Damián no conoce mi nombre
ni mi mirada mínima y sin mal
Damián merodea
me rodea
muerde almendras que penden en mis sienes
manda
miente
menea el abanico con cara de inocente
Damián se enamora de la música que mece las espigas en mi mente
se disipa indiferente entre los pliegues
Damián merecía mejor suerte:
vivir
o acaso ser vigía en el umbral de la muerte
viernes, 30 de diciembre de 2011
Amadrarse - Nanim Rekacz
Volver al nido
deshacer madejas
acurrucar la adultez entre mantillas
llorar por no saber hablar
Extraído de http://nanimr.blogspot.com/
sábado, 24 de diciembre de 2011
Poema rebuscado (para leer con el diccionario al lado) - Miguel Dorelo
La fémina otea
Con mohínos fanales
Al nervudo céfiro espaciar la cellisca;
Rememora pretéritas coyunturas.
Una excreción salina
Hende a través
De su siniestro carrillo,
Comparece,
Impregna sus expeditos belfos.
La víspera enflaquece.
Extraído de: http://lalentaagoniadeerato.blogspot.com/
Con mohínos fanales
Al nervudo céfiro espaciar la cellisca;
Rememora pretéritas coyunturas.
Una excreción salina
Hende a través
De su siniestro carrillo,
Comparece,
Impregna sus expeditos belfos.
La víspera enflaquece.
Extraído de: http://lalentaagoniadeerato.blogspot.com/
Micropoema - Anna Rossell
Micropoema - Anna Rossell
(Festa commemorativa de l’aniversari de la mort del pare del bisbe de Kara, Togo)
De tot allò, tu sol,
de tanta gent,
infant adult, tu sol.
Estranys a tant soroll,
entre la pols dels balls
de tants de peus
-serens i plens-,
dos ulls.
Ho han viscut
tot.
I sembla encara que busquin
la tendresa.
*
*
-Anna Rossell (Español), micropoema
(Fiesta conmemorativa del aniversario de la muerte del padre del obispo de Kara, Togo)
De todo aquello, tú solo,
de tanta gente,
niño adulto, tú solo.
Extraños a tanto ruido,
entre el polvo de los bailes
de tantos pies
-serenos y profundos-,
dos ojos.
Lo han vivido
todo.
Y parece aún que busquen
la ternura.
(Festa commemorativa de l’aniversari de la mort del pare del bisbe de Kara, Togo)
De tot allò, tu sol,
de tanta gent,
infant adult, tu sol.
Estranys a tant soroll,
entre la pols dels balls
de tants de peus
-serens i plens-,
dos ulls.
Ho han viscut
tot.
I sembla encara que busquin
la tendresa.
*
*
-Anna Rossell (Español), micropoema
(Fiesta conmemorativa del aniversario de la muerte del padre del obispo de Kara, Togo)
De todo aquello, tú solo,
de tanta gente,
niño adulto, tú solo.
Extraños a tanto ruido,
entre el polvo de los bailes
de tantos pies
-serenos y profundos-,
dos ojos.
Lo han vivido
todo.
Y parece aún que busquen
la ternura.
Cadenas de soledades, - Alejandra Leticia Taylor
Cadenas de soledades,
remolinos de ansias
y la igualdad del dolor
en cada uno.
Soledades en cadena...
Y la luz
en destrozados relojes
remolinos de ansias
y la igualdad del dolor
en cada uno.
Soledades en cadena...
Y la luz
en destrozados relojes
miércoles, 21 de diciembre de 2011
De la talla de tu piel - Raúl Vacas Polo
Porque mis dedos son como alfileres
y tus caderas son de alta costura
voy a inventarme alguna arquitectura
para albergar tu frío y tus quereres.
Porque mis labios son como tú quieres
y tu pasión es álgebra madura,
no habrá rincón, ni piel, ni comisura
donde el amor no lleve sus placeres
Porque tus ojos son como una mecha
y tu palabra es novia de mi almohada
voy a dictarte un nombre y una fecha
para quererte líquida y mojada.
Porque tu cuerpo es tierra y es cosecha
voy a invadir tu inútil madrugada.
Tomado de: 50% algodón
y tus caderas son de alta costura
voy a inventarme alguna arquitectura
para albergar tu frío y tus quereres.
