1
Un mundo incipiente
Mundo que despierta
Mundo que se acuerda de la luz
2
Dos dados que resuenan
En atmósferas de tierra
Tierra verde que respira
3
Tres truenos blanquísimos
Tormentas de sándalo
Sobre vientos sin motor
4
Cuatro son los imperios
Que se acostaron sobre
Un horizonte en llamas
5
Cinco dedos barnizados
Los Titanes que miran
La tristeza de la última ventana
6
Seis colinas que trae el viento
Como si fuesen granos de arena
De una playa liviana
7
Siete ángeles en siete camas
Siete vinos de sangre y fuego
Siete atardeceres finales
8
Ocho asteroides desafían
A la manzana de Newton
A las atmósferas de Hera
9
Nueve cielos amurallados
Parecen mármoles gastados
Parecen castillos eléctricos
10
Diez poemas embarrados
La tinta se avergüenza
De su cara de Jano
11
Once relámpagos negros
Como los caballos inocentes
Que arrasaron Roma
12
Doce vírgenes en un paraíso musulmán
Encerradas en celdas de mirra
Saboreando vinos cristianos
13
Trece llanuras mojadas
La lluvia roja maldita
La sangre de guerreros malditos
14
Catorce humos fosforescentes
Se apoderan de las moléculas
Y las embriagan para dormirlas
15
Quince años de este Sol
Quince años de calor sagrado
De vida innecesaria
16
Dieciséis moscas sobrevuelan
Mi muerte de mercurio
Mi manzana podrida
17
Diecisiete polos tiene un planeta
Que no es de acá ni de allá
Está entre cielos mojados
18
Dieciocho semanas voraces
Fueron tragadas
Por el gato del Tiempo
19
Diecinueve auroras me quemaron
La cabeza los ojos
Que se derritieron como hielo
20
Veinte caminos blancos
Espejos de los viajes
Que fatigan el planeta
21
Veintiún nubes rojizas
Calman la sed
De un sol ciruja
22
Veintidós balas de plomo
Veintidós heridas de vidrio
Veintidós funerales pobres
23
Veintitrés lunas de tinta
Sobre las espaldas
De putas olvidadas
24
Veinticuatro horas de marfil
Y barro y mercurio
En los templos del Tiempo
25
Veinticinco horas rojas
En un planeta humano
Donde el viento es débil
26
Veintiséis gotas de perfume
En la piel de una mujer
Que olvida la belleza
27
Veintisiete veces llegamos
A este punto de magma
Que nos traga el continente
28
Veintiocho hojas de papel
En un escritorio decente
Esperan ser revividas
29
Veintinueve ñoquis
Sabrosos como guisos
Hechos de la tierra
30
Treinta versos inútiles
Treinta intentos
De decir
domingo, 4 de septiembre de 2011
jueves, 1 de septiembre de 2011
nunca puedo el título - Fernando Rosales
baila, la mente inquieta del río
subiendo tras él lo que dejó
en tiempos
estalla en silencio
y suavemente se roza
el vino en los labios
dejando moradas
de amores
reciclados.
subiendo tras él lo que dejó
en tiempos
estalla en silencio
y suavemente se roza
el vino en los labios
dejando moradas
de amores
reciclados.
Resaca - Claudia Elisabet Sastre
Descendimos a esa playa perdida
y nos recibió un viento sensual
que olía a algas frescas y mariscos.
Elegimos para hacer un fuego
de la resaca que el mar
arrojaba a la costa
pero las redes rotas,
las algas secas y maderas
nos hablaban en su idioma
de naufragios y sirenas.
Pensé en esa resaca como en los restos
de viejos libros
de amarillas hojas de poetas
olvidados cuyos versos susurraban
en mi oído a toda hora
sin siquiera yo saberlo.
Salvé cada trozo de naufragio
con alguna razón,
los puse en una bolsa y los llevé
a mi biblioteca, junto a su olor a mar
para las tardes
donde el mar sea un recuerdo cálido
del verano,
a modo de arte poética.
y nos recibió un viento sensual
que olía a algas frescas y mariscos.
