jueves, 31 de diciembre de 2009

Flotación - Leonardo Longhi

Si digo que hay una mujer
Apoyada en el borde del mostrador no digo nada o digo
Que hay una mujer en el borde del mostrador
Apoyada ahí porque pienso que hay una mujer
Ahí apoyada y creo ver una figura de mujer apoyada en el borde
Del mostrador o no creo nada y hay
Una mujer apoyada en el mostrador y pienso en su figura ahí
En el borde y no digo que la veo porque hay o
Puede haber una mujer ahí apoyada en el mostrador
Y si pienso en la mujer en el borde del mostrador
Y no hay una mujer en el borde del mostrador pienso
Que no hay una mujer o que hay una mujer
Y pienso nada o pienso que veo que hay
Una mujer apoyada ahí en el borde y digo que hay
Una mujer apoyada en el borde del mostrador
Y escribo pienso que hay una mujer apoyada
O escribo nada y hay una mujer en el borde del mostrador
Y pienso en la mujer apoyada en el mostrador
Y veo que hay una mujer
Que nada apoyada ahí en el borde

Encuentro - Javier López

Te propagas por cada rincón
estableciendo leyes y creencias nuevas
golpeando la lógica
derritiendo las bases
de una vivencia eternamente anclada
en un momento nebuloso y quieto
cambias los fundamentos iluminas caminos
que nunca he recorrido que conducen a un eco
sintiendo que he tardado en descubrir
lo que ahora al fin intuyo
como un fugaz encuentro

Ese fantasma - Patricia Ortiz

Cuán lejanas están las lunas
y el ahogo tan cerca
atenazando la garganta.
La cobardía siempre encuentra excusa
para no enfrentar al sufrimiento
cara a cara con el sol.
Se multiplican las heridas
cuando el dolor madura
en las grietas de la piel
y el olvido –ese fantasma-
larva feroz que no crece,
nos quiebra,
nos demuele.

Tomado del blog: http://lascosasporsunombre.blogspot.com/

martes, 29 de diciembre de 2009

Mientras duermo - María del Pilar Jorge

El sueño me envuelve
en una suave bruma
que borra la rutina

Brotan ideas inconexas
venidas
de no sé que rincones
de mi mente

Imágenes de un pasado neutro,
anodino,
sin vos

Hubo otra persona,
existieron besos,
caricias deseadas
y mis ojos perdidos
en aquélla su azul mirada

Pero el viento sacude las ramas
de los árboles y envuelve en
un remolino
recuerdos nuevos,

no pensados,
no soñados...

La bruma avanza, me cierra los ojos,
me posee,
y recorro ciudades
de mundos olvidados

Entonces duermo.

Merlina - Marcelo Morales

Mordía los lápices
y no tenía trabajo
sino vocación
un cajón del ropero
con papeles escritos
para alimentar al monstruo.

Cuestión que era
como fruta fresca.

Yo la seguía porque guardaba
las cosas que no me contaron
y de noche
metiendo el océano en cacerolas
empujaba la marea
hasta la mañana siempre ahí.

Después del solsticio
ya no quedaban
trenes por asaltar
maneras de maltratarnos,
y como dándose cuenta:
—Nunca es lo mismo cuando amanece.

Nadie es inocente
pensé en catalán
olvidando el valle
como esas cosas
que uno deja en los bolsillos
cuando entra vestido a la ducha.

Todo lo que encuentro - Mauricio Roverssi

Busco dentro y todo lo que encuentro es tuyo.
El corazón de piedra al lado del pincel.
Las marcas de tus zapatos en la escalera.
Tus ojos al mirarme al espejo.
Los deseos de mi sueños rotos.

Entro en el cuarto y miro por la ventana.
El cielo también es tuyo.
El olor en tu ropa.
Las campanas que resuenan con el viento.

Cierro los ojos y tu voz llena el espacio.
En el silencio estás y no a la vez.
Te miro desaparecer poco a poco.
También estás en el olvido.

La imagen se burla de mí.
Las hojas me maldicen cuando paseo por el camino.
Los pájaros corean tu nombre.
Pero tu ya no estás aquí y estás a la vez.


