domingo, 23 de febrero de 2014

Labios de Ángel - Alejandro Bentivoglio

Mi nombre parece extraño cuando ella no lo pronuncia. ¿Qué es esto de susurrar que todo se ha ido? Que podemos cortarnos con los labios de un ángel, porque en la inocencia viven las dudas.
Mi nombre no significa nada cuando ella no lo pronuncia, solo se consume mi sombra esperando su cielo azul.
Es que a veces, desearía que ella no supiese deletrear mi debilidad.

Bicho cuántico (un experimento surrealista II) – Esteban Moscarda

Estar en una nada de cristal
Ser el bicho cuántico
Que se enciende con los agujeros negros
Que sobrevuelan.
Probar la materia del sueño
El pilum sagrado del negrete.
Podar los pastos
Con el sainete del vientre.
Películas que aparecen
Por los huecos pódicos,
El acero pereti,
El Nostradamus del valle.
Vivimos rodeados de éter,
Alcohol del becco,
Naves como colmenas,
Pesadas como plomo de grocia.
Serás aquello que quieran
Los hados del monte,
Esos que te aman homosexualmente,
Esos que te agarran las plantas,
Te las beben embeben con
Ácido y lluvias de luna roja roja
Como la sangre de los troyanos.
Pobres troyanos:
Ellos solo querían enfiestarse a Helena
Y ganaron un imperio de arena hueca.
Pobre caballo de madera:
Solo quería la sangre de Aquiles
Y se indigestó con griegos de vino.
Ser el bicho cuántico,
Sobrevolando los agujeros del sueño.

Poema de muertes y poetas – Esteban Moscarda y Odeen Rocha

Hola, ¿qué hay? Estás muy buena. Quiero matarte. No cuelgues.

Cuando usted dice matarte: ¿lo dice en serio o solo se refiere a tomar su alma, devorarla despacito y luego condenarse a un infierno espinoso?

Hacerla trocitos. Poco a poquito, rajada a rajada. Ver los ojos mientras echan el último vistazo hacia dentro. Ya luego, ir con su alma a tomarme un cafecito con leche.

Usted entonces no es asesino. Solo los poetas pueden torcer la arcilla de la que está hecha la nada vestida.

Reflejo - Ana Caliyuri

En los suaves
recuerdos
de la memoria
habita
la huella
que vamos pisando.
La hondura
del alma,
la risa esparcida
a los cuatro vientos.
Nada se detiene
todo es un reflejo
de un mañana límpido
en el reencuentro.