Porque mis labios son como tú quieres
y tu pasión es álgebra madura,
no habrá rincón, ni piel, ni comisura
donde el amor no lleve sus placeres
Porque tus ojos son como una mecha
y tu palabra es novia de mi almohada
voy a dictarte un nombre y una fecha
para quererte líquida y mojada.
Porque tu cuerpo es tierra y es cosecha
voy a invadir tu inútil madrugada.
Tomado de: 50% algodón
Gramática del desencuentro - Oscar Barrionuevo
qué dura ausencia
la que tengo
haber vuelto y sentir
que me quedé en otra parte
recomenzar estos pasillos de siempre
y saberme lejos
habitando otro espacio
qué peor ausencia
que la de caminar el olvido
donde empecé a quererte
qué haré con lo que fue y
no fue nuestro
con el allá más que con el aquí
sin encontrar un adverbio intermedio
qué peor ausencia
que la de saber que no habrá
ninguna esquina
en donde nuestros nombres se crucen
vos y yo sólo somos el
comienzo de una palabra
que no se ha escrito
o el final de un verbo
mal conjugado
Del libro Gramática de ausencias y desencuentros
Tomado del blog: Poesías y Relatos
la que tengo
haber vuelto y sentir
que me quedé en otra parte
recomenzar estos pasillos de siempre
y saberme lejos
habitando otro espacio
qué peor ausencia
que la de caminar el olvido
donde empecé a quererte
qué haré con lo que fue y
no fue nuestro
con el allá más que con el aquí
sin encontrar un adverbio intermedio
qué peor ausencia
que la de saber que no habrá
ninguna esquina
en donde nuestros nombres se crucen
vos y yo sólo somos el
comienzo de una palabra
que no se ha escrito
o el final de un verbo
mal conjugado
Del libro Gramática de ausencias y desencuentros
Tomado del blog: Poesías y Relatos
Noche en vela - Jana Muneva
Me nombraste
con tu voz de viento,
entonces, me preparé
para navegar tu marea verde.
Pero te retiraste en bajamar
y quedé encallada,
desplegadas las velas
sacudiendo un ruido seco.
Quedó tu eco, nombrándome.
Tu hueco, resonando.
Esperaré una noche,
con las velas bajas
y el pelo suelto,
a que otra vez
tu viento me rocíe
con el agua salada.
Mientras tanto respiro
con los pies colgando de la barca
mojándose en la orilla.
con tu voz de viento,
entonces, me preparé
para navegar tu marea verde.
Pero te retiraste en bajamar
y quedé encallada,
desplegadas las velas
sacudiendo un ruido seco.
Quedó tu eco, nombrándome.
Tu hueco, resonando.
Esperaré una noche,
con las velas bajas
y el pelo suelto,
a que otra vez
tu viento me rocíe
con el agua salada.
Mientras tanto respiro
con los pies colgando de la barca
mojándose en la orilla.
martes, 20 de diciembre de 2011
Antes - Luciana Mellado
Pero cómo movía la boca para hablar sin decir nada.
Era hermosa la indolencia entonces
cuando el lenguaje no adulteraba
pretextos, ni anunciaba el gesto o el motivo.
Ahora, en cambio, te espero intencionalmente:
para que no me busques, para que no me hables,
para que no te acerques, fantasma parco y evadido,
mudo lleno de voz.
Pero cómo movía la boca para hablar sin decir nada
sin ofrecer cosa alguna, nueva o vieja para mi sed.
Antes, cuando la palabra no me daba de beber.
Con autorización de la autora, del blog http://enlapiznegro.blogspot.com/
Era hermosa la indolencia entonces
cuando el lenguaje no adulteraba
pretextos, ni anunciaba el gesto o el motivo.
Ahora, en cambio, te espero intencionalmente:
para que no me busques, para que no me hables,
para que no te acerques, fantasma parco y evadido,
mudo lleno de voz.
Pero cómo movía la boca para hablar sin decir nada
sin ofrecer cosa alguna, nueva o vieja para mi sed.
Antes, cuando la palabra no me daba de beber.
Con autorización de la autora, del blog http://enlapiznegro.blogspot.com/
Mutatis mutandis – Guillermo Vidal
Los sueños duermen
bajo la almohada,
cambian los dientes
por dos monedas.
Algunos mueren
y otros desgarran.