Tomado de Cazando Sueños

Escombros y semillas - Aitor Zancajo

Los días ya no te frecuentan, hartos
de tanto insípido latido.
¿Quién eres tú
ahora que los árboles, sus tallos, cerca de la tierra,
no son
sino ceniza abierta?

Perderse es parte de encontrar,
escéptico te busco en el topacio polvoriento de la noche,
estrella sin correspondencia.
Como un error fatídico en el dato,
la fecha, el código postal.
Ser
semilla o ser
escombro.

...............Nunca llego.

La flor existe sólo en los anuncios de perfumes.

domingo, 27 de diciembre de 2009

El gato en Alemania 1 - Rubén della Sera

La vio junto al mar
Idunn, valquiria de pelo negro.
Su cacería pintaba
—vislumbró el gato—
placeres, sabores húmedos,
y un rosario de condecoraciones.
El ataque se concretó,
lógico, frente al mar.
Una tempestuosa batalla daba comienzo:
La valquiria afiló sus armas
impetuosa guerrera,
el gato apeló a su instinto
astuto cazador.
Y de golpe, él se encontró con que la carne
—sí, la mismísima carne, gato—
puede saber a espíritu.
Que el brío del estoque profundo
conduce al alivio
al lento olvido de otros amores.
Que poco importan las condecoraciones
cuando una mujer —y no una niña—
se abre al conjuro de un frenesí,
un amor hasta ahora desconocido.
El gato dejó de cazar a destiempo,
evadió otras presas,
supo que ahí
entre aquellas dunas,
la vida le giraba el viento

Antes del olvido- Dagoberto Friguglietti

Trepo las paredes de un poema
hasta lo más difícil.
Allí diviso lo que queda del día
y me convenzo.
Hay que vivir, digo.
Hay que escribir, me digo
antes que aparezca
ese lobo sanguinario

el olvido.

Sin amor – Patricia Ortiz

Aunque haya escalado tus sueños y tu suerte
y rociado con mi sal tus mares;
aunque haya surcado la tierra débil de tu carne
y aún hoy cabalgue sensual cada una de tus nubes.
No vuelvas a intentarlo.
No te desdobles inoportuno en la búsqueda de mi aliento.
No hallarás más que este deseo -indómito y technicolor-
que nace y muere repentinamente.
No puedo amar en tu fatídica escala de grises.

Tomado del blog: http://lascosasporsunombre.blogspot.com/

Mariposas en el aire - Florencia Madeo Facente

Allí, en cada hoja, se asoman
Fervientes y con deseos coloreados,
Para posarse en los corazones agitados
Y en las mentes que su razón ignoran.

¿Vienen de un cielo estrellado
Que ve tristemente la comedia
De esta raza, o son el llanto orlado
Del poeta sin canto ni esperanzas?

Pareciera que el cielo, en su andancia, pretende
La quietud, y el azud aprieta,
Y expulsa de los antros sus alas inquietas,
A esta tierra de aromas y colores verdes.

―Si es mi hora ―gimo― de partir:
¡Llévenme a su campo de puro baile,
Para cantar al mundo, al alma miserable,
Y dar entera oda al llanto y al elixir!

Pero ellas vienen no para llevarme,
Sino para colocarse en mi nariz, en mis sentidos,
Como trayendo el cálido mensaje
De un dios sensible y desconocido.


Tomado de |[ The poetry of the earth is never dead ]

viernes, 25 de diciembre de 2009

Ella cierra la persiana - Jorge Ariel Madrazo

Agitando tu cabello
te dispones a clausurar
aquella persiana siempre oxidada
con la obstinada vocación de dormir.
Al asomarte, la aguja del frío
proyectaría en tus pupilas
dos estrellitas
tan pequeñas
que ni merecen llamarse
universo.
Ellas están allí
un poco
(bastante, acaso) más
arriba de tu mano:
tu mano que golpea
la oxidada hoja de metal.

De un instante al otro
una congoja
te aproxima a aquellas estrellas
¿Las une acaso tu
mirada?
¿Sólo eso? ¿Por qué
entonces la persiana
parece cerrarse sobre tu pecho?
¿Por qué ambas estrellas
al apagarse
te dejan ciega
de toda luz?

