Si vos no estás en casa,
el silencio me anuda algo en la garganta,
las paredes se alejan
y hace frío adentro,
a pesar de los treinta y dos grados
de este enero.
Y el cuore llora, amor. De verdad, llora.
Cuando vos estás en casa
el aire tiene olorcito a pan recién horneado,
sabor a sobremesa de domingos,
a mates en tardes de verano bajo el tilo.
Si vos estás, amor,
el cuore salta, grita, ríe, canta
porque sabe que anda rondando la alegría
de esta luna de miel,
que más de veinte años y dos hijos después,
no se termina.
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