Nada se pierde.
bajo la almohada,
cambian los dientes
por dos monedas.
Algunos mueren
y otros desgarran.
Nada se pierde.
En el final era el verbo - Olga Orozco
Como si fueran sombras de sombras que se alejan las palabras,
humaredas errantes exhaladas por la boca del viento,
así se me dispersan, se me pierden de vista contra las puertas del silencio.
Son menos que las últimas borras de un color, que un suspiro en la hierba;
fantasmas que ni siquiera se asemejan al reflejo que fueron.
Entonces ¿no habrá nada que se mantenga en su lugar,
nada que se confunda con su nombre desde la piel hasta los huesos?
Y yo que me cobijaba en las palabras como en los pliegues de la revelación
o que fundaba mundos de visiones sin fondo
para sustituir los jardines del edén sobre las piedras del vocablo.
¿Y no he intentado acaso pronunciar hacia atrás todos los alfabetos de la muerte?
¿No era ese tu triunfo en las tinieblas, poesía?
Cada palabra a imagen de otra luz, a semejanza de otro abismo,
cada una con su cortejo de constelaciones, con su nido de víboras,
pero dispuesta a tejer ya destejer desde su propio costado el universo
y a prescindir de mí hasta el último nudo.
Extensiones sin límites plegadas bajo el signo de un ala,
urdimbres como andrajos para dejar pasar el soplo alucinante de los dioses,
reversos donde el misterio se desnuda,
donde arroja uno a uno los sucesivos velos, los sucesivos nombres,
sin alcanzar jamás el corazón cerrado de la rosa.
Yo velaba incrustada en el ardiente hielo, en la hoguera escarchada,
traduciendo relámpagos, desenhebrando dinastías de voces,
bajo un código tan indescifrable como el de las estrellas o el de las hormigas.
Miraba las palabras al trasluz.
Veía desfilar sus oscuras progenies hasta el final del verbo.
Quería descubrir a Dios por transparencia.
humaredas errantes exhaladas por la boca del viento,
así se me dispersan, se me pierden de vista contra las puertas del silencio.
Son menos que las últimas borras de un color, que un suspiro en la hierba;
fantasmas que ni siquiera se asemejan al reflejo que fueron.
Entonces ¿no habrá nada que se mantenga en su lugar,
nada que se confunda con su nombre desde la piel hasta los huesos?
Y yo que me cobijaba en las palabras como en los pliegues de la revelación
o que fundaba mundos de visiones sin fondo
para sustituir los jardines del edén sobre las piedras del vocablo.
¿Y no he intentado acaso pronunciar hacia atrás todos los alfabetos de la muerte?
¿No era ese tu triunfo en las tinieblas, poesía?
Cada palabra a imagen de otra luz, a semejanza de otro abismo,
cada una con su cortejo de constelaciones, con su nido de víboras,
pero dispuesta a tejer ya destejer desde su propio costado el universo
y a prescindir de mí hasta el último nudo.
Extensiones sin límites plegadas bajo el signo de un ala,
urdimbres como andrajos para dejar pasar el soplo alucinante de los dioses,
reversos donde el misterio se desnuda,
donde arroja uno a uno los sucesivos velos, los sucesivos nombres,
sin alcanzar jamás el corazón cerrado de la rosa.
Yo velaba incrustada en el ardiente hielo, en la hoguera escarchada,
traduciendo relámpagos, desenhebrando dinastías de voces,
bajo un código tan indescifrable como el de las estrellas o el de las hormigas.
Miraba las palabras al trasluz.
Veía desfilar sus oscuras progenies hasta el final del verbo.
Quería descubrir a Dios por transparencia.
Abrazo - Fernando Manzini
Mientras miraba
la foto pintada a colores de una célula nerviosa conectándose a otra,
mientras veía
los brazos citoplasmáticos de esa neurona niña rodeando
-casi rozando-
el cuerpo blanco maduro de una neurona enorme,
me preguntaba
qué está pasando
con nosotros
(cuerpos blancos maduros
con los brazos cortados / sin los brazos de nadie),
qué está pasando
con nosotros,
que estudiamos estas cosas
desde hace años,
desde hace siglos,
y seguimos sin comprender,
y seguimos sin aceptar
el afecto desolado, el abrazo eficaz
en el último fondo de nuestra carne.