Empezar de nuevo - Carlos Guillermo Garibay

Yo le tenía miedo a la oscuridad,
hasta que las noches se hicieron largas y sin luz.
Yo no resistía el frío fácilmente,
hasta que aprendí a subsistir en ese estado.
Yo le tenía miedo a los muertos,
hasta que tuve que dormir en el cementerio.
Más aún, yo le tenía miedo al espanto,
hasta que tuve que dormir en el crematorio.
Yo sentía rechazo por los rosarinos y por los porteños,
hasta que me dieron abrigo y alimento.
Yo sentía rechazo por los judíos,
hasta que le dieron medicamentos a mis hijos.
Yo lucía vanidoso mi pullover nuevo,
hasta que se lo di a un niño con hipotermia.
Yo elegía cuidadosamente mi comida,
hasta que tuve hambre.
Yo desconfiaba de la tez cobriza,
hasta que un brazo fuerte me sacó del agua.
Yo creía haber visto muchas cosas,
hasta que vi a mi pueblo deambulando sin rumbo por las calles.
Yo no quería al perro de mi vecino,
hasta que aquella noche lo sentí llorar hasta ahogarse.
Yo no me acordaba de los ancianos,
hasta que tuve que participar en los rescates.
Yo no sabía cocinar,
hasta que tuve frente a mí una olla con arroz y niños con hambre.
Yo creía que mi casa era más importante que las otras,
hasta que todas quedaron cubiertas por las aguas.
Yo estaba orgulloso de mi nombre y apellido,
hasta que todos nos transformamos en seres anónimos.
Yo casi no escuchaba radio,
hasta que fue la que mantuvo viva mi energía.
Yo siempre desprecié a los sexualmente diferentes a mi
hasta que vi a un hombre con la boca mal pintada y el rimel corrido
Cómo se lanzó al agua a salvar a mi hermana.
Yo criticaba a los bulliciosos estudiantes,
hasta que de a cientos me tendieron sus manos solidarias.
Yo estaba bastante seguro de cómo serían mis próximos años,
pero ahora ya no tanto.
Yo vivía en una comunidad con una clase política,
pero ahora espero que se la haya llevado la corriente.
Yo no recordaba el nombre de todas las provincias,
pero ahora las tengo a todas en mi corazón.
Yo no tenía buena memoria,
tal vez por eso ahora no recuerde a todos,
pero tendré igual lo que me queda de vida para agradecer a todos.
Yo no te conocía,
ahora eres mi hermano.
Teníamos un río,
ahora somos parte de él.
Es la mañana.
Ya salió el sol y no hace tanto frío.
Gracias a Díos.
Vamos a empezar de nuevo.

Santa Fe, Argentina, 2 de mayo de 2003.

Fica conmigo - Vinicius de Moraes

Primero te deseo que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que si no lo fueres, seas breve en olvidar.
Y que olvidando, no guardes resentimiento.
Deseo, pues, que no sea así,
pero si así es, que sepas serlo sin desesperar.
Deseo también que tengas amigos,
aunque malos e inconsecuentes,
sean valerosos y fieles,
que por lo menos en uno de ellos
puedas confiar sin dudar.
y porque la vida es así,
deseo también que tengas enemigos.
ni muchos, ni pocos,
pero en la medida exacta para que, algunas veces,
te cuestiones al respecto
sobre tus propias certezas.
Y que entre ellos, exista por lo menos uno que sea justo.
Deseo, después, que seas útil,
pero no insustituible.
Y que en los malos momentos,
cuando no reste nada mas,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte de pie.
Deseo además que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a los otros.
Deseo que, siendo joven,
no madures demasiado rápido,
y que siendo maduro, no insistas en rejuvenecer
y que siendo viejo, no te desesperes.
Porque cada edad tienen su placer y su dolor y...
es preciso dejar que ellos transiten dentro de nosotros.
Deseo, a propósito, que seas triste,
no todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
la risa habitual es sosa y la risa constante es insana.
Deseo que descubras,
con la máxima urgencia,
por sobre todo, que existen oprimidos,
maltratados e infelices, y que están
a tu lado.
Deseo también que acaricies un gato,
alimentes un cuzco y oigas el canto de un pájaro.
Te despiertes triunfante con su canto matinal
porque, así, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
por mas minúscula que sea,
y acompañes su crecimiento,
para que sepas de cuantas
muchas vidas está hecho un árbol.
Deseo, mas aun, que tengas dinero,
porque es preciso ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año
coloques un poco de él
en tu frente y digas "Eso es mío",
sólo para que quede bien claro quién es el dueño
de quién.
Deseo también que ninguno de tus queridos mueran,
por el y por vos,
pero si se muere, vos puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin culparte.
Deseo por último que siendo hombre,
tengas una buena mujer,
y que siendo mujer,
tengas un buen hombre
y que se amen hoy, mañana y en los días siguientes,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
todavía haya amor para recomenzar.
Y si todo eso te ocurre,
No deseo mas nada para vos....

