lunes, 28 de junio de 2010

Desnudo en barro - César Vallejo

Como horribles batracios a la atmósfera,
suben visajes lúgubres al labio.
Por el Sahara azul de la Sustancia
camina un verso gris, un dromedario.

Fosforece un mohín de sueños crueles.
Y el ciego que murió lleno de voces
de nieve. Y madrugar, poeta, nómada,
al crudísimo día de ser hombre.

Las Horas van febriles, y en los ángulos
abortan rubios siglos de ventura.
¡Quién tira tanto el hilo: quién descuelga
sin piedad nuestros nervios,
cordeles ya gastados, a la tumba!

¡Amor! Y tú también. Pedradas negras
se engendran en tu máscara y la rompen.
¡La tumba es todavía
un sexo de mujer que atrae al hombre!

Segundo proyecto espantoso - Héctor Ranea

Alguien deberá aprender
A distinguir los fantasmas futuros
que seremos
al aprovechar toda la vida
para no morir

La vela de la nave en que viajamos
locos o no
no remonta el viento sin la sabiduría
del navegante
ni en las aves de presa
podría haber malicia
o en tu corazón olvido

En esta nave todos reman
hacia el tiempo
a encontrar los fantasmas
a estrenar teorías
a destronar poemas con nuevos poemas
con ese mismo
fuego
impenetrable que nada puede ya quemar
sino a sí mismo

Tomado de: Proyectos espantosos (2005)

Cariño - Oriana Pickmann

Me turban tus suspiros de colores tenues
en los que vive mi corazón sin prisa
latiendo para alimentar tu vida
que pertenece a la mía indefectiblemente.

Desmayo con tus ojos dormidos
y me traslado al rincón imposible de tus sueños
donde habito irrealmente, felizmente
bebiendo de la fuente de tu voz.

Moldean tus dedos mi piel distraída
despertando formas inesperadas
en las que te refugias desesperadamente
hasta que exploten gritos en cascada.

Y tu piel, lugar de donde respiro
el aroma de tu vida con la mía
esculpiendo el tiempo y el espacio
en el que tu sabor se confunde en mis labios.

Insinuación - Gerardo Diego

Oh, ven, ven, ¿a qué esperas?
Los árboles te llaman
agitando sus miembros infinitos.
La tierra abre sedienta
la boca, y modifica
la incómoda postura de sus muslos.
Sus párpados entoldan los tejados.
Alborotan los niños de la escuela.
Se hace más tersa y suave
la mejilla frutal de las mujeres.
Y acarician mi frente anubarrada,
barriéndola de duros pensamientos
los plumeros de seda de la brisa.
Oh, ven pronto
a adormecer -silencio- nuestros sueños,
contándoles tu historia sin sentido,
tan casta y voluptuosa,
toda de besos mudos
y calladas sorpresas.

Maternidad inversa - María Pía Danielsen

La que espera es regazo yermo,
hueco infinito,
cuna de frío.

Y sin embargo
deviene en madre oscura
al cierre irrevocable
del ciclo de la existencia.

Regala la nada
que se anticipa
durante la gestación del fin
en la matriz de la vida.

He de llegar a su seno.
Entretanto
soy huérfana de su abrazo,
ajena a su lecho,
pródiga en subsistencia.

No la nombro.
No me reconozco su hija.
Sin embargo, me aguarda.

Y casi con la ternura
de una madre,
me otorga una tregua.

Hijo - Estela Lucía Dray

(mi mas humilde y sincero homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Lujan)


Ser mujer es desear ser madre
Ser hombre es desear ser padre
Ser hijo... ¿qué es?... es...
Ser hijo de todos y de la nada
Es mamar la miseria que emana
De los senos secos y del vientre magro
De esta vida enajenada.

Hijo de la vergüenza, la miseria y la envidia
Si naces ahora, no tendrás familia.
Tu padre será el odio
De los pueblos vencidos, por la mano
Asesina de la ambición y el miedo
Tu madre será la tristeza
Por la realidad que palpa,
Por la impotencia que late,
En sus vivencias muertas
De naturaleza insana
Tu hermana será la miseria humana
Hermana de los pueblos,
Hermana de los hombres
Sin fe, sin espíritu y sin alma

Hijo del pensamiento y la reflexión innata
Si naces ahora, no tendrás nada
No tendrás nombre ni apellido,
Así seras fácil presa del enemigo
Ideas tendrás muchas, que luego te las matan
Y te exfoliaran el rostro y las manos
Para no saber quien eres, ni si tienes hermanos,
Hermanos en la lucha y en la guerra del pan,
Inmolando banderas y principios
que son fines de paz.