Elegimos para hacer un fuego
de la resaca que el mar
arrojaba a la costa
pero las redes rotas,
las algas secas y maderas
nos hablaban en su idioma
de naufragios y sirenas.
Pensé en esa resaca como en los restos
de viejos libros
de amarillas hojas de poetas
olvidados cuyos versos susurraban
en mi oído a toda hora
sin siquiera yo saberlo.
Salvé cada trozo de naufragio
con alguna razón,
los puse en una bolsa y los llevé
a mi biblioteca, junto a su olor a mar
para las tardes
donde el mar sea un recuerdo cálido
del verano,
a modo de arte poética.
14 de marzo 2011
Puertas del otoño - San Julián
Arroparse - Martín Maggi
Una nebulosa
que toca débilmente el prisma
la risa desparramada
se asemeja y es la calma.
Ataduras disueltas
en las puertas del alba
y la sensación de encontrar
esa mirada
sin espejos ni fantasmas.
Las épocas se disparan
y en un segundo
el sexo busca, sacude
percute, delimita, acelera
abarca indescriptible
algo interior:
ARMA Y DESARMA,
explayarse mas seria
inequívocamente un derroche.
que toca débilmente el prisma
la risa desparramada
se asemeja y es la calma.
Ataduras disueltas
en las puertas del alba
y la sensación de encontrar
esa mirada
sin espejos ni fantasmas.
Las épocas se disparan
y en un segundo
el sexo busca, sacude
percute, delimita, acelera
abarca indescriptible
algo interior:
ARMA Y DESARMA,
explayarse mas seria
inequívocamente un derroche.
Ella es Patagonia (fragmento) - Sergio Sarachu
1.
(...) aclaro: cuando digo Ella, digo Patagonia. Hablo en femenino
para desorganizar el caos de las palabras que sobran,
los verbos de criadero, las agudas transgénicas.
Lo que queda del raleo es Ella, semilla de otras
que ni se me ocurrieron (...)
2.
(...) la arena y el valle son un vicio. Cateterismo del sur
que nos hace universales. Aun parados en el ombligo de Santa Cruz,
de Chubut, de cualquier Patagonia que se precie,
somos mar y valle y desierto y cordillera.
La piel crece ordeñando la vida
y relojeando la nieve, el chaparrón, la fruta de carozo.
Masticamos distancias sin llamar la atención y
-disimuladamente- hundimos la mano en el cráter del Copahue
para escribir en Lapataia:
algo de sur somos todos, para no caernos (...)
(...) aclaro: cuando digo Ella, digo Patagonia. Hablo en femenino
para desorganizar el caos de las palabras que sobran,
los verbos de criadero, las agudas transgénicas.
Lo que queda del raleo es Ella, semilla de otras
que ni se me ocurrieron (...)
2.
(...) la arena y el valle son un vicio. Cateterismo del sur
que nos hace universales. Aun parados en el ombligo de Santa Cruz,
de Chubut, de cualquier Patagonia que se precie,
somos mar y valle y desierto y cordillera.
La piel crece ordeñando la vida
y relojeando la nieve, el chaparrón, la fruta de carozo.
Masticamos distancias sin llamar la atención y
-disimuladamente- hundimos la mano en el cráter del Copahue
para escribir en Lapataia:
algo de sur somos todos, para no caernos (...)
lunes, 29 de agosto de 2011
Gota - Ricardo Zelarayán
Gota
Se viene... Hasta que el balazo se cansa, mas manso que una gota.
Mano mansita, mosca aplastada. La mula mansa escupe jinetes y el vuelo fracasa, nariz en tierra.
Se viene cabeceando de arriba sin costado. Piedra costra cosedora no aguanta. El pato si no se acuesta patea miel hasta que lo despierta el viento.
Se viene sin costa. A la reventada llaman.
Se viene hasta que la llama se apaga. De mientras, cuerpea. Suspiro humea, huracaneado.
Sapo, sapón, reniega. Pero se viene, y al vuelo se arman puños de hormigas. Espina, balazo, todo es cuestión de tiempo, incansable campanita sorda, gorda. Y flaco escopetón. Mierda. Y a la que sigue que es la que se viene.