Fanatismo - Diego Daniel de Oliveira

Cómo vas a saber lo que es el dolor
si jamás un zaguero te azoto la tibia y el peroné.
Cómo vas a saber lo que es el placer
si nunca ganaste un clásico barrial.
Cómo vas a saber lo que es llorar
si jamás perdiste un clásico sobre la hora con un penal dudoso.
Cómo vas a saber lo que es el cariño
si nunca acariciaste la redonda de chanfle entrándole con el revés del pie en el cachete para dejarla jadeando bajo la red.
Cómo vas a saber lo que es la solidaridad
si jamás saliste a dar la cara por un compañero golpeado sin fe desde atrás.
Cómo vas a saber lo que es la poesía
si nunca tiraste una gambeta.
Cómo vas a saber lo que es la humillación
si jamás te hicieron un caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad
si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es un orgasmo
si jamás diste una vuelta olímpica de visitante.
Cómo vas a saber lo que es el pánico
si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.
Cómo vas a saber lo que es morir un poco
si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco.
Cómo vas a saber lo que es la izquierda
si nunca jugaste en un equipo.
Cómo vas a saber lo que es la xenofobia
si en ninguna cancha te gritaron negro de mierda.
Cómo vas a saber lo que es la soledad
si jamás te paraste bajo los tres palos a doce pasos de un fusilero dispuesto a acabar con tus esperanzas.
Cómo vas a saber lo que es el barro
si nunca te tiraste a los pies de nadie, para mandar la pelota sobre un lateral.
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo
si nunca hiciste una de mas cuando tenias que dársela al nueve que estaba mejor ubicado.
Cómo vas a saber lo que es el arte
si nunca inventaste una rabona.
Cómo vas a saber lo que es la música
si jamás cantaste haciendo equilibrio sobre un para avalancha.
Cómo vas a saber lo que es el suburbio
si nunca te paraste de wing.
Cómo vas a saber lo que es la clandestinidad
si nunca te tiraron un pelotazo para que te aguantes vos solo a toda una defensa rival.
Cómo vas a saber lo que es la injusticia
si nunca te sacó tarjeta roja un referee localista.
Cómo vas a saber lo que es el insomnio
si jamás te fuiste al descenso.
Cómo vas a saber lo que es el odio
si nunca hiciste un gol en contra.
Cómo vas a saber lo que es la vida
si nunca, jamás
viviste el fútbol.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Mare Nostrum - Daniel Frini

En ese entonces sí que la tierra era plana.
Y no medía más de cuatro cuadras.
Había un Mare Nostrum entre ambas veredas
que cruzábamos mirando que no viniese
algún barco.

Jamás pensamos en llegar más lejos
hasta bien entrados los ocho años.

Por aquellos días no existían naciones.
Éramos, más bien, una especie de tribu,
un pueblo bárbaro, el azote del barrio.
La siesta era un concepto claramente
antipático.
Y su tiempo era un tiempo de aprehender
del más viejo, los secretos vedados.

El más viejo era Delmo
que andaba promediando los seis años
cuando los demás dejábamos los cuatro.
Hasta juraba
que se había emborrachado con un vaso de tinto
al final del recreo más largo.