Por todo lo vivido y que falta aun vivir
Por todos los principios a los que hay que poner fin
Yo te ruego ahora, en esta onírica platica
Hijo de mi esperanza, parte de mi alma:
“hijo no vengas, hijo no nazcas”.
Y no creas que es capricho,
Desamor o desencanto
Si no lo digo porque si
Ni tampoco porque me plazca
Es que mis cabellos quiero al viento
Y no apretados por un pañuelo blanco
Y prefiero morir yerma
A sufrir en vida, tanto... tanto

sábado, 26 de junio de 2010

Delirio - Mauricio Roverssi

Con la mano en la espada
la mirada en el horizonte
Con los pies carcomidos por el fuego del desierto
La capa hecha trizas
El escudo olvidado diez millas atrás

Todavía te espero
La mente me estalla
Las sonrisas no florecen más
Todavía te busco
De qué me sirve esta maldita espada
Todavía te espero
De qué sirve un caballero en medio de la nada
Todavía...
No olvido tus ojos verdes

Quiero quemar mis recuerdos en sol del medio día
Tus ojos....

Fuego, polvo y olor a nada
Dormido en tu regazo
Mi caballo muerto...
Tus sonrisas bajo los arboles
Sombra
Tus ojos
Agua
Tu corazón


Tomado de http://anansison.ticoblogger.com/Cazando Sueños/

Hombres amarillos - Armando Rosselot

El mundo está amarillo
con rocas ocre esparcidas en la amarilla piel sin disfraz
lineas que encallan al final de la ruta propia
ahora repleta de acantilados como manchas en un universo blanco
que se aconchan y endurecen
en esta amarilla condena
de cuerpo y sin ningún armatoste que llegue a importar
la muerte llega escondida en lo que ahora son almohadas de seda
en las pequeñas casas de los hombres amarillos


Publicado en: Blog de Armando (La bruma)

Alas recordadas - Héctor Ranea

ala ala ala
desdichadas alas
alambradas alas
desamparadas alas
caen
como alas caídas
caídas de las alas
las ideas del mar
hacen alas espumadas
navegando las mareas
completas de cetáceos
de hipocampos con alas
en las espaldas alas alas alas
marítimas fogosas alas terrenales
son ángeles sin cuerpo
las alas alas las alas que nacen
sin nalgas sin nariz sin orificios
alas alas alas alas
que caen se agrupan se revuelven
en el remolino procrean
como bichos alcahuetes de tormentas
las alas que sobrevuelas con tu vuelo
las alas que alzaron tu tormento
para refrescarte con las nubes frescas
tan transparentes tan nubes tan aladas
no sé si dejaste algún hijo las alas heridas
no sabemos si tenías ya las alas colocadas
ahora podemos verlas volar
caer procrear como alas
ensortijadas en la luz
que generan sólo las alas
que no tienen más cuerpos
no tienen más que ese sexo
no cantan más que los silbidos
con que caen
tristes alas
alegres alas
altas alas
de lejos me veo ser un
triste acongojado pájaro sin alas
pero te veo volar en las memorias
te veo alar en tu retorno
te veo las alas y la sonrisa
solo alas alas alas

domingo, 20 de junio de 2010

La ilusión del caníbal - Guillermo Vega Zaragoza

No bromea aquel que confiesa:
“Me la comería a besos”.
Si pudiera, la engulliría toda
como la boa del diminuto príncipe,
como la tierra ávida
absorbe la lluvia en el desierto.

El beso es una mordida extraviada,
un tímido devoramiento
en una danza de lenguas excitadas.

El beso es una cópula perversa,
hermafrodita,
donde ambos se penetran
y se preñan de hijos minúsculos
que nacen y mueren y resucitan
cada vez que los labios se aproximan.

El beso es la ilusión del caníbal,
deseo prohibido de la carne prójima,
aliento vital desesperado,
agonía infinita del instante.

Para cumplir con su cometido,
los que se besan
deben consumirse mutuamente,
a plazos pero sin pausa,
con insaciable pasión antropófaga,
deglutirse con paciente ternura
hasta el último hueso,
y separarse como si ya no fueran uno,
para volverse a devorar
en el banquete próximo.

El fin del beso es imposible.
Cada beso es uno solo,
inacabable.