Se viene con o sin ruido, humo o viento, sapo desdentado.
Llovido o sudada gota, se viene filo sin lomo.
Se viene la gota al derecho y al revés de todos los reveses de la dichosa gota.
Se viene el aplaste. De lo goteado espeso al filo.
Se viene con amanecer cambiado, aunque no se note mucho. Un día nacido para ser olvidado, se viene suelto, entreverado, disimulado entre las mulas tontas de la pendiente apenas soleada.
Se viene para irse para siempre o como siempre. Pero esta vez el tranco es corto para el despegue. Ceniza es cuero.
La tierra se cuartea sin humo.
Se viene desparejo entre tranco y tranco. Tiro al aire.
Y otra vez al balazo se muere nomás, buscando quien lo olfatee.
Madera y hueso arden, hojas aparte. Soplar lo seco, a quemarropa.
Se viene nomás, garrotes sin arder, sin rodillas, enteritos.
Y las tinieblas, oscuras borregas, buscan el sol que las muerda.
Muerde mierda. Cruz ladeada al galope. El día se escapa, la trompa arenosa.
Se viene la piedra dura, mientras todo vuela y lo que es lo mismo, lo que se secó se aguanta hasta que le dé el cuero.
Se viene... Hasta que el balazo se cansa, mas manso que una gota.
Mano mansita, mosca aplastada. La mula mansa escupe jinetes y el vuelo fracasa, nariz en tierra.
Se viene cabeceando de arriba sin costado. Piedra costra cosedora no aguanta. El pato si no se acuesta patea miel hasta que lo despierta el viento.
Se viene sin costa. A la reventada llaman.
Se viene hasta que la llama se apaga. De mientras, cuerpea. Suspiro humea, huracaneado.
Sapo, sapón, reniega. Pero se viene, y al vuelo se arman puños de hormigas. Espina, balazo, todo es cuestión de tiempo, incansable campanita sorda, gorda. Y flaco escopetón. Mierda. Y a la que sigue que es la que se viene.
Se viene con o sin ruido, humo o viento, sapo desdentado.
Llovido o sudada gota, se viene filo sin lomo.
Se viene la gota al derecho y al revés de todos los reveses de la dichosa gota.
Se viene el aplaste. De lo goteado espeso al filo.
Se viene con amanecer cambiado, aunque no se note mucho. Un día nacido para ser olvidado, se viene suelto, entreverado, disimulado entre las mulas tontas de la pendiente apenas soleada.
Se viene para irse para siempre o como siempre. Pero esta vez el tranco es corto para el despegue. Ceniza es cuero.
La tierra se cuartea sin humo.
Se viene desparejo entre tranco y tranco. Tiro al aire.
Y otra vez al balazo se muere nomás, buscando quien lo olfatee.
Madera y hueso arden, hojas aparte. Soplar lo seco, a quemarropa.
Se viene nomás, garrotes sin arder, sin rodillas, enteritos.
Y las tinieblas, oscuras borregas, buscan el sol que las muerda.
Muerde mierda. Cruz ladeada al galope. El día se escapa, la trompa arenosa.
Se viene la piedra dura, mientras todo vuela y lo que es lo mismo, lo que se secó se aguanta hasta que le dé el cuero.
Narbonne, escrito en Bogotá - Colombia Truque Vélez
Nuevo rumor de cosas ya tan viejas
como días claros viajados de sur a norte
siguiendo estelas de asfalto
tan dudosas al crepúsculo
cuando llegados a un punto incierto de destino
el tiempo consistía en sombras
que desdibujaban los rostros y las voces
-sombras crecientes sobre nuestros azares
pasados: la habitación invadida de noche,
de humo de cigarrillos
de latas vacías de cerveza
con el crepitar del fuego encendido
y esa espera anhelante del futuro.
Estallido de Fronteras - Camilo Blajaquis
¿Como abrir caminos?
nunca es completo el consuelo,
siempre es escasa toda esperanza,
de trampas está lleno,
de pozos y vidrios rotos también,
¿qué queda? ¿queda algo?
todo se me escurre entre los dedos,
como la tierra, como la arena,
como el agua y el verdín
El unico camino es un borde de precipicio
que después tiene una cornisa,
luego una soga y finalmente un abismo.