la foto pintada a colores de una célula nerviosa conectándose a otra,
mientras veía
los brazos citoplasmáticos de esa neurona niña rodeando
-casi rozando-
el cuerpo blanco maduro de una neurona enorme,
me preguntaba
qué está pasando
con nosotros
(cuerpos blancos maduros
con los brazos cortados / sin los brazos de nadie),
qué está pasando
con nosotros,
que estudiamos estas cosas
desde hace años,
desde hace siglos,
y seguimos sin comprender,
y seguimos sin aceptar
el afecto desolado, el abrazo eficaz
en el último fondo de nuestra carne.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Sol - Ana Caliyuri
Mengua
la luz
del sol
y otras veces
nos humilla
con su ardor
como si en su parpadeo
estuviese
en vilo
el universo.
la luz
del sol
y otras veces
nos humilla
con su ardor
como si en su parpadeo
estuviese
en vilo
el universo.
Lautremont - Guillermo Vidal
Nacen de cáscaras
vacías,
de oscuridad renegada,
de un linaje de sombras,
de crisálidas
que se convierten en tumbas.
El encuentro fortuito
de la luz,
la belleza de un sol hiriente
y voraz,
abotaga los sentidos.
Es el mal de la aurora.
vacías,
de oscuridad renegada,
de un linaje de sombras,
de crisálidas
que se convierten en tumbas.
El encuentro fortuito
de la luz,
la belleza de un sol hiriente
y voraz,
abotaga los sentidos.
Es el mal de la aurora.
Poema gauchesco irónico-temático. El viejo Vizcacha sabe por viejo pero más sabe por pillo – Héctor Ranea
los quarks sean confinados
en cualquier tiempo que sea
porque los desconfina la gula
y los rompe la psicosis
y s´entreveran los cosos
entre vecinos y hermanos
endijpué al hombre le faltan leptones
le sobran protones y la materia
(mire lo que le digo) se entuerta
se encharca el certificado
que la fábrica bigbangui entregó
y no sabe en qué merengue
al gaucho lo urdió mal
que al tejerse el lazo el mozo
le pifia al nudo y lo hace loco
y endijpué a ningún potro
ni enlaza ni deja ´e costáu
tanto cuestan los protones
pa´ l´hombre que labora el campo
por eso siempre les digo
los quarks sean confinados
porque si ansina no fuese
se pierden la ocasión
de ser lo que nunca han sido
sin dejar de ser lo que son
en cualquier tiempo que sea
porque los desconfina la gula
y los rompe la psicosis
y s´entreveran los cosos
entre vecinos y hermanos
endijpué al hombre le faltan leptones
le sobran protones y la materia
(mire lo que le digo) se entuerta
se encharca el certificado
que la fábrica bigbangui entregó
y no sabe en qué merengue
al gaucho lo urdió mal
que al tejerse el lazo el mozo
le pifia al nudo y lo hace loco
y endijpué a ningún potro
ni enlaza ni deja ´e costáu
tanto cuestan los protones
pa´ l´hombre que labora el campo
por eso siempre les digo
los quarks sean confinados
porque si ansina no fuese
se pierden la ocasión
de ser lo que nunca han sido
sin dejar de ser lo que son
Agujeros en el Alma - Adriana Alarco de Zadra
Me están creciendo agujeros en el alma
(por las palabras sin canto,
los mohines sin caricias,
los recuerdos mudos),
como aquellos tan negros del espacio.
No me abandonen en medio del silencio
que estoy cabalgando en lo infinito…
Vuelo cuando se abren mis alas
y logro ver el planeta más allá
de las rocosas piedras,
del océano en tormenta,
más lejos de la línea horizontal
mientras voy manejando mi nave
al son de una canción de cuna
que revolotea leve en mi memoria.
(por las palabras sin canto,
los mohines sin caricias,
los recuerdos mudos),
como aquellos tan negros del espacio.
No me abandonen en medio del silencio
que estoy cabalgando en lo infinito…
Vuelo cuando se abren mis alas
y logro ver el planeta más allá
de las rocosas piedras,
del océano en tormenta,
más lejos de la línea horizontal
mientras voy manejando mi nave
al son de una canción de cuna
que revolotea leve en mi memoria.
Nocturno de infancia - Colombia Truque Vélez
De todos los rincones del cuarto
surgían en mi infancia
sombras en las sombras de la noche.