Extraído de Ombloguismo

Aguas desordenadas - Héctor Ranea

Los mares encerrados en peceras sin fondo
de entrañas frías con palabras escondidas
en mascarones de proa procaces y putrefactos
sísmicamente persisten en revolver peces
crustáceos fisionables junto a tortugas milenarias
para con esos movimientos de luz desordenada
pasar al otro costado de las tinieblas

La curva de tu espalda de nadadora errante
se me clava como la aguja de un pez cuya ponzoña
no me mata ni me deja helado
pero me hace ver en la penumbra del mar eclipsado
tus partes de algas echadas en las orillas
tus costumbres de escuadras de tiburones
descomponiendo parte a parte mis corazones pulmonares
los esqueletos que me cubren de tu inquietud
las pestañas que me sombrean de esa luz azul oscuro
en que se mueven tus sombras
al amarnos con la intensidad de un poema
no escrito todavía.

Tomado de: Participios en pasivo (2005)

Sol de mediodía - Mauricio Roverssi

Quiero quemar mis recuerdos en el sol de mediodía
Que mis pasos los borre el viento del desierto
Que los buitres vacíen las cuencas de mis ojos
Que la arena pula mi piel vieja y dormida

Que sangren mis labios necios
Que mi mente se confunda con los espejismos lejanos
Que mis ropas pierdan sus colores falsos
Que mi voz se destroce fatigada y vencida

Y en medio de la desesperación y el dolor
De la sed y el engaño
Del anhelo y la fatiga

Tú me saciaras con el agua de la vida


Tomado de Cazando Sueños

sábado, 12 de junio de 2010

Reyes Magos - Aldo Novelli

Cortamos un manojo de pasto verde
llenamos una lata con agua
y colocamos todo cerca de la puerta/
después nos sentamos a escribir la carta:
- ¿que le vas a pedir a los reyes?-
- justicia papá - me dijo
- no, pero eso es muy difícil -
- cómo, ¿no son magos? -
- sí, pero... -
- no me dijiste que pasan por el ojo de la cerradura
porque es más fácil eso/ a que un rico entre al reino de los cielos -
- tenés razón Manu, le pediremos justicia -
y cerré la carta con un "que así sea".

A la mañana siguiente
el padre de Carlitos
consiguió trabajo en la fábrica de papel.-

GUARDA, CHABÓN - Ricardo Giorno

Recuerdo,
en uno de tus arranques, que me dijiste:
¡Pará, loco, eso sirve¡
Y lo guardé.

Me acostumbré a juntar
sólo por si alguna vez te arrimabas,
o campaneabas por aquí,
no me gusta que me repitan las cosas.
Me acostumbré y guardé todo, todo.
Las mañanas a puro mate, en las venas del cuello,
los domingos en colectivo, en los huesos de la espalda,
la boca redonda esperando premio, en el ombligo,
tu vieja gritándote, en la planta de los pies,
el rocanroll de la cama, en el estómago,
la semilla despreciada, en el pecho.

Guardé todo, tanto, tan minucioso y completo,
que volviste y no me asombré cuando te dije:
ya no hay lugar para vos.

martes, 8 de junio de 2010

Ese otro cielo - María del Pilar Jorge

En una calle escondida,
donde se cruzan recuerdos,
juntaremos nuestros pasos,
otro día, algún momento.

Será en un momento impensado,
cuando transitemos, sin verlo,
ese pasadizo escondido
buscando, cada uno, su cielo.

En tu cielo, hay sueños altos,
en el mío más pequeños,
pero en ese lugar extraño
se reunirán pensamientos.

Ya no habrá diferencias ni dudas,
incertidumbres, ni celos,
casi amigos, nunca amantes,
nos comeremos a besos.

En una calle escondida,
donde se cruzan recuerdos,
juntaremos nuestros pasos,
otro día,
algún momento…

Sombra - Claudia Isabel Lonfat

De pronto
se adueñó de mí
Me condenó sin remedio
a caminar
a su lado
Anudada a mis huesos
como un castigo/
un despojo de vanidades
Poseyendo el silencio/
la herida
La acuosa mirada
de la perla del agua
cayendo de la hoja
a la grieta infinita…

Lágrimas - María Luz Pilar Medina Ocampo

Lágrimas ahogan mi alma,
lágrimas brotan sin cesar.
Inhiben mis sentidos
y aturden mis pensamientos
Corre, en mis mejillas,
un torrente de agua cristalina.
Brotan de lo mas hondo de mi ser,
del desmesurado amor que siento por ti.
¿Quién secará este llanto?
¿Quién acudirá a mi lamento?
Dónde encontraré unos besos
como los dados,
dónde hallaré
el amor entregado,
la pasión desbordada,
dónde reposa la paz
de nuestro encuentro,
Lágrimas ahogan mi alma…