Mientras caes aleteas contra la nada
pero la nada también se siente
y todo lo que se siente está unido
y si está unido por qué no animarse
a volar y así salvarse de la muerte
refugiarse entre el viento
como si fuera un escudo blindado
escapar de la nada, escapar y escapar.
Vas a tambalear, caerte y rasparte las rodillas
todos te diran absurdo, reirán y escupirán la espalda
nunca se van a ir las cicatrices
nunca se borrarán las secuelas
pero si te mantienes sabio
solita vendrá la recompensa.
Si es que consideras recompensa a lo que es.
un misero vaso con saliva, pero que calma la sed.
Anfibias se apartarán las ratas y renacuajos
huirán cuchichando, pelliscando el piso con el hocico.
el virus empezará a retroceder lleno de miedo...
no habrá luz, eso es fantasía,
hay que conformarse
con un pequeño fósforo mojado.
nunca es completo el consuelo,
siempre es escasa toda esperanza,
de trampas está lleno,
de pozos y vidrios rotos también,
¿qué queda? ¿queda algo?
todo se me escurre entre los dedos,
como la tierra, como la arena,
como el agua y el verdín
El unico camino es un borde de precipicio
que después tiene una cornisa,
luego una soga y finalmente un abismo.
Mientras caes aleteas contra la nada
pero la nada también se siente
y todo lo que se siente está unido
y si está unido por qué no animarse
a volar y así salvarse de la muerte
refugiarse entre el viento
como si fuera un escudo blindado
escapar de la nada, escapar y escapar.
Vas a tambalear, caerte y rasparte las rodillas
todos te diran absurdo, reirán y escupirán la espalda
nunca se van a ir las cicatrices
nunca se borrarán las secuelas
pero si te mantienes sabio
solita vendrá la recompensa.
Si es que consideras recompensa a lo que es.
un misero vaso con saliva, pero que calma la sed.
Anfibias se apartarán las ratas y renacuajos
huirán cuchichando, pelliscando el piso con el hocico.
el virus empezará a retroceder lleno de miedo...
no habrá luz, eso es fantasía,
hay que conformarse
con un pequeño fósforo mojado.
A la luz de la duda - Ana Caliyuri
A la luz
de la duda
como si mis manos
fuesen
una clepsidra
rompo las migajas
del tiempo.
sábado, 27 de agosto de 2011
Oniros - Oriana Pickmann
En la estrechura de tus desiertos
De tus rincones antiguamente conocidos
Deslizo mis manos cuidadosas
Reconociendo lugares y oasis
En los que bebí alguna vez
Recorro geografías fronterizas
Entre los círculos de la vida
Entre lo pasado y lo no sucedido
De tus rincones antiguamente conocidos
Deslizo mis manos cuidadosas
Reconociendo lugares y oasis
En los que bebí alguna vez
Recorro geografías fronterizas
Entre los círculos de la vida
Entre lo pasado y lo no sucedido
Vigilia – Rafael Blanco Vázquez
A veces tengo sueños poblados de fantasmas
Se me concentran todos los miedos en el pecho
Algo corrupto en mí desprende sus miasmas
Para estar bien conmigo aún me queda un buen trecho
Me rechinan los dientes, me abrazo a la almohada
Mientras tus manos cubren mi cuerpo de caricias
Pero no hay en el mundo suficientes delicias
Para hacer de mi vida una creación rimada
Cada instante de paz lo pago con tormentos
Los besos en tu boca preludian cataclismos
Por mucho que lo niegue son vanos mis intentos
Desde las altas cumbres se observan los abismos
La piel más blanca esconde laberintos sangrientos
Los contrincantes serán siempre los mismos
Se me concentran todos los miedos en el pecho
Algo corrupto en mí desprende sus miasmas
Para estar bien conmigo aún me queda un buen trecho
Me rechinan los dientes, me abrazo a la almohada
Mientras tus manos cubren mi cuerpo de caricias
Pero no hay en el mundo suficientes delicias
Para hacer de mi vida una creación rimada
Cada instante de paz lo pago con tormentos
Los besos en tu boca preludian cataclismos
Por mucho que lo niegue son vanos mis intentos
Desde las altas cumbres se observan los abismos
La piel más blanca esconde laberintos sangrientos
Los contrincantes serán siempre los mismos
Y el hombre – Esteban Moscarda
Y el hombre despertó.