El insomnio, que nos encadena a esta orilla,
me impedía escapar hacia esa región
tal vez más familiar, que son los sueños.
Oscuras, las cosas mudaban su sustancia
amable en la claridad del día
y se volvían un solo miedo incoloro
que asaltaba mi alma.
Entonces, la sábana con que cubría mi rostro
era la única sombra protectora:
me libraba del confuso acecho de las cosas.
surgían en mi infancia
sombras en las sombras de la noche.
El insomnio, que nos encadena a esta orilla,
me impedía escapar hacia esa región
tal vez más familiar, que son los sueños.
Oscuras, las cosas mudaban su sustancia
amable en la claridad del día
y se volvían un solo miedo incoloro
que asaltaba mi alma.
Entonces, la sábana con que cubría mi rostro
era la única sombra protectora:
me libraba del confuso acecho de las cosas.
lunes, 12 de diciembre de 2011
El recuerdo - Raúl Feroglio
El recuerdo del éxtasis
no se parece al éxtasis
La mano que se hunde
la que trepaba lo profundo, es y no es
la mano
que en la memoria saciada
perfumaba de certezas el corazón ansioso.
El momento que
fuego de artificio
y noche ciega a la vez
en explosión marina
salpicaba labios
ha desaparecido del estante
ahí donde brillaba
oscuro
junto a un frasco vacío
la colección incompleta de autitos de carrera
y el latigazo de pena
que volvió
cuando pensaba que los planetas
ya no giraban como antes.
El recuerdo de la pena
se parece a la pena
en cierto olor a muerto querido
a una cuerda cortándose
hasta que aparezcan ellos
brillando en superficie
con destellitos de risa entre
la luz salvaje
despertándonos.
Extraído de Poesía del interior
no se parece al éxtasis
La mano que se hunde
la que trepaba lo profundo, es y no es
la mano
que en la memoria saciada
perfumaba de certezas el corazón ansioso.
El momento que
fuego de artificio
y noche ciega a la vez
en explosión marina
salpicaba labios
ha desaparecido del estante
ahí donde brillaba
oscuro
junto a un frasco vacío
la colección incompleta de autitos de carrera
y el latigazo de pena
que volvió
cuando pensaba que los planetas
ya no giraban como antes.
El recuerdo de la pena
se parece a la pena
en cierto olor a muerto querido
a una cuerda cortándose
hasta que aparezcan ellos
brillando en superficie
con destellitos de risa entre
la luz salvaje
despertándonos.
Extraído de Poesía del interior
Pasante - Yosie Crespo
Ahora soy como el águila que está
y no despierta.
Coloco junto al polvo la soledad de otros tiempos,
le conozco su bilis
le ha salido por la boca declarándome la guerra.
¿Cómo vaciarme de su nombre
cuando el miedo del mundo
se come mis rodillas?
Como la noche ha de abrirse
esta pequeña muerte
y ha de convertirme en la sombra exacta
de su fugaz juventud.
Huirás de mis brazos con el mundo por delante.
Encontrarás encendido
fuera de mis ojos
mi corazón que es un caballo blanco,
y un cuervo.
y no despierta.
Coloco junto al polvo la soledad de otros tiempos,
le conozco su bilis
le ha salido por la boca declarándome la guerra.
¿Cómo vaciarme de su nombre
cuando el miedo del mundo
se come mis rodillas?
Como la noche ha de abrirse
esta pequeña muerte
y ha de convertirme en la sombra exacta
de su fugaz juventud.
Huirás de mis brazos con el mundo por delante.
Encontrarás encendido
fuera de mis ojos
mi corazón que es un caballo blanco,
y un cuervo.
Tomba - Hugo Senone
elevadas noches de cielo tatuado de perpetua visión
mañana pasa el asteroide número doscientos mil
y vos tan callada tan quieta
a la sombra de tu propio universo paralelo
hay botellas vacías
y una docena de hojas de un cuento
flotando como nieve mágica
iluminándote
con infinitos finales
mañana pasa el asteroide número doscientos mil
y vos tan callada tan quieta
a la sombra de tu propio universo paralelo
hay botellas vacías
y una docena de hojas de un cuento
flotando como nieve mágica
iluminándote
con infinitos finales
viernes, 9 de diciembre de 2011
Luces – María del Pilar Jorge
La mañana me descubre escribiendo,
describiendo,
describiéndote.