Desvelada - Gabriela Mistral

Como soy reina y fui mendiga, ahora
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, pálida, a cada hora:
«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»

Quisiera hacer las marchas sonriendo
y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?»

viernes, 4 de junio de 2010

juego a escandir nubes sobre renglones de aire - Analía Pinto

juego a escandir nubes sobre renglones de aire
—no sé si hay reglas para eso—
a subvertir todo orden con otro orden nuevo
a religar las notas que se caen de su música
mientras practico el ars combinatoria de amalgamar
el verde Veronese con el blanco de Nápoles
el azul de Prusia con sus ojos de carbonilla al viento

yo juego a transformar los panes y los peces en versos
—no sé si hay reglas para esto—
a mutar en loba o salamanca o baguala o torcaza
en cachorrita que mama del pezón hambriento
juego a abrir la boca y esconder la lengua entremedio
a eludir y atizar las llamas que esparcen mil dragones
de piel bermellón y dorados cuernos

juego a lo que venga a lo que salte a la fiesta al contoneo
al festival del idios y del aere monumentum
juego a que todo es un juego de dichos y verbos
—no, definitivamente, no hay reglas para eso—
juego a que cada hora un nuevo carnaval empieza
y una comparsa me arrastra enarbolando mis risas
al compás de sus tambores ávidos de labios
que se curvan raudos para el beso

Gris - Daniel Frini

Cuando éramos chicos
con un tibio olorcito a nuestras cosas,
formábamos una hermética pareja
en la diaria pelea del amor:
contra los viejos y el mundo.
Era ellos o nosotros. Vos y yo.
Y un millón de tequieros nunca dichos,
pero que estaban ahí.
Hoy miro aquel paisaje, y lo extraño.
Creo que me falto coraje/tiempo/ganas/huevos
(vos tachá lo que no corresponda)
para conservar esos espacios, esos amores.
No he sabido cuidarte, ni jugar con vos después de mis diez años.
Tus vivencias y las mías, tan distintas,
nos dieron iguales resultados: nos queremos.
Pero hay detalles que marcan diferencias:
A vos te han puesto piedras,
terribles cascotes, ladrillos que duelen.
Hay que ser buena hembra y tener los ovarios bien puestos
para mantenerte entera y con ganas
después de pasar por tanto infierno.
Hay que ser bien hembra. Más y mejor que las mejores,
para seguir peleando, hermanita,
para seguir, seguir, seguir
queriendo.

Dos más una, ocho. (Aritmética no abstracta con números no racionales) - Angélica Santa Olaya

I

Eva amanece con los pezones despiertos como dos pequeñas nueces a flor de cáscara. Desde la pared, clavado con tachuelas, Adán y sus volátiles ojos de papel, la acechan. Los muslos, aún niños, se erizan al contacto de unos dedosotros que son suyos, los mismos que peinaron los plateados cabellos de una muñeca de ojos siempre abiertos. La piel de crisálida se abre al génesis. Adán, primer protagonista de la historia, desgrana el cuerpomazorca de Eva; sus labios sonríen inflamando los poros de la tierra. Una lengua de dos puntas asoma entre los blancos dientes...


II

¿Era mía esta piel?
¿Eran míos estos dedoslarva que buscan un refugio?
¿Soy yo un refugio?
¿Quién soy? ¿Cómo me llamo?


III

Aterciopeladas orugas se deslizan sobre los muslos de Eva, el aliento de Adán penetra los orificios que avizoran el olor de la manzana, tallos punzantes horadan la piel de Eva, una sanguijuela succiona la sangre escondida en su vientre. En el recinto de la savia un enjambre de abejas prepara la mielaguijón mientras Eva abre su pecho en una vulva de sangrantes labios. Los insectos zumban en la esfera esencial de la vetusta carne, su eco reverbera en las neuronas y golpea la bóveda craneal. Eva saborea planetas y teje sueños azules adornados con flores cósmicas. Beberse de un trago la vía láctea tiene un costo. Un día, los dedoslarva arrancan el corazón de Eva para que Adán se alimente. Una costilla es la ganancia, la menos necesaria, la más alejada de los latidos. La serpiente se relame los labios y emprende el vuelo.


IV

¿Desde cuándo soy una fruta?
¿Desde cuándo mi carne se desjuga en un abrazo?
¿Cuándo me fue dada esta libertad de besos?
¿Me fue dada? ¿Es esta la libertad?