Y fue bueno.
Pero la luz de serpientes,
De manzanas grandilocuentes,
De dioses enterrados
En ese otro que se cree dios,
Lo hicieron sentarse en el pasto,
Empuñar el tuétano maldito,
Construir ruedas de roca,
Levantar delirios de calles,
Amasar el bronce, el hierro, el titanio,
Adorar la guerra,
Amar la mugre, la luz en ventana,
La luz naftalina, la luz violeta y ultra.
Y fue malo.
Y solo buscó
La oscuridad
Que está más allá
Del arco iris.
Y fue bueno.
Pero la luz de serpientes,
De manzanas grandilocuentes,
De dioses enterrados
En ese otro que se cree dios,
Lo hicieron sentarse en el pasto,
Empuñar el tuétano maldito,
Construir ruedas de roca,
Levantar delirios de calles,
Amasar el bronce, el hierro, el titanio,
Adorar la guerra,
Amar la mugre, la luz en ventana,
La luz naftalina, la luz violeta y ultra.
Y fue malo.
Y solo buscó
La oscuridad
Que está más allá
Del arco iris.
Marioneta - Fernando Puga
1.
Yo no quise perderte
Fue la aurora que abrió tus ventanas
Y detuvo el vuelo de tu boca en cascada
Yo no quise tomar tu secreto
Fue la noche que arrancó el cerrojo
Y engañó tu sigilo de serpiente
Yo no quise hundirme entre tus lanzas
Fue tu oasis en celo.
2.
Córtame los ojos con tu incandescencia solar
Déjame sin luz…
Tú: la iluminada.
Yo no quise perderte
Fue la aurora que abrió tus ventanas
Y detuvo el vuelo de tu boca en cascada
Yo no quise tomar tu secreto
Fue la noche que arrancó el cerrojo
Y engañó tu sigilo de serpiente
Yo no quise hundirme entre tus lanzas
Fue tu oasis en celo.
2.
Córtame los ojos con tu incandescencia solar
Déjame sin luz…
Tú: la iluminada.
jueves, 25 de agosto de 2011
en la aurora del amor – Héctor Ranea
dentro de mí las aguas danzan
iluminadas por una nube de colores
de albahaca
menta
y el rojo de la sangre
una tormenta de color invade mi ojo
aún oculto antes de la madrugada
un mar pulverizado en insectos eléctricos
me cubre internamente
porque puedo soñar mientras miro ese silencio
tengo tu ojo dentro de mí
sólo para custodiar mi sueño
para calmar mis dolores
para circular con mi sangre
sanándome
Al alba - Fernando Andrés Puga
Eva va
Al alba baila
liviana
Ebria
abre las brevas bravías
bebe la savia
babea
lava los labios en agua
lábiles aves la elevan
Huele a lavandas el aire
y leve alivia las velas
Él la ve
Luna de lívido azul
lo envuelve en libres libélulas
lo salva
y al alba olvidan la tierra.
Al alba baila
liviana
Ebria
abre las brevas bravías
bebe la savia
babea
lava los labios en agua
lábiles aves la elevan
Huele a lavandas el aire
y leve alivia las velas
Él la ve
Luna de lívido azul
lo envuelve en libres libélulas
lo salva
y al alba olvidan la tierra.
Salvo - Myriam Belfer
Salvo la figura sin tiempo,
salvo el pan dejado enmohecer,
salvo el final a cuchillo,
salvo el tren que pasa y al que nunca te subiste,
salvo el desprecio,
no queda nada en tu boca,no queda nada en tu voz.