La ciudad está ahí, afuera,
detrás de mi ventana,
los edificios grises ya se vistieron
de blanco y las sombras
son solo
recuerdos,
que trato de capturar,
para apresarlos entre
palabras.
El sol y las palabras
juegan con mis pensamientos,
los transmutan,
los endulzan
y los fantasmas de la noche
enmudecen.
Sobre la autora: http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2010/11/maria-del-pilar-jorge-buenos-aires-1946.html
describiendo,
describiéndote.
La ciudad está ahí, afuera,
detrás de mi ventana,
los edificios grises ya se vistieron
de blanco y las sombras
son solo
recuerdos,
que trato de capturar,
para apresarlos entre
palabras.
El sol y las palabras
juegan con mis pensamientos,
los transmutan,
los endulzan
y los fantasmas de la noche
enmudecen.
Sobre la autora: http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2010/11/maria-del-pilar-jorge-buenos-aires-1946.html
Alejandra odiaba los domingos - Claudia Isabel Lonfat
Alejandra Pizarnik
Yo invento Alejandras para llorar/
Alejandras para reír
Se recuestan en la hierba
o beben su soledad
en vasos de piedra
Cuando no asoman,
salgo a buscarlas
Quizás en la mirada oblicua
de los perros de la calle
o en el sol escapando del horizonte.
Pero es más fácil hallarlas
en la paloma herida
que nadie intenta salvar;
cuando las miradas se vacían
y se cristaliza el dolor.
Yo hablo con mis manos
cuando quieren huir,
vuelvo,
porque veo el rostro del poema
en Alejandra
Y aunque ella se muera eternamente
buscando su roída libertad,
otras Alejandras acercaran
sus palabras al fuego,
palabras que nunca serán cenizas
y alimentaran la llama.
Tomado del blog: http://laperladejanis.blogspot.com/
Yo invento Alejandras para llorar/
Alejandras para reír
Se recuestan en la hierba
o beben su soledad
en vasos de piedra
Cuando no asoman,
salgo a buscarlas
Quizás en la mirada oblicua
de los perros de la calle
o en el sol escapando del horizonte.
Pero es más fácil hallarlas
en la paloma herida
que nadie intenta salvar;
cuando las miradas se vacían
y se cristaliza el dolor.
Yo hablo con mis manos
cuando quieren huir,
vuelvo,
porque veo el rostro del poema
en Alejandra
Y aunque ella se muera eternamente
buscando su roída libertad,
otras Alejandras acercaran
sus palabras al fuego,
palabras que nunca serán cenizas
y alimentaran la llama.
Tomado del blog: http://laperladejanis.blogspot.com/
Plegaria - Ada Inés Lerner
ay! mujer desesperada cuánta sombra ahogan tus estrellas, una soledad de soledades ciertas antiguos rosarios meditas en trinos y tristezas, Quédate en espera de un momento de sol en tiempo de silencio no estará lejos el cruce de caminos Mientras escribe el poema de la tarde sueña galopar sobre los mares Entonces tal vez allí te encuentre el hechicero de la plegaria tal vez allí te nombre el fantasma del destino para saciar tu sed innecesaria.
Sobre la autora: http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2011/08/ada-ines-lerner.html
Sobre la autora: http://biosdelosblogsh.blogspot.com/2011/08/ada-ines-lerner.html
Fino amor - Alejandra Leticia Taylor
Sombras largas,
ramas livianas de sueños.
Fino amor.
Sol de medio arco y opacas olas. Ausentes colores.
Hojas de rocío que no crujen.
Cuerpo que camina entre juncos y curvas de olvido.
Secos troncos y el lejano saxo.
Fino amor.
Todo quieto.
Tarde, y nadie más que yo.
Escaleras sin tus pasos y cenizas en mi cielo.
ramas livianas de sueños.
Fino amor.
Sol de medio arco y opacas olas. Ausentes colores.
Hojas de rocío que no crujen.
Cuerpo que camina entre juncos y curvas de olvido.
Secos troncos y el lejano saxo.
Fino amor.
Todo quieto.
Tarde, y nadie más que yo.
Escaleras sin tus pasos y cenizas en mi cielo.
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