor
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