Dijiste que podía mirarte
tras las ventanas del olvido.
En tu habitual manera
con el idioma de tu piel.
Palabras caricia. Confusas, confundidas.
Este erial de sombras y rumores
Esta sádica planicie de semivida
Ya nada queda de tus rasgos baratos
Nada de tus iris acero.
Ayer volví a mirarte bajo el resplandor neón
Confundida en el cardumen de consumo
Mujer inventada
otra vez tu fantasma
habita otras anatomías.
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