V

Todo es verde, la casa, los sueños, el vaho de la luna... a Eva le brotan hojas en vez de cabellos, una semilla germina en su núcleo de sicómoro, su cabeza ondea con el soplo alado del ángel que repta sin complicaciones entre el cielo y la tierra. Adán la observa desde lo alto de una palmera y se pregunta si hay otras Evas. Afina el olfato y otea el horizonte en busca de nuevos aromas. El deseo estira sus tentáculos más allá del paraíso, Adán quiere tomar un autobús y llevar su mordida a otro edén; aquí la manzana sabe siempre igual. Eva ha olvidado su nombre, dice que se llama Adán, semilla de Adán, hijo de Adán, corazón de Adán, carcajada de Adán, pecado de Adán... A Eva no le importa el castigo porque tiene a Adán para consolarla. La serpiente escama los pies de Eva mientras Adán se exilia del paraíso...


VI

¿Dónde está Adán?
¿Cuándo se fue Adán?
¿Qué voy a hacer con estas frutas que chorrean por mi cuerpo?
¿Quién lamerá la enrojecida piel de mi manzana?


VII

A Eva se le secan las hojas de la primera mordida pero la savia ha colmado los cántaros del pecho asfixiando su corazón de arcilla. Alarga su tallo de manzana hacia el propio centro y busca la muñeca de los ojos siempre abiertos. El recuerdo de Adán es regado por la lluvia mineral de Eva, el líquido escurre por sus mejillas, por su cuello, por su vientre, se mezcla con el jugo de su sexo solitario, alimenta con sal las hambrientas raíces. Eva limpia de abrojos el paraíso y espera a Adán bajo la copa más frondosa. Ayer Adán, hoy Adán, mañana Adán, por siempre Adán, Adán en su cuerpo, en su mente, en su centro, en el dolor de su costado, en los graznidos de las aves, en la rotación de los planetas, en el reptar de alimañas que merodean su noche de entrecantos. La serpiente se aburre de observar a Eva arrancar hojas a las ramas y reanuda el juego. Hay un rumor detrás de la puerta. Eva se estremece, sabe que aceptar otra costilla es como decir que la luna es de queso. Sin embargo, perfuma el seno con jazmines y retira la maleza para abrir la puerta al sol y a la sombra que siempre lo acompaña.


VIII

¿Eres tú el mismo Adán o eres otro?
¿No tienes una costilla para mí?
No importa, yo soy la manzana y la casa de la semilla.
Dame tus manos, puedes morderme o partirme en dos. Renaceré.


Angélica Santa Olaya D. R. ©
México, D. F. mayo 2009

miércoles, 2 de junio de 2010

primer poema - Héctor Ranea

Riela un manto curvo de espacio
y tiempo en el espacio y el tiempo
cada uno de sus pliegues es la materia
uno es móvil y sutil
otro quiescente como el hielo

De todo el rasgo sensible
el espacio no está quieto
el tiempo no se mueve

Así como la Luna
parece caminar cuando riela
sobre las aguas de un mar estacionario
la materia parece transformarse
parece desvanecerse transcurrir

todo es sólo espacio y tiempo
todo está en mis instrumentos
de navegación
en tus ojos

Más allá de eso
apenas un silencio de fondo
lejano pariente del ruido del mar
del grito de las aves de mar
la rompiente de las marejadas
la luz quebrada en la piel del agua

de: contenido conjetural (2004)

Closed - Aitor Zancajo

La escoba peina
las luces en penumbra: es hora de cerrar.
La prisa ya no es nuestra
y los mendrugos duros crujen todavía
de un lado a otro,
las cerdas acarician con curiosidad
y con desgana los tobillos.

¿Nos sentiremos más solos afuera?
Lejanamente el bosque arde,
reclamo todos los lugares donde esté
amaneciendo.

Todos los automóviles parecen
volver de algún viaje, torpes, lentos,
casi filosofando acerca de la dirección final.

Mejor volver andando y escarbarle
unos minutos a la noche,
al gato panza arriba que bufa ya la hora de levantarse.
Sería
mejor amante si pudiera
hacerte previsible y planear
una palabra.

Solo me sale adiós,
igual que al resto.


Tomado de Tercera Perspectiva

Mujer de ausencia - Gerardo Diego

Mujer de ausencia,
escultura de música en el tiempo.
Cuando modelo el busto
faltan los pies y el rostro se deshizo.
Ni el retrato me fija con su química
el momento justo.
Es un silencio muerto
en la infinita melodía.
Mujer de ausencia, estatua
de sal que se disuelve, y la tortura
de forma sin materia.