el horizonte finge
sus islas suficientes.
es miedo a los abismos
y entre el azar obsceno las estaciones pasan
enmudeciendo notas.
dime tu voz perdida,
el ave naufragada del deseo
cuando la lentitud de los sueños palidece.
No hay nada de nosotros lejanamente huido.
Tan solo somos lo que no es el resto,
prevaricado recorrido hacia dejar de ser.
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