Por él conocimos
La primera acepción no materna de teta
El nido del gorrión
los olores del campo.

Saber y no saber
nuestro futuro.
Ni Mario, ni José ni sus hermanos,
ni yo, ni los demás
imaginamos
lo distinto del curso de los años.
En ese entonces sí que pensábamos salvarnos.
Apenas sabíamos leer, por tanto
no asustaban los diarios.
Además nuestra calle, Mare Nostrum de tierra,
estaba a kilómetros luz de cualquier parte
casi casi indescubiertos,
casi felices, casi abandonados.

Mucho después, cuando la guerra
sospeché otro final.

Yo estaba lejos.
Desde entonces,
no he vuelto a saber de aquellos vándalos.

Sueños de gato - Héctor Ranea

A la noche mi gato es blanco
La Luna apenas esboza
Una silueta de vidrio.
Hay una hoja quebrada
De un árbol genealógico
Que cae en la noche durante un presente sin fin.
Y la niebla
Cubre todo con su levedad frágil y azul
Sueña mi gato con las lágrimas de mármol de Proserpina.


de: Profundo Corazón de la Marea. Ed. Último Reino (2000)

Intento - Miguel Dorelo

Quiero cerrar las puertas.
Que no quede ni un resquicio
Por donde puedan pasar ni el más mínimo de tus aromas.

Aún no puedo lograrlo.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Un principio - Marcelo Morales

Tirar el pucho
saltar los escalones
la puerta sin romper el vidrio
buscarte apenas entro
respirar
mostrarte lo que escribí
o lo que llevo en los bolsillos
en el pensamiento.
Hacerte reír
estar atento
saber
cómo andás.
Molestar a los inquisidores
a las intercesoras.
Olvidarme
lo que iba a decirte
porque te espío
mientras te arreglás el pelo
y dejarme empujar
por todos los planetas
que siempre
me llevan a vos.

Tsai sheng yuan t'chi - Saurio

Cuando vayas a casa dale un saludo
a la oscuridad que hemos dejado atrás,
dale un saludo a las escaleras inútiles,
a los santuarios de siempre,
a la vida en carretilla
y a las terrazas cubiertas
de pieles de serpientes.

Cuando vayas a casa no oigas
la música de las veredas,
ni pienses en ratas o en moscas,
cuando te mires los pies
cinco minutos antes del borde.

Cuando vayas a casa no olvides
de quemar para siempre las memorias

Quien nos halla y quien nos ve lo sabe,
las bocas no mueren cuando callan.

1984-1992


De Lo que quedó después de que no quedó nada

Las dos carátulas - Héctor Ranea

Él es quien escribe las poesías que seducen;
yo escribo ominosas iluminaciones que (me) aterran.

Él es bien parecido, lánguido, varonil;
yo soy deforme de un hombro, nervioso, azul.

Sube con su recortado pelo a un automóvil color serio;
yo camino desoladas arboledas invernales sollozando.

Me enamoro de un árbol al mediodía
y a la noche su madera arde en algún hogar caprichoso.
Soy desdichado ante el leño que ha sido.

Él ama los bosques intocables,
las nieves eternas, los astros impolutos.
Es, se siente: tan longevo como el universo.

Yo amo la gravedad, el dolor ante el dolor;
él juega con la poesía mientras yo la blando.

Él subyuga con versos hermosos;
mis poemas relampagueantes apenas reciben un suspiro.

No me reconozco en él
como la gota del otro
ni como la estrella del griego.

No se reconoce en mí
porque ha perdido el don
de mirar en el otro por sus propios ojos.

Sólo nos encontramos –de vez en vez–
en el lado que nos toque del espejo:
yo de barba cana, él afeitándomela
a través del vidrio.

DE: La senda que nunca. Inédito

sábado, 12 de diciembre de 2009

No me busques- Dagoberto Friguglietti

Que no me busque tu mirada
si tu cuerpo
tus manos
y tu boca
no me encuentran.

En esta soledad entrometida
donde y durante
los dos estamos.