(cierro los ojos y grito: las palabras destrozadas involuntariamente salen de mi garganta)
Salvo lo que no pienso,
salvo lo que me sentencia al cerrarse de mis ojos,
salvo las ampollas y los brazos quemados,
salvo las cebollitas aromáticas, salvo el arroz,
(¿qué me transmite este instante en que estás lejos y tu voz me grita, se me sale por la boca?)
domingo, 21 de agosto de 2011
Sin título - Anna Rossell Ibern
(Catalán)
Em separen abismes de tu
que sento davant meu inapel·lables,
dintre meu consolidats,
perfectes.
Inútilment em mostres la teva ànima,
l’esgranes als meus ulls!
M’hi atanso i torno a mi,
i em recupero a mi de mi mateixa.
Quin ofec em sent l’esperit d’un punt
al mateix punt!: quin alè de mort
m’arriba per l’esquena mentre tu,
davant meu, inútilment, em mostres
la teva ànima!
© Anna Rossell (Del poemario Anna Rossell, La veu per companya)
*
*
(Español)
Me separan abismos de ti
que siento ante mí inapelables,
consolidados en mí,
perfectos.
Me muestras inútilmente el alma,
la desgranas ofreciéndola a mis ojos.
Me acerco y vuelvo a mí,
Y regreso a mí desde mí misma.
Mi espíritu se ahoga en el camino
de un punto al mismo punto:
¡qué aliento de muerte me llega
por la espalda mientras tú,
ante mí me muestras
tu alma, inútilmente!
© Anna Rossell (Del poemario Anna Rossell, La veu per companya)
*
© de la traducción Anna Rossell
Em separen abismes de tu
que sento davant meu inapel·lables,
dintre meu consolidats,
perfectes.
Inútilment em mostres la teva ànima,
l’esgranes als meus ulls!
M’hi atanso i torno a mi,
i em recupero a mi de mi mateixa.
Quin ofec em sent l’esperit d’un punt
al mateix punt!: quin alè de mort
m’arriba per l’esquena mentre tu,
davant meu, inútilment, em mostres
la teva ànima!
© Anna Rossell (Del poemario Anna Rossell, La veu per companya)
*
*
(Español)
Me separan abismos de ti
que siento ante mí inapelables,
consolidados en mí,
perfectos.
Me muestras inútilmente el alma,
la desgranas ofreciéndola a mis ojos.
Me acerco y vuelvo a mí,
Y regreso a mí desde mí misma.
Mi espíritu se ahoga en el camino
de un punto al mismo punto:
¡qué aliento de muerte me llega
por la espalda mientras tú,
ante mí me muestras
tu alma, inútilmente!
© Anna Rossell (Del poemario Anna Rossell, La veu per companya)
*
© de la traducción Anna Rossell
Fotografía I - Luciana Mellado
Es linda la foto que te sacaron.
Parecés mas larga, más flaca,
más pegada al cielo y a la tierra.
Junco humano con pantalones negros.
Pero estás muda allí y en ese instante
tu boca es un puntito
lejano e indoloro.
Con autorización de la autora, del blog http://enlapiznegro.blogspot.com
Parecés mas larga, más flaca,
más pegada al cielo y a la tierra.
Junco humano con pantalones negros.
Pero estás muda allí y en ese instante
tu boca es un puntito
lejano e indoloro.
Con autorización de la autora, del blog http://enlapiznegro.blogspot.com
entra un soplo de alisios en la calle – Héctor Ranea
(
los alisios desordenan ventanas
arman vendavales de hojas
que todavía se dan por muertas
cierran las puertas de improviso
dando por concluidos amores y silencios
)
el encuentro del viento con mis manos
ciñendo las tuyas
el viento que trae de los aromos el polen amarillo
tizando de amarillo tu piel que es ya dorada
los alisios desordenan tu pelo
pero dan más brillo a tus ojos
para cuando llegue la calma del crepúsculo
el brillo se transforme en un suave llanto
tibio que me abrigue
me mantenga despierto
para ver cómo esas lágrimas
se transportan al beso
las lágrimas
tal como dictan los alisios
a las hojas de los árboles
entibian lúbricamente
los labios de una mujer
y eso trae la primavera
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