Melancolía- Charles Bukowski

la historia de la melancolía
nos incluye a todos.
me retuerzo entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada.
me he acostumbrado tanto a la melancolía
que
la saludo como a una vieja
amiga.
ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
me siento realmente mal
realmente triste
entonces me levanto
PURIFICADO
aunque no haya resuelto
nada
(...)
hay algo mal en mí
además de la
melancolía

Sentidos- Javier López

Minimicé ya el daño que hiciste a mis sentidos
el tacto que no tiene a tu piel ya para reflejarse
la vista que perdió toda ilusión de verte
oído al que dejaste de susurrar silencios
perfume que no oleré porque marchó contigo
y el sentido común que lo perdí
desde aquel día en que probé tu gusto


Tomado de Resueno

Buscándote- María del Pilar Jorge

Llena de preguntas
recorro el camino
que mil veces transité
sin mirar

Vuelvo de la noche.
Regreso del silencio,
anhelo el reencuentro
tantas veces postergado


Las veredas rotas
se enredan en mis pasos,
que retumban en el silencio
del tramo recorrido.

Reclamo a tus ausencias,
tus besos,
tus abrazos,
murmullos de palabras
largamente repetidas
y jamás olvidadas.


…y seguiré avanzando
hasta que tus pasos se crucen
con los míos,
y hasta que me pueda
perder en tu mirada.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

El morir siempre ocúrrele a los otros - Jorge Ariel Madrazo

Cuerpos, rostros, voces:
a los otros córtanles el hilo
el póstumo suero solitario
El universo la iletrada magia esférica
baila con el otro el atroz saltimbanqui
El otro es invitado a tu tertulia
son los otros los que ofician el amor

los otros en el sexo de tu hembra
los otros en tu sábana mismísima

(inédito)

aparte del cáliz (3) - Héctor Ranea

en la garganta residen los dioses del aire
cantan

en la raíz del pene residen las fantasías del aire
penden

en la cápsula de la vagina residen los calmantes del fuego
funden

en la intersección del pelo residen los dioses del fuego
caen

fuego que consume aire
cáliz que brinda con vino malversado

buques empequeñecidos por las olas llenas de dioses
abanicos podridos de esperar calores
oraciones entintadas con pestífero incienso intolerante

hay un grito que no quiere salir de la garganta
una pirueta de pene que no se atreve al birlibirloque
un poeta que pierde el pelo entre las piernas de un cáliz tibio
las fantasías del fuego
las brisas pendencieras

domingo, 6 de diciembre de 2009

Mientras Dormías - Aitor Zancajo

La lluvia es algo que nos pasa cuando llueve
y no hay más magia.

Aguanta la respiración debajo
del aguacero
.......................—y no te olvides de brindar:
Estoy viviendo aparte—,
exacta
su furia en los paraguas,
...........................................cruel
su muerte entre zapatos y automóviles.

Aquí -o nunca- ya no se respira y
dos sombras se prohiben
una ciudad y cien constelaciones ciegas.

Es pronto para adivinar el modo
con el que hallar el pulso a los recuerdos
o solo averiguar vacío en otras manos.
.......................................................................Ya nadie
se atreve a sospechar su vida,
el tiempo que le espera como un muro.

Sin nombre, la gravedad es llevadera:
dos piernas
vigilan el silencio,
respiran lluvia.

...........................En las aceras
he descubierto formas de paisajes
asesinados hace mucho tiempo.

No hay más magia, pero la lluvia abarca un todo.
Extraño ser yo mismo, socorrer
las horas y llamadas de dos sombras
en la insultante convivencia de un paraguas que vigila
la libertad.

Tomado de http://terceraperspectiva.blogspot.com/ 

Evitando el otoño - Javier López

Evitaba tu risa mi recuerdo que era melancolía
en las noches de otoño
sin tu cuerpo calentando mis poros
sin tus besos para darme el aliento


Tomado de Resueno

Al abrigo del mar un sueño - Héctor Ranea

Sé del mar que abandoné
por las noticias pasajeras de los vientos
el ruido a veces cruel desde la costa
y un murmullo de pájaros y de conchas secas
que las siestas –aunque distante– me desvela.

Sé del mar pues nunca más quise mirarlo
ni contemplar las luces engañosas del alba en la rompiente
ni oler las acres algas pudriéndose de noche.

Abandoné durante la niñez el mar:
una gestación marítima, un juego con huevos de tiburón
y algas frescas frente a la orilla, descalzo, sereno.

Lo recuperé en el rostro de otros poetas soñando en el fondo.
Poetas ahogados en las colas de los peces:
Un cordel de poetas soñando las lentas olas del fondo del mar.

El mar abriga también a mis sueños.
Poetas sin nacer y ya muertos
los poetas que se irán quedando sin paz sin sueños sin mar sin vida.

Tomado de: ritos y mutaciones

jueves, 3 de diciembre de 2009

Pájaro azul - Charles Bukowski

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

El Mar y el Cielo - Florencia Madeo Facente

Hay frescor en las miradas
Y candor en cada mano;
El azul mar sonríe con bonanza
Y traza círculos callando.

Orlado cielo de tonos aún más claros
Se levanta de su tumba gris con la sonrisa
De un rostro dorado y de luz prístina,
(Rostro en aire y oro en lago).

Abre sus puertas el mar ilusionado
Y el viento corre tañendo vida y pájaros;
La sal irrumpe en las pálidas riberas
Y con dulce voz canta una tímida sirena.

Silencio en el Mar alado y en el Cielo que declina,
Que sueñan con praderas cuyo viento corre seco;
Siendo para siempre rama y golondrina,
Luz y movimiento, nube reflejada en cada orbe,

Un triste beso en que se funden,
La palabra que esconden y su eco.


Tomado de |[ The poetry of the earth is never dead ]|

Autumnal - Rubén Darío

Eros, vita, lumen.

En las pálidas tardes
Yerran nubes tranquilas
En el azul; en las ardientes manos
Se posan las cabezas pensativas.
¡Ah, los suspiros! ¡Ah, los dulces sueños!
¡Ah, las tristezas íntimas!
¡Ah, el polvo de oro que en el aire flota,
Tras cuyas ondas trémulas se miran
Los ojos tiernos y húmedos,
Las bocas inundadas de sonrisas,
Las crespas cabelleras
Y los dedos de rosa que acarician!

En las pálidas tardes
Me cuenta un hada amiga
Las historias secretas
Llenas de poesía:
Lo que cantan los pájaros,
Lo que llevan las brisas,
Lo que vaga en las tinieblas,
Lo que sueñan las niñas.

Una vez sentí el ansia
De una sed infinita.
Dije al hada amorosa:
―Quiero en el alma mía,
Tener la inspiración honda, profunda,
Inmensa; luz, calor, aroma, vida.
Ella me dijo: ―¡Ven!, con el acento
Con que hablaría un arpa. En él había
Un divino idioma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!
.......................Sobre la cima
De un monte, a media noche,
Me mostró las estrellas encendidas.
Era un jardín de oro
Con pétalos de llamas que titilan.
Exclamé: ―¡Más!...

.......................La aurora
Vino después. La aurora sonreía,
Con la luz en la frente,
Como la joven tímida
Que abre la reja y la sorprenden luego
Ciertas curiosas, mágicas pupilas.
Y dije: ―¡Más!... Sonriendo
La celeste hada amiga
Prorrumpió: ―¡Y bien!... ¡Las flores!

.......................Y las flores
Estaban frescas, lindas,
Empapadas de olor: la rosa virgen,
La blanca margarita,
La azucena gentil y las volúbiles
Que cuelgan de la rama estremecida.
Y dije: ―¡Más!...

.......................El viento
Arrastraba rumores, ecos, risas,
Murmullos misteriosos, aleteos,
Música nunca oídas.
El hada entonces me llevó hasta el velo
Que nos cubre las ansias infinitas,
La inspiración profunda
Y el alma de las liras.
Y la rasgó. ¡Y allí todo era aurora!
En el fondo se veía
Un bello rostro de mujer.

.......................!Oh, nunca,
Piérides, diréis las sacras dichas
Que en el alma sintiera!
Con su vaga sonrisa:
―¿Más?... dijo el hada. Y yo tenía entonces
Clavadas las pupilas
En el azul; y en mis ardientes manos
Se posó mi cabeza